
Patronato de la Juventud Católica goleó 4 a 0 a Sarmiento de Resistencia por la cuarta fecha del Torneo Clausura del Argentino B de fútbol, zona H. Los goles los marcaron Víctor Zapata de penal, en la primera etapa. Néstor Aguirre, Gabriel Correa y Sebastián Clotet sellaron el resultado durante el complemento. Con este resultado, el Negro quedó segundo en su grupo e inicia con las mejores expectativas la segunda rueda. Si bien su funcionamiento fue deslucido el rojinegro fue contundente, un aspecto en el que había quedado en deuda en los anteriores encuentros.
Patronato ganó un partido clave para sus aspiraciones. Lo más importante fue la contundencia mostrada por el equipo de Bentrón, no así su rendimiento en el campo de juego que fue discontinuo en el primer acto y levantó durante el complemento.
Con clima que restaba piernas en los jugadores el local se convirtió en el dueño del juego y la posesión del balón. No obstante, ese poder no se veía reflejado en el resultado: de mitad de campo hacia delante era más incisivo Patronato. Sarmiento proponía el corte del trámite con foules continuados, apostando a defender el resultado y con un solo delantero para buscar el gol.
A los 21 minutos un claro penal sobre Néstor Aguirre, le posibilitó a Patronato abrir el marcador: Víctor Zapata, a los 23, se encargó de mandar la bola al fondo de la red y el nerviosismo de la gente se transformó en una tranquilidad momentánea.
En ventaja, el Santo se retrasó en el campo y el dejó el balón a los chaqueños, tamaño error si se tiene en cuenta que era local y necesitaba los tres puntos como agua. Esa primera etapa dejó la imagen de un Patronato pálido, sin ideas, perdido en su mediocampo y enredado en el juego brusco que ofrecía el rival.
Gracias a Dios el complemento mostró una cara renovada del rojinegro. Con más fútbol, decisión y actitud para buscar el resultado. También se notó la superioridad en el aspecto físico.
Ya a los 20 segundos Néstor Aguirre dejó su sello con un gol de cabeza que definía el pleito. Pero había tiempo para más: un sablazo de Correa finalizó adentro del arco y los aplausos bajaban desde las tribunas del estadio Grella.
Selló la historia Sebastián Clotet cuando se moría el encuentro.