Los primeros seis meses del año cerraron con una inflación acumulada del 16 por ciento, una cifra superior a la meta que se había fijado el gobierno en diciembre pasado para este año, del 15 por ciento. Ahora, la proyección de los especialistas para el año ronda el 30 por ciento.
La inflación núcleo (no tiene en cuenta precios regulados y estacionales) fue en junio de 4,1 por ciento, aún mayor que el índice de precios general. Esta medición es las más elevada desde diciembre de 2015, cuando se unificó el tipo de cambio, publicó La Nación.
Según el Indec, las principales subas se dieron en los sectores de transporte (5,9 por ciento), alimentos y bebidas no alcohólicas (5,2 por ciento), salud (4,3 por ciento) y equipamiento y mantenimiento del hogar (4 por ciento).
En tanto, en el semestre, las principales subas estuvieron en transporte (22 por ciento), comunicación (20,4 por ciento), educación (20,2 por ciento), alimentos y bebidas no alcohólicas (17,3 por ciento), y vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (16,1 por ciento).
El gobierno había anticipado que la inflación del mes pasado iba a estar entre el 3,5 y el 4 por ciento, producto de -además de la corrida- las subas del combustible (por la depreciación y la suba del precio internacional del petróleo ) y el aumento de los alimentos (aceites, pan y carne), sumado a la suba del transporte.