El presidente del Nuevo Espacio de Gualeguaychú, Francisco Álvarez, mostró su preocupación por el presente del país y la situación financiera de la provincia.

“Es necesario que la política se ponga en los zapatos del empresario, del comerciante, del emprendedor, del que invierte y es dador de empleo. No es aceptable que el Estado se haya transformado en una máquina de impedir y recaudar. Hoy son momentos de diálogos, de generar lazos, buscar consensos y pensar juntos cómo superamos el presente para diagramar el futuro y vislumbrar un horizonte de esperanza”, puntualizó.

Asimismo, observó que en Gualeguaychú existe “un embate permanente del Estado municipal hacia el privado, que lejos de sumar, le resta a Gualeguaychú. Es muy difícil encontrar otra ciudad donde ocurra esto. La inversión y la generación de empleo genuino van en franca decadencia respecto de otras localidades de la provincia y eso es grave”, destacó.

Para Álvarez, urge generar proyectos que “aúnen esfuerzos y miradas, dejando de lado las diferencias irrelevantes, poniendo el empeño en los valores y las ideas que nos pueden unir como vecinos”.

“Los gualeguaychuenses nos hemos caracterizado por un entramado de instituciones que fueron forjando una ciudad distinta respecto de sus pares de la provincia. Hoy, la vinculación y el trabajo mancomunado de esas entidades está en crisis por la forma de conducir políticamente la ciudad. No se puede andar con la retroexcavadora profundizando la grieta. Eso no soluciona nada, es sólo relato y placebo: no ayuda ni mejora a nadie”, indicó.

“A modo de que pensemos en qué situación nos encontramos, pregunto en voz alta: ¿Hace cuánto no tenemos en la ciudad un debate abierto, profundo y sincero sobre los temas esenciales que debe plantearse una ciudad? No se abre la discusión hacia el perfil de ciudad que queremos, ni de lo turístico, ni de lo educativo, ni de lo industrial, entre otras cosas no menos importantes. Todo es imposición, con una escasez de vuelo en las ideas que alarma”, aseguró.

“No se puede gobernar de espaldas al empresario, al comerciante, al club, al prestador turístico. No funciona así el mundo. Vivimos en la era de la comunicación, de la inventiva y de los diálogos. Uno nota que en las relaciones con la comunidad nos encontramos tristemente empantanados”, reflexionó.

Según Álvarez “tendríamos que estar pensando juntos como ciudad la manera de atraer inversiones y fomentar emprendimientos, que generen posibilidades de proyección y un horizonte con expectativas para nuestros jóvenes. Cómo generamos condiciones para el desarrollo que, puestas en marcha, terminen funcionando como políticas anticíclicas, amortiguando los vaivenes constantes de la economía argentina. Tenemos que trabajar junto a la comunidad, los empresarios, comerciantes, gremios y entidades en búsqueda de generar una red de contención a esos ciclos. Es necesario generar el marco global que transforme en atractiva a nuestra ciudad y que deje de ser la de mayor presión fiscal de Entre Ríos”, enfatizó.

Por último, aseveró que “para salir de esa lógica que implica recaudar mucho en lo inmediato para sostener una Municipalidad sobredimensionada y cada vez más ineficiente, debemos ir por cambiar la matriz. Hay que reemplazar las prioridades e ir en búsqueda del despegue de la ciudad. Para ello, resulta necesario mantener las cosas buenas que se han hecho, pero debemos tener una mirada hacia el futuro. Hemos perdido terreno respecto de otras localidades y es tiempo de revertir esa tendencia. Gualeguaychú debe volver a ser líder y ejemplo en el marco de las ciudades de la región. Pero eso se puede lograr con un sinceramiento y despojados de proyectos personalistas. Debemos embarcarnos en un proyecto común que ponga a nuestros hijos, y al futuro de éstos, por delante de los nombres y los cargos. Y esto excede largamente la política partidaria. Sin las entidades, los clubes, los gremios, o sea, la comunidad en su conjunto, no hay futuro posible”, finalizó.