Por Juan J. Del Castillo
Dice el cantautor Alberto Cortéz que cuando un amigo se va queda un espacio vacío y en otra estrofas de su gran fraseología refiere a que “cuando un amigo se va, queda un tizón encendido, que no se puede apagar ni con las aguas de un río”. Ese es mi dolor por tu pronta e increíble partida amigo Claudio Hugo Gregorutti. Fue un enorme orgullo compartir con vos y que me hayas dado el privilegio de ser tu amigo. Adiós amigo, te voy a extrañar mucho, me siento bendecido y agradecido a Dios que te haya traído a mi vida.
Fuiste un número uno en tu trabajo y en tu oficio de médico traumatólogo. Hasta aún internado en rehabilitación le hacías honor a la profesión, aconsejando y volcando tu experiencia a los profesionales que allí ejercen su trabajo.
Tus sabios consejos, tus palabras claras y técnicas eran absorbidas al extremo por quienes las recibían. Fuiste un apoyo espiritual siempre, que daba la opinión justa y de corazón. Fuiste de esas personas nobles, humildes, cariñosas y con una generosidad pocas vistas en este mundo, siempre dispuesto para el prójimo. Aun ya con el comienzo de la enfermedad diste hasta la última gota cocinando en Suma de Voluntades para colaborar y para que a ningún niño le faltara su plato de comida.
Tu grandeza es para imitar. Quedarán en mi retina millones de anécdotas, tus modismos increíbles que más allá de la bronca que algunos causaban, siempre motivaban una sonrisa. Cómo olvidar que cuando te decía no “seas bolu...", me mirabas a los ojos y me pedías: "No me digas asi, decime Claudio”. El “cuack”, “listorti”, “Graciela”, “te pusiste la diez”, “crack” y lo que más alegrías y carcajadas provocaba cuando creaste el equipo B con el gran Seba Mundani.
Todos los que te conocemos sabemos de tu amor por tu madre, hermana e hijas y el amor por los animales. Hoy en tu partida tu compañera Ada estaba junto al féretro. Algún día seguro nos veremos, a fin de cuentas todos somos tiempo, hasta que nos volvamos a encontrar con tu alegría, tu cariño, tu amor y sobre todo tu preocupación por el prójimo.
Hasta siempre, descansa en paz Titán, tu presencia aunque sea espiritual pervivirá por y para siempre. Te voy a extrañar “Grego” querido amigo.