En su nuevo libro, dedica poemas a África y el reino de la naturaleza; una editorial paranaense publicó un libro homenaje con 99 poemas de escritores argentinos de distintas generaciones.
Una de las poetas "icónicas" de la Argentina, Diana Bellessi (Zavalla, 1946), acaba de publicar La curva del tiempo (Fondo de Cultura Económica, $16.000), con nuevos poemas y dos reveladoras prosas poéticas. La consagrada autora de *La edad dorada* obtuvo el Konex de Platino en 2024 por su producción en el quinquenio 2014-2018, el Premio Nacional de Poesía en 2011 y el Premio Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes en 2007. Su obra, siempre amigable, cercana y misteriosamente etérea, se nutre de la naturaleza a tal punto que, para los lectores, la escritura de poesía parece una deriva "natural" y espontánea (tal vez así sea).
A su nuevo poemario -dedicado a Sonia Scarabelli y que contiene a su vez poemas dedicados a otras autoras- lo habitan bueyes, "jirafas a las que ningún ser cibernético igualaría", monos carayá, sus pichichos (Moro y Lolita), hipopótamos ("gordas sirenas de las charcas bajo el sol"), corderos y chingolos, entre robles, agapantos y zinnias, álamos, achiras moradas, dalias y "salvajes gladiolines", en un entorno fluvial y pluvial.
Es también, asombrosamente, una invitación de irónico gesto rimbaudiano a ir hacia África, "tan rara y tan cercana / al propio corazón".
"Luz y sombra atadas a su cauce hacen la vida y hacen la poesía en todas sus formas facetadas y delicadísimas, y el peligro las vuelve aún más hermosas -escribe Bellessi en 'Mundos flotantes', arte poética y a la vez defensa de la persistencia en el mundo-. Pero cuidado, no salgamos del todo de ellas, no nos vayamos de cauce, o la poesía desaparecerá como también desaparecerá la vida".
Más adelante, se explaya: "¿De qué hablo? De que la vida pende de un hilo, y el poema también. Dejarlo en ese mundo flotante es lo único que podemos hacer. Un exceso de luz, de dos más dos son cuatro, de racionalización, también mata y el enigma, el misterio desaparecen".
99 poemas para Bellessi
Además, el sello paranaense Camalotal lanzó Poetxs argentinxs celebran a Bellessi ($ 15.000), que se presentó en la reciente edición de la Feria del Libro, en el stand Orgullo y Prejuicio, con la presencia de la escritora homenajeada por 99 poetas que participaron de una convocatoria pública.
Hay poemas de Scarabelli ("Soy el fuego del mundo, / el fueguito encendido / por tu voz y la mía"), Claudia Masin, Gabriela Franco, Stella Maris Ponce, Ohuanta Salazar, Elisa Salzmann, María Andrea Donnini y Belén Zavallo, y de Patricio Foglia, Washington Atencio, Aníbal Costilla, Santiago Carrera, Martín Aránguiz ("la poeta insular libera versos como tonadas") y Valentín Cacault, entre muchos otros.
Se destacan variaciones de poemas de Bellessi, reinvenciones, confidencias y retratos como el de la sampedrina Patricia Cuscuela: "La piel envejece / la libertad es joven / lleva el recuerdo de ciruelas fragantes / de un alazán galopando la infancia". Participan poetas de Paraná, Goya, Concordia, Tupungato, Gualeguay, Villa La Angostura, Lomas de Zamora, San Miguel de Tucumán y la ciudad de Buenos Aires.
El poemario tiene una introducción del editor y escritor Ferny Kosiak: "Un aprendizaje más, que va al corazón de este libro, debería ser la respuesta a la pregunta: ¿por qué celebrar a la Bellessi? Lo primero que leí de Diana fueron sus recuerdos sobre Zavalla, el pueblito donde nació. Después siguieron diferentes libros de poesía, el descubrir y enamorarme de la ternura argentina de sus versos". La idea del libro, cuenta Kosiak, "nació de la admiración legítima, del respeto y del asombro por su escritura pero también de los litros de cerveza compartidos con alegría y porque no existe nada más bello que celebrar la alegría".
Diana incluye dos dibujos que retratan a la autora El jardín, hechos por Juan Carlos Comperatore y Julio Ibarra.
Un poema de Diana Bellessi:
Algo sucede
Algo sucede
cuando me detengo en mí,
en mi silencio
y puedo pensar,
algo se despeja,
se alumbra
y es como entras
a otro lugar. Sí,
he venido así,
sin que nada fuera mío,
he venido
buscando en mi silencio
no sentirme esclava
ni sentirme vencida
cada instante
cada instante esa
lluvia
del mar
en el poema.
De La curva del tiempo
Nota publicada originalmente en La Nación.