Un incendio que ocurrió en la siesta del martes en el barrio rosarino de Fisherton, terminó con parte de una vieja casona que pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y donde viven casi una decena de misioneros. El fuego comenzó en el entrepiso del inmueble, donde funciona el sistema de calefacción y el cableado eléctrico, y se necesitó el trabajo de varias horas de tres dotaciones de Bomberos Zapadores de la Policía. Los mismos habitantes de la vivienda se evacuaron y hasta sacaron los muebles de la casa, pero no pudieron precisar las pérdidas materiales que provocó el fuego.

Uno de los ocho jóvenes que viven en la casona de boulevar Argentino al 7900, Elder Clemens, indicó que no están “seguros sobre cómo empezó el fuego”, pero contó que “entró uno de los misioneros a la oficina corriendo y alertando del fuego”.

Además, una vecina relató a diario La Capital: "A eso de las tres de la tarde vimos que corrían de un lado a otro y fuimos a ayudar. Nos dijeron que ya habían llamado a los bomberos y nos dieron algunas cosas, como cuadros y retratos, para no perderlas en el incendio".

Según señaló Clemens, había "gente trabajando en el techo, realizando reparaciones. Uno de los misioneros nos avisó del fuego, nosotros intentamos apagarlo, pero fue imposible". Ante la situación, los jóvenes se autoevacuaron y llamaron a los bomberos. Pero además comenzaron a sacar de la casa muebles, ropas y objetos que pudieran terminar calcinados. "No sabemos cuánto se perdió, pero por suerte estamos todos bien", dijo Clemens, destacando que no se produjeron pérdidas humanas ni heridos.

La casa alberga a una decena de personas, entre ellos ocho jóvenes "misioneros" de alrededor de 20 años, muchos llegados de Estados Unidos. "Este lugar es una oficina de misioneros de la región de Santa Fe, Entre Ríos y parte de Buenos Aires", contó el joven, que hace un año llegó al país de Utah, Estados Unidos.

Más dotaciones

Aunque la primera en llegar fue la dotación de la zona norte de los Bomberos Zapadores fueron necesarias dos dotaciones más del cuartel central de Córdoba y Ovidio Lagos que trabajaron desde las tres de la tarde. "El problema fue en el altillo, donde comenzó el fuego", explicó Andrés Lastorta, del Cuerpo de Bomberos Zapadores.

Según detalló, en ese lugar del inmueble se encuentra "todo el sistema de calefacción y cableado eléctrico de la casa, por lo que habrá que ver qué fue lo que produjo el fuego".

"Ahora todo el cielo raso lo tenemos que tirar abajo. De otro modo, no terminamos nunca de apagar el fuego porque está compuesto de elementos muy inflamables como tirantes de madera, lana de vidrio y el sistema de cables", dijo un bombero en plena tarea.