La filtración del Plan de Inteligencia Nacional elaborado por la SIDE llegó al Congreso. La difusión del plan secreto que, según publicó el diario La Nación, habilita a realizar inteligencia y recolectar información sobre “actores estratégicos” que, por ejemplo, generen “pérdida de confianza” sobre las políticas económicas de Javier Milei, hizo disparar las alarmas de la oposición, que alertan sobre la posibilidad de que el Gobierno utilice la SIDE para realizar espionaje interno. La Bicameral de Inteligencia, que preside Martín Lousteau, se reunirá la semana que viene para analizar el plan del Gobierno, y no destaca convocar al jefe de los espías, Sergio Neiffert, a dar explicaciones.
La Bicameral de Inteligencia, que se encarga de supervisar los organismos de inteligencia, está al tanto de los lineamientos estratégicos de la SIDE desde noviembre del año pasado. Fue el propio Neiffert quien, en una reunión secreta en la sede oficial de la Secretaría, ubicada en frente a Casa Rosada, les detalló a los senadores y diputados que integran la comisión cuál era el Plan de Inteligencia Nacional del gobierno de Milei.
Reunidos en el edificio ubicado en la calle 25 de mayo, Neiffert dio cuenta de las prioridades del Gobierno en prevención del terrorismo y lucha contra el crimen organizado, asi como los objetivos generales estratégicos de inteligencia y las acciones operativas para llevarlos a cabo. Según pudo constatar elDiarioAR, fue allí que los legisladores comenzaron a elevar las primeras objeciones, de manera informal, respecto a cómo las ambigüedades e imprecisiones del plan podrían derivar en casos de espionaje interno, algo que va en contra de la Ley de Inteligencia.
Sergio Neiffert, el Señor 5 de la SIDE
El Plan de Inteligencia admitía, por ejemplo, “producir información” sobre “actores estratégicos” que pretendieran “erosionar el sistema financiero” o generar una “pérdida de confianza” en las políticas económicas del Presidente. También habilitaba recabar información sobre “actores estratégicos” que difundan información falsa de manera deliberada con el objetivo de “influir o manipular” la opinión pública.
El problema principal es que el documento, al que elDiarioAR pudo acceder indirectamente a través de terceros, no precisa nunca a qué se refiere cuando menciona “actores estratégicos”. ¿Se refiere a organismos de inteligencia extranjeros o a cualquier opositor que critique en X las medidas económicas del Gobierno? ¿Se refiere a organizaciones terroristas que sembraban pánico a través de la difusión de fake news o a notas periodísticas que no coinciden con la línea oficial del Ejecutivo?
El Plan de Inteligencia, a su vez, admite recolectar inteligencia sobre “actores, hechos o circunstancias que condicionen, impidan o limiten el relacionamiento estratégico con Estados Unidos”. Admite lo mismo para las relaciones estratégicas con Israel. ¿Significa eso que una movilización en contra de cualquiera de los dos países pueda ser objeto de espionaje interno? La ambigüedad es tal que, a propósito o no, el Plan de Inteligencia de Milei abre la puerta al ejercicio de espionaje político.
“La Ley de Inteligencia prohíbe producir información sobre la base de ideas políticas, sociales o religiosas. Y el Plan de Inteligencia, según lo que pudimos conocer, tiene como hipótesis de conflicto todas cuestiones asociadas al debate público o a la disidencia política”, explica Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS, y advierte: “El riesgo es que el Plan actúa en base a unas directivas que luego son aplicadas en términos operativos por la SIDE que, después, podrán justificarse por los lineamientos del Plan. Se le suma, además, que históricamente el sistema de inteligencia argentino, y la SIDE en particular, se ha utilizado para la persecución política”.
Palabras más, palabras menos, estas fueron algunas de las objeciones que los legisladores de la oposición le plantearon a Neiffert cuando dio a conocer el Plan de Inteligencia hace unos meses. Desde entonces, la Bicameral que preside Lousteau amagó con citar al “Señor 5”, que es como se conoce al jefe de la SIDE, para que brindara explicaciones sobre cómo fueron las intervenciones operativas del Plan, pero nunca se avanzó.
Desde su conformación el año pasado, la comisión apenas sí se ha reunido en un par de ocasiones. Hubo un encuentro, hace dos meses, para citar a Patricia Bullrich para que brinde explicaciones sobre el operativo de Seguridad en la marcha de los jubilados que terminó con el fotógrafo Pablo Grillo internado por un cartuchazo de gas lacrimógeno que le rompió el cráneo. En ese mismo encuentro, el kirchnerismo y Lousteau –cuya alianza les permitió hacerse con el control de la Bicameral– acordaron citar también a Neiffert. Pero nunca se llevó a cabo.
Martín Lousteau, presidente de la Comisión Bicameral de Inteligencia NA
La revelación de Hugo Alconada Mon en La Nación el fin de semana, sin embargo, sirvió como excusa para que el ala opositora más dura de la Bicameral presione para volver a convocar a una reunión. Si bien el Gobierno salió a desmentir la nota, los legisladores que integran la comisión consultados por este medio confirman que el Plan de Inteligencia es lo suficientemente ambiguo como para abrirle la puerta al espionaje político. Lousteau, incluso, se solidarizó, en tanto presidente de la UCR, con el periodista por las agresiones y los hackeos.
El próximos paso, ahora, será citar a la Bicameral de Inteligencia la semana próxima. Y un sector del kirchnerismo se entusiasma con poder llevar, finalmente, a algún funcionario del gobierno libertario a dar explicaciones.
(Fuente: elDiarioAr)