La portavoz del gobierno, Gabriela Cerruti, fue consultada en su habitual conferencia de prensa semanal en Casa Rosada sobre el mensaje que le envió la vicepresidenta Cristina Kirchner durante un homenaje a veteranos de la Guerra de Malvinas.
El sábado pasado, en medio de un acto realizado en el Congreso, CFK contó que le había mandado al presidente Alberto Fernández el libro “Diario de una temporada en el quinto piso” de Juan Carlos Torre como regalo de cumpleaños. En ese marco, le recomendó a Sergio Massa –presente en el lugar- que lo leyera e ironizó: “Hoy se lo mandé de regalo al Presidente, para que después la vocera no diga que no le regalo nada”.
La chicana estuvo vinculada a la decisión de Cerruti de contar públicamente semanas atrás que la vicepresidenta no había respondido mensajes del Presidente en medio del ataque a pedradas al Senado durante el debate del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Este jueves, el periodista Gonzalo Aziz quiso saber cómo había tomado la portavoz ese mensaje. La respuesta fue muy breve: “Fue un chiste, conozco hace mucho tiempo a la vicepresidenta y conozco su humor; lo tomé como lo que fue, un chiste. Compartimos el sarcasmo y el sentido del humor”.
Cuando fue consultada por cómo tomó el Presidente el obsequio de la ex mandataria, Cerruti se limitó a decir: “Como un regalo”. Y agregó que el gobierno “no considera que sea un problema” que no se hablen Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
El sábado pasado, CFK encabezó un acto en el Congreso en el marco del 40° aniversario de la Guerra de Malvinas en el que se realizó una entrega de diplomas a modo de distinción a los 17 excombatientes que trabajan en el Palacio Legislativo. En su discurso habló del sugestivo regalo que le realizó a Alberto Fernández, quien no asistió y con quien protagoniza una profunda crisis política en el gobierno.
El libro relata las experiencias del primer gobierno democrático del 83, del presidente Alfonsín y los distintos equipos económicos que se sucedieron en esa gestión.
Se trata de un regalo muy sugestivo, teniendo en cuenta la frustrante experiencia que relata Torre en base a observaciones que escribió en aquellos años, cuando era asesor de Juan Vital Sourrouille, el segundo y más importante ministro de Economía de Alfonsín, cuya presidencia terminó consumida por las llamas de la hiperinflación y en julio de 1989 entregó el mando al entonces presidente electo, Carlos Menem, cinco meses antes de lo que marcaba el calendario institucional.