El director teatral y docente de Paraná, Gabriel Cosoy, quien fue el primer representante de Entre Ríos en el Instituto Nacional del Teatro (INT) manifestó la preocupación del sector de la cultura por las modificaciones que está concretando el gobierno nacional en el organismo.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza 94.7), se manifestó “muy dolido” con las medidas del gobierno nacional en relación a la política cultural y acusó que “hablar sin saber es lo que hace (Federico) Sturzenegger, que parece que sabe de teatro, de gestión cultural, de salud, del INTA; es un fanático anti Estado”.
Criticó que el ministro de Desregulación “ya empezó a hablar de que el Instituto Nacional del Teatro era una cueva de facinerosos en cuanto asumió como ministro, y no se sabe de dónde sacó esto”.
“Estamos muy preocupados porque el Instituto Nacional del Teatro fue creado por la ley 24.800 aceptada en la época de Carlos Saúl Menem, nada que ver con la cosa de los kukas y toda esa fantasía que tanto daño hace, y es una ley por la cual venía peleando el colectivo teatral argentino desde hace más de 50 o 60 años, porque el teatro independiente argentino es una forma teatral única en el mundo, que después se expandió, pero sólo en Argentina surgió en 1930 el teatro independiente que son pequeñas salas, grupos de teatro, gente que hace teatro por una vocación artística, social, cultural, y no por la cuestión comercial de los grandes espectáculos”, explicó.
Destacó que el teatro independiente “cumple una función social impresionante. En cualquier pueblo de Argentina, uno encuentra la comisaría, la intendencia, la iglesia, y la sala de teatro independiente, en donde la gente no sólo va a ver espectáculos, sino que también dan talleres para niños, para adolescentes, organizan eventos para vacaciones, etc. Y todo esto ha crecido y se ha multiplicado desde la existencia del Instituto Nacional del Teatro, del cual formo parte de los fundadores, porque es un Instituto al que adhirieron todas las provincias porque es una ley nacional”.
Al respecto, criticó “el hecho de que le saquen su autarquía, es decir el manejo de sus propios fondos, los que provienen del pago de licencias y de permisos del Enacom, no de los impuestos, y de los premios no cobrados de la Lotería Nacional, es decir que no se le mete la mano en el bolsillo al pueblo; y que deroguen la dirección colegiada, un caso casi único en la administración pública argentina en donde un Consejo de Dirección dirige el Instituto, no alguien puesto a dedo, gente que tiene que pasar por un concurso de antecedentes y oposición, y que lo dejen de federalizar quitando todas las representaciones en las provincias y lo pase a dirigir alguien puesto a dedo, un productor comercial de Buenos Aires, elegido vaya a saber por quién, con la excusa de que con este Consejo de Dirección se administraba mal, pero con un tipo puesto a dedo se va a administrar bien”.
Calificó todo esto como “una locura, que carece de lógica, de sentido común. Es algo que no le mueve el amperímetro al presupuesto y no tiene nada que ver con el déficit cero y esas cuestiones. Uno se pregunta para qué lo hacen, qué persiguen, y creo que persiguen acallar las voces independientes del pueblo argentino, porque eso es el teatro independiente: una voz independiente, propia, solidaria, que piensa en la comunidad y no en la individualidad. Y van contra eso”.
Consultado por el apoyo de un sector importante de la sociedad a este discurso anti Estado del gobierno nacional, Cosoy analizó: “Es que venimos de fracaso en fracaso, y cuando eso pasa se plantea el rompamos todo, y ahí aparecen los Mesías, los iluminados, aparece el absolutismo y el peligro antidemocrático. Esto es lo que nos está pasando, y también estos son rasgos de la pandemia donde mucha gente se sintió excluida y maltratada por el Estado, algunos con mucha razón y otros no tanto”.
Sobre la complicación que las medidas nacionales generan, afirmó que “es funesto. Habíamos conseguido algo que no es fácil en la provincia, que haya tradición teatral, es decir que haya gente de 20, 30, 40, 50, de más de 60 años, haciendo teatro; hay continuidad, hay instancias de formación académica universitaria y, lo más importante, hay salas y grupos en casi todas las ciudades de la provincia, y eso permite imaginarte que podés girar, que podes ofrecer un curso o una capacitación, y profesionalizar a la comunidad teatral de la provincial. Eso está en riesgo, porque van a cortar todos los beneficios, todas las líneas de fomento, se caen todas las líneas por las cuales quizá un grupo que alquilaba un galponcito donde tenía su sala y podía acceder a una parte de valor para en un futuro comprarlo y tener la sala instalada. Todos los planes de capacitación también se caen”.
“Y lo peor es que no habrá un criterio justo para definir cómo se distribuye el dinero, porque a eso lo hacía un jurado tambien elegido por concurso de antecedentes y oposición, y ahora va a ser discrecional, le van a dar la guita a los amigos de ellos”, agregó.
Por último, comentó que “hoy hay un universo de unas 500 personas vinculadas con la actividad en la provincia” y advirtió que “obviamente estamos en estado de asamblea”. Acotó que “el profesorado ayudó a que crezca mucho la actividad en la costa del Uruguay, aunque hubo un bajón en las épocas de escasez económica. En el profesorado de Gualeguaychú hay un promedio de 60 alumnos, y en el profesorado de Paraná hay entre 80 y 100 alumnos”.