En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Andrea pidió “hacer el ejercicio de cambiar el paradigma y dejar de llamarnos víctimas para llamarnos denunciantes, porque implica una posición más activa” y ante el proceso que se desarrolla en la Universidad contra Astudilla admitió estar “bastante ansiosa y nerviosa, esperando esto desde hace tiempo”.

“Fui quien hice la primera denuncia en 2014, que fue cajoneada, así que hace cuatro años que vengo depositando en esto una energía importante. Cualquiera puede entender lo difícil que es tener que ir a golpear puertas que se supone que se tienen que abrir porque ahí están las personas que supuestamente te tienen que ayudar y que eso no suceda”, recordó.

Remarcó que “en 2014 ni siquiera estaba instalado el movimiento Ni una Menos; había mucho menos conciencia que ahora; no estábamos acostumbradas a usar la palabra abuso, acoso, género; y si no hubiese pasado este gran despertar de conciencias de las mujeres respecto de su posición en los vínculos esto hubiera quedado como la anécdota de una relación violenta y nada más”.

“En su momento cuando empecé a darme cuenta que algo estaba mal, porque era un hombre de 50 años que se posiciona en un primer año de la facultad y por ende se relaciona con mujeres entre 20 y 30 años menores que él, y cuando me di cuenta que sistemáticamente hacía uso y abuso de su lugar de poder, de docente, para llevar adelante situaciones asimétricas con sus estudiantes, empecé a pedir ayuda”, recordó Andrea.

Lamentó ante esto que “en su momento lo hablé con el señor que hoy es rector de la Universidad y que se muestra muy preocupado pero que en 2014 ni siquiera me pudo oír, y también lo hablé con la entonces decana Rosario Badano, a quienes en un intento desesperado de pedir ayuda les expuse mi vida y ninguna de las personas que se supone que estaban ahí para cuidarnos me pudieron oír”. Acotó que “la actual decana María Gracia Bendetti siguió postergando la situación todo este año y toda la gente que debe tomar decisiones conoce la situación desde hace cuatro años, así que es de imaginar lo que estamos esperando este momento”.

En contraposición, agradeció “el apoyo de los medios y de la sociedad paranaense porque sin eso, todo esto no estaría siendo posible”.

Sostuvo además que desde la Universidad “nunca me contestaron formalmente la denuncia y el juicio que se está realizando contra Astudilla se inicia a raíz de una denunciante de este año que se presentó con un abogado, y comenzó porque se vieron en aprietos porque la chica cayó con un abogado”. “Me tuve que bancar que al año siguiente de haber presentado la denuncia me inviten a la presentación formal del protocolo contra violencia de género y violencia institucional; oportunidad en que me levanté y les dije a los presentes que eran funcionarios, autoridades de la Universidad, alumnos, profesores que tenían cajoneada mi denuncia”, rememoró.

“Fue muy difícil hacerle frente a todo esto. En su momento me enojé con muchas mujeres porque pensaba que no les importaba y no hicieron nada pero después me di cuenta que yo estaba poniendo sobre la mesa cosas las obligaba a mirarse en un espejo muy difícil”, admitió.

Refirió que “en 2014 no había base para las denuncias, porque nadie se animaba, y porque Rudy Astudilla era una persona con una fama en la comunidad; fue subsecretario de Cultura en la gestión de José Halle, es docente hace 20 años, de la movida del arte, de la música. Esto fue impensado porque el tipo se manejó con total impunidad durante 15 años, y lo que viene pasando de 2015 a la fecha en el país con las mujeres fue lo que hizo que se le termine el quiosquito de los abusos a Rudy Astudilla”.

Por otra parte, dijo desconocer el estado del expediente administrativo porque “no nos permiten acceder ni siquiera a mi propio expediente donde están las pruebas que yo presenté” y valoró el accionar de los abogados “José Iriondo de Santa Fe y Sofía Uranga de Entre Ríos que nos acompañan y ayudan”.

De todos modos, informó que “somos tres denunciantes formales y una denunciante informal” y puntualizó que “Rudy tiene diferentes tipos de denuncias, todas igualmente válidas: la mía es una denuncia institucional para que la decisión la tome la Universidad que debe hacerse cargo del lugar de poder que le está facilitando para que siga cometiendo sus atrocidades; luego hay dos denuncias penales –una en Ente Ríos y otra en Santa Fe- y otra denuncia popular que tiene que ver con los escraches y con hacer conocer de boca en boca lo que sucede”.

Ante esto, destacó que “no siempre es necesario hacer la denuncia penal, nuestra palabra vale y hay que encontrar el modo de hacerla valer. No es obligatorio pasar por el sistema judicial que es algo bastante feo, es revictimizador y está bueno empezar a empoderar otras cosas, teniendo en cuenta además que la Justicia no estaría siendo un ejemplo de justicia en el país”.

En este marco, la joven marcó “el nivel de perversión” del docente y describió que “Rudy Astudilla tiene 49 años, es docente desde hace aproximadamente de 20 años y desde esa época hay relatos de abusos y acosos cometidos por él. Tiene un par de títulos obtenidos hace 20 años, nunca más se capacitó, y ha dedicado su vida sistemáticamente a quedarse despierto por las noches para pescar estudiantes detrás de la pantalla; y por eso el pedido es que se lo saque de su puesto de trabajo porque su laburo durante estos 20 años no ha sido enseñar, ha sido agarrar pibas y destrozarles la vida en favor de su propio placer. Por eso es muy importante que se lo saque de ahí, porque usa su lugar de enseñanza y su lugar frente al aula como su bolsa de mujeres”.

Quién es Astudilla

Conrado “Rudy” Astudilla se desempeña como docente de primer año de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (Fhaycs) en dos materias: Problemática Epistemológica de la Psicología y Semiótica, ésta última es una materia común a todas las carreras de la Facultad. La gran mayoría de su alumnado tiene entre 18 y 20 años, por ser ingresantes en el ámbito universitario.

Publicó dos libros de poesía y fue subsecretario de Cultura del municipio de Paraná durante la gestión de José Carlos Halle.