Villanueva dijo que “el pavimentado de la ciudad es una obra que ya tiene varios años, que ha tenido su vida útil, y es evidente que requiere una mejora en todo el microcentro y los bulevares, que se ven resentidos, como el de Avenida Parque, uno de los más nuevos pero cuyo asfalto debe ser mejorado”.
“En cuanto a los bacheos, haremos hincapié en que es un servicio permanente, de todos modos tenemos un relevamiento de toda la ciudad. No es fácil hacer frente con fondos municipales para renovar toda la trama vial, pero hay muchas cuadras que se están pavimentado a través de consorcios o de planes nacionales, que son obras iniciadas en la gestión anterior que se culminarán ahora. También surgirán nuevas pavimentaciones, como las de la Avenida Luis N. Palma y el acceso de Urquiza al Oeste”, adelantó.
Para Villanueva “cuando el municipio tiene fondos, hace la obra que pagan después los frentistas por medio de la contribución por mejoras”. “El camino ideal sería hacer las obras prioritarias y cobrarse luego las construcciones por mejores con los impuestos. En el caso de los consorcios, donde los vecinos aportan el material en función de la cantidad de cuadras y el Municipio pone mano de obra y equipos, no se cobra contribuciones por mejoras”, continuó.
En cuanto al hormigón articulado, que ya se ven en varias calles, el funcionario dijo que “es muy bueno pero no es apto para todas las calles, como aquellas con mucho caudal de agua y desagües pluviales”.
En este punto, se marcó la necesidad -ante la disposición a realizar un trabajo integral de pavimentación- de ejecutar primero las conexiones subterráneas para no tener que romper un pavimento nuevo, como ha ocurrido en otras ocasiones. “Cuando se hace pavimentación o repavimentación, siempre se trata de rever las cañerías de agua y cloaca. A veces se hace necesario un recambio, porque las cañerías son muy antiguas. Cuando las cañerías son relativamente nuevas, se consulta si habrá conexiones nuevas o cambio de éstas antes de ejecutar la obra. Hay casos en que el vecino reclama cuando la calle ya está hecha, pero estos son casos puntuales, debidas a una obstrucción o rotura”.
Respondiendo al planteo del recambio de las cañerías del casco de la ciudad -sumamente antiguas y desde hace tiempo, insuficientes respecto de la densidad habitacional- Villanueva dijo que: “el municipio no puede afrontar este cambio. Sí se están haciendo gestiones para el recambio, pero es una obra muy compleja que implica un alto costo. Por eso cuando hablamos del plan totalizador del agua potable, el primer paso fue la cañería de agua cruda del río hasta la planta, el segundo sería la planta nueva de potabilización y el tercero, el recambio completo de cañerías en la ciudad”.
Agua y derroche ciudadano
Villanueva aún mantiene su responsabilidad en Obras Sanitarias, hasta el nombramiento del nuevo director. Lamentó que las quejas se dirijan a Obras Sanitarias “cuando se puede ver gente lavando veredas con mangueras, regando la calle, lavando autos, cuando no, los que llenan sus piletas de lona o material con agua potabilizada”.
En este punto dijo “el gran problema es el mal uso del agua potable. Hay una falta de cultura respecto del uso consciente del agua y las piletas (un 80 por ciento de las casas las tienen de lona y varias, de material) duplican la carga de los tanques de reserva”.
“Estamos avanzando en un proyecto de Ordenanza con la idea de medir el agua a comercios (complejos turísticos, comedores, hoteles, lavaderos de autos, de ropa) y todo lo que significa la incidencia directa del agua potable en la actividad comercial”. “No son decisiones amistosas, pero debemos comenzar a tomar este tipo de medidas para que la gente comience a tomar conciencia”. En estos casos, comenzaríamos a ver en Gualeguaychú los medidores de agua, tal como se ve en localidades vecinas.
El funcionario refirió que el servicio de agua potable “ha mejorado desde 2007 a la fecha: pasamos de potabilizar 750. 000 litros por hora a 1.200.000 litros en la actualidad, con todas las mejoras que se hicieron. Si a esto le sumamos las 14 perforaciones que existen, tenemos una cantidad de 1.500.000 litros, lo que nos dice que la producción de agua potable excede en 180 ó 200 litros por habitante por día”.
En cuanto a las quejas de los vecinos de barrios del Sur, que reiteran sus reclamos por la falta de agua o la poca presión de ésta, Villanueva dijo “el problema es que no tienen tanque de reserva, que aprovisiona de agua durante la noche. Al depender directamente de la red, ante los altos consumos y el derroche, a los vecinos de Suburbio Sur, Pueblo Nuevo y algunas zonas del Oeste se les complica, porque mantener una presión constante en la red de agua potable no se logra”.
Consultado sobre los pozos de agua en casas de familia, como se tenían antes, dijo “esta es una posibilidad dejada de lado habida cuenta que no se hacen los análisis que deben hacerse para que esta agua sea inocua para la población. Hay pocas napas aptas para consumo humano. Hay gente que tiene estos pozos para las piletas, pero no se hacen los controles de laboratorio necesarios, y esto también habrá que comenzar a regular, porque hay muchos vecinos que son perjudiciales al resto”.
A las mejoras que puedan hacerse desde el estado, habrá que sumar la buena disposición de los vecinos, los mismos que se enojan cuando se les marca que están derrochando un elemento costoso por su potabilización y que mientras disfrutan, a otros les hace falta, publicó Diario El Argentino