De la reunión participaron Laura Maly, Luciano Salomone, Esteban Méndez y Juan Gore, del Senasa; Sebastián Sáez, Gustavo Ramírez y Mabel Stern de la Dirección de Producción Vegetal, y Carlos Jacobo, de la Dirección de Recursos Forestales.
La plaga fue detectada recientemente también en plantaciones de Entre Ríos y Santa Fe, por lo que se amplió el ámbito del monitoreo a toda la región. En enero se realizaron monitoreos en plantaciones de Bella Vista, Corrientes, con aparentes síntomas del ataque de la avispa y se enviaron a los laboratorios del Senasa para la eventual confirmación del diagnóstico. La idea es trabajar en evitar la posible diseminación de la plaga, ya que los principales macizos forestales de eucaliptus se concentran en Corrientes y Entre Ríos.
Las medidas adoptadas por el organismo incluyen la inmovilización de las plantas de viveros forestales y la realización de monitoreos cada 40 días para realizar un temprana detección de nuevos síntomas y de resultar positiva la presencia del insecto se procederá a la destrucción de las plantas afectadas. En las plantaciones, el control y combate se complica, ya que de acuerdo a un informe del INTA, si bien se ha evaluado la posibilidad de su control químico, la mayoría de los productos se han mostrado ineficientes y no hay hasta el momento formulaciones que registradas para su empleo en forestales. En este punto los técnicos del Senasa informaron que ya se ha solicitado la ampliación de uso de un producto existente (“acetamiprid”), el cual sería curativo y preventivo y que se intensificó la tarea de muestreo, con cinco monitoreadores en Corrientes y cinco en Misiones.
Mientras tanto se encaró un estudio de posibles predatores del insecto y estrategias para el desarrollo de control biológico, para lo cual se identificaron varios parasitoides en investigación, informaron.
Respecto del “sirex noctilio”, se introdujo en la Patagonia en 2005 y 2007 un parasitoide proveniente de Chile (“megarhyssa nortoni”) con buenos resultados, mientras se continúa con la inoculación de un nemátode (“deladenus siricidicola B”), en un plan de control biológico.
En relación al control de hormigas, se analizaron alternativas acordes a lo dispuesto en la normativa de Certificación FSC. En breve, las formulaciones con fipronil, utilizadas por la mayoría de los cebos hormiguicidas, dejará de emplearse para mantener las plantaciones bajo certificación, publicó El Litoral de Corrientes.