
“La temporada 2018 viene presentándose con comportamientos atípicos. Los turistas viajan más salteado, estadías cortas pero con una o dos frecuencias en la estación veraniega, buscan playa, seguridad, precio, calidad, propuestas culturales y recreativas, además de cercanía", según CAME.
Llevan gastados 22.400 millones de pesos, 28,5 por ciento más que en la primera quincena de enero 2017.
Por otra parte, alrededor de 1,5 millones de turistas se fueron a veranear a las playas uruguayas, chilenas o brasileñas.
Sólo a Uruguay se estima que habrían llegado 750.000 argentinos en la primera quincena, que es la más fuerte, y a Brasil 400.000l.
"Para los que buscan turismo-shopping el país no es competitivo, para el resto sí. Comer, dormir y cargar combustible, sale lo mismo o menos en la Costa Atlántica que en las playas vecinas", indicó CAME.
Para una familia tipo que vive en Ciudad de Buenos Aires, viajar una semana a Mar del Plata -contando alojamiento, comida y combustible- cuesta 37.323 pesos y es nueve por ciento más barato que ir a Punta del Este, 11 por ciento más económico que Florianópolis, 36 por ciento respecto de Santiago de Chile y 75 por ciento más barato que Miami.
En cambio, saliendo desde San Juan, el costo para ir una semana a Mar del Plata asciende a 43.083 pesos, mientras que ir a Santiago de Chile es 20 por ciento más económico, comparó el informe.
Por último, se destacó que “en la Costa Atlántica, para abaratar y hacer la estadía acorde al presupuesto, las familias prescinden de las carpas, que siempre fueron un factor problemático por los costos excesivos”.
“En Pinamar, por ejemplo, alquilar una carpa sale entre 900 y 1.800 pesos por día, cuando en Río de Janeiro cuesta 60 pesos”, concluyó.