El Presidente Néstor Kirchner tomó esta noche juramento al santafesino Horacio Rosatti como nuevo ministro de Justicia y Seguridad, en reemplazo del renunciante Gustavo Beliz. También asumió el secretario de Seguridad, Alberto Iribarne. Rosatti fue saludado por el gobernador santafesino Jorge Obeid y estuvo acompañado de su familia.
El acto se realizó en la Casa de Gobierno con la participación de todos los miembros del gabinete nacional, el Jefe de la Ciudad Autónoma, Aníbal Ibarra, los gobernadores de Santa Fe, Jorge Obeid, y de Buenos Aires, Felipe Solá, y el vicepresidente Daniel Scioli. El decreto de designación lleva el número 930 con la fecha de hoy.
También asumió el secretario de Seguridad, Alberto Iribarne, quien admitió esta noche que el gobierno buscará ponerle "límites" a la protesta social, pero aclaró que este accionar no significará que la vaya a "criminalizar".
"La protesta social es algo que no es materia de seguridad. Es un tema político, pero desde ya lo que desde la Secretaría de Seguridad vamos a hacer garantizar la seguridad general", afirmó Iribarne tras su asunción en la Casa Rosada.
Las especulaciones
Con la asunción del nuevo ministro de Justicia y Seguridad, Horacio Rosatti, el primer cambio en el gabinete desde su asunción, el presidente Néstor Kirchner inició hoy la tarea de reformular su politica de seguridad luego de la crisis, que derivó en el relevo de Gustavo Beliz, pero sin "criminalizar" la protesta.
Mientras en la Casa Rosada no ocultan su malestar por las declaraciones de Beliz, que no sólo denunció la existencia de "mafias" en la SIDE, la Policía Federal y la Justicia sino que acusó a Kirchner de "humillar" a sus colaboradores, el acto de jura del flamante ministro fue extremadamente austero.
En medios oficiales se interpretó esta parquedad como una señal de debate interno en el Ejecutivo sobre las medidas a adoptar en el más corto plazo, para revertir el accionar oficial en materia de seguridad. Precisamente, el jefe del Estado se reunió con su nuevo ministro y el flamante secretario de Seguridad, Alberto Iribarne, apenas finalizó la ceremonia de jura.
Ante el silencio de Rosatti que eludió a la prensa, Iribarne se encargó de frenar los reclamos de los sectores más duros: "la política de Estado es no criminalizar la protesta social", dijo. "No es un delito protestar, ésto significa que no entendemos nosotros que la protesta social sea de seguridad", afirmó. Agregó que su objetivo es que "se tenga mayor seguridad para la ciudadanía y que la gente sienta cada vez menos miedo en una lucha que no puede tener contemplaciones en lo que es la delincuencia".
Con la ausencia de Beliz, Rosatti prestó juramento en un marco de fuerte respaldo politico: estaban el vicepresidente Daniel Scioli, la mayoría del gabinete -sólo faltaron el canciller, Rafael Bielsa, y el titular de Defensa, José Pampuro- los gobernadores de Buenos Aires y Santa Fe, Felipe Solá y Jorge Obeid, y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
Entre los invitados al Salón Blanco fue muy notada asimismo la presencia del triunvirato que conduce la CGT: Hugo Moyano, Susana Rueda y José Luis Lingeri. En la misma ceremonia, Angel Pesce quedó a cargo de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), puesto que hasta hoy ocupó Iribarne.
El jefe de gabinete, Alberto Fernández, confirmó que habrá un "replanteo" en la política de seguridad porque se "modificó el escenario" de las protestas callejeras y ahora actúan "grupos violentos que ejercieron y van a ejercer violencia", dijo, en alusión a los incidentes frente a la Legislatura porteña o las ocupaciones a comercios, empresas y edificios públicos.
En medio del escándalo por las denuncias de Beliz, que el gobierno salió a rechazar una por una, desde la oposición acusaron al Ejecutivo de "no tener rumbo" y de responsabilizar a otros por una política que el presidente diseña personalmente. Mientras en la Casa Rosada, según lo dicho por Fernández, se prepara una estrategia para resolver la crisis, Beliz ocupó todo el fin de semana en formular graves acusaciones para hacer honor, dijo, a su promesa de "decir la verdad".
Alberto Fernández, su colega de Interior, Aníbal Fernández, y el ministro de Salud, Ginés González García, negaron que el presidente tuviera un estilo de manejo con su equipo como el descripto por el ex ministro y se preguntaron porqué, toleró ese maltrato durante más de un año.
El jefe de gabinete confirmó que Kirchner relevó a Beliz no sólo porque "no cumplió" sus instrucciones, sino porque además "pesó mucho en su ánimo" la crítica explícita que el ex ministro hizo sobre las "mafias en la SIDE", organismo que conduce el también santacruceño Héctor Icazuriaga, un estrecho allegado al jefe del Estado. El hasta ahora subsecretario de Seguridad y Protección Civil, José María Campagnoli, abandonará su cargo en las próximas horas, al igual que el Secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, aunque en este último caso es posible que Rosatti lo confirme en el puesto. En tanto, el director del programa de seguridad en espectáculos deportivos, el árbitro Javier Castrilli, de regreso de Perú donde presenció la final de la Copa América, formalizará su renuncia mañana.