En un período inicial chato, el Bicho esbozó algo más, aunque ambos equipos se olvidaron de generar emociones en los últimos metros. Sólo Pablo Hernández, de opaca actuación en el local, amenazó con un tiro desviado, mientras que del otro lado el concordiense Nahuel Benítez obligó a trabajar a Nereo Fernández; además, Carlos Bueno mostró su habitual peligrosidad latente.
En el complemento, los de Leonardo Madelón lograron golpear rápido: Bueno enfrentó al arquero en la puerta del área, el guardameta tapó su remate con el pecho y en el rebote Benítez, desde la derecha, pudo conectar un remate que terminara en la red. Después, Bueno volvió a exigir a Fernández, y luego la visita se dedicó a defender la victoria con uñas y dientes aunque lejos de su arco.
Ese plus de actitud reforzó la buena imagen Azulgrana, que se mostró dominador ante un adversario de tímida reacción, con Jorge Borelli en el banco por el accidente que sufriera por la mañana Néstor Gorosito. Juan José Morales, recién ingresado, se topó con Nereo Champagne en una jugada en la que Pablo Lunati no vio una mano de Pablo Alvarado en el área, y sobre el final Bueno definió un cara a cara afuera.
El desenlace llegó así con la locura de San Lorenzo, cuya ilusión de salvarse del abismo recobró vida gracias a su actuación de este sábado. Del otro lado, un Argentinos sin triunfos en el certamen quedaba preocupado por su falta de respuestas.