El 15 de febrero se produjeron las dos primeras clausuras de las cuatro previstas: la “Pensión 14”, un local ubicado en el cruce de las avenidas Almafuerte y Ramírez; y “La Reina de la Noche”, que funciona en Blas Parera al 1.600. En la agenda estaba contemplado aplicar idéntica medida con “El Ángel VIP”, en Monte Caseros al 200, y “Barrabás”, en Almafuerte al 1.700, pero de algún modo sus dueños recibieron un alerta previa, y no abrieron sus puertas ese día.

La clausura de esos dos locales se hizo en forma preventiva, y bajo el argumento de que no contaban con habilitación oficial para funcionar como pretenden, bares sin elaboración de comidas, una fachada tras la cual se esconde el negocio de los prostíbulos. Y después se elevaron las actuaciones a la Justicia de Faltas.

Precisamente, el juez de Faltas Nº 2, Reynaldo Barbagelata, en un primer momento acogió favorablemente el pedido hecho por la dueña de la “Pensión 14”, Dominga Arce, para que se levante la clausura. La mujer alegó que su negocio no es un prostíbulo, sino un hotel y pensión, y que además es su vivienda particular.

Aunque ahora, y después de que la Municipalidad de Paraná efectuara nuevas presentaciones ante la Justicia de Faltas, el juez Barbagelata volvió atrás con esa medida que había tomado, según dijo Cristina Melgarejo, titular del Área de la Mujer.

“Al final, no levantó la clausura. La documentación que presentó la dueña del local no era legal, así que el juez dictó una nueva resolución, y dejó sin efecto la orden de levantar la clausura”, señaló.

En ese sentido, Melgarejo afirmó que en los próximos días las autoridades municipales continuarán con la tarea de clausura del resto de prostíbulos que todavía permanecen funcionando en la ciudad. “Pero vamos a cambiar la modalidad. No se va a anunciar qué día ni qué hora. Van a ser procedimientos sorpresivos. No queremos que se enteren antes los dueños de estos prostíbulos”, afirmó.

La tarea de clausura de prostíbulos se apoya en una cuestión reglamentaria: los locales, en su mayoría, no cuentan con habilitación para funcionar; o si la tienen, es meramente una fachada. Pero también se basa en lo que establece la ordenanza Nº 8.955, sancionada en 2011, que no sólo prohibió la habilitación de nuevos prostíbulos, sino que dispuso que desde junio de este año caduquen las habilitaciones existentes.

La Ley Nº 8.955 prohíbe “en todo el ejido municipal de la ciudad de Paraná la habilitación de cabarets, whiskerías y en general todas las casas o locales que bajo cualquier forma o denominación, de características similares, que con acceso abierto o restringido, permita que sus propietarios o administradores obtengan un lucro, ganancia o comisión por la explotación sexual o el ejercicio de la prostitución de terceros, hayan estos prestado o no su consentimiento para ello”.

Y establece que las habilitaciones vigentes caducarán a los doce meses desde la fecha de la publicación de la ordenanza, el 10 de junio. A la vez, ordena al Ejecutivo requerir a la Dirección de Control Comercial de Habilitaciones “el registro de habilitaciones y actividades comerciales que se desarrollen en el ejido municipal bajo alguna de las modalidades permitidas por la legislación vigente, a los efectos de detectar si los mismos funcionan en forma encubierta como prostíbulos”.

Ocho prostíbulos funcionan en Paraná; cuatro no están habilitados; los otros cuatro, sí. Pero podría haber más, según se especula, publicó El Diario.