Este fin de semana, cerrarán sus puertas en forma definitiva dos sucursales de Norte en Paraná, ubicadas en Galán y José María Paz, y en España al 500, aunque no habrá despidos de personal que, según el acuerdo al que llegó la empresa con el Sindicato de Empleados de Comercio, serán reubicadas en las otras ocho bocas que se mantienen en pie.
Los sucursales de Norte que concluyen con sus tareas el sábado -último día de julio- tienen una planta de 47 trabajadores, quienes desde la próxima semana pasarán a cumplir funciones en el resto de los locales de la cadena, que en 2001 pasó de manos del Exxel Group a propiedad del grupo francés Carrefour. Aunque desde que empezó el proceso de transferencia de propiedad local a ser manejado por capitales extranjeros, los sucesivos procesos de reestructuración han hecho bajar la planta de empleados de 1.300 a 400.
De todos modos, el proceso de reconversión de la compañía se llevó adelante en todo el país. En diciembre del 2003, Norte tenía en Argentina un total de 141 supermercados, pero en lo que va de 2004 ya ha bajado las persianas en 16 sucursales, consideradas “deficitarias”, repartidas en el Gran Buenos Aires, Capital Federal, Entre Ríos, Santa Fe y Salta. La estrategia consistiría en reposicionar a la firma a partir de 2005.
Por estas horas, las góndolas de las dos sucursales que el fin de semana dejarán de operar en Paraná están prácticamente vacías. De todos modos, según contó Rubén Bernabé, secretario general adjunto del Sindicato de Empleados de Comercio, el cierre se da en buenos términos por cuanto “en estos momentos la relación con la empresa es muy buena”.
En ese marco, el dirigente adelantó que durante la próxima semana el gremio mantendrá una reunión con los directivos de la firma “para poder aportar ideas que tiendan a un mejoramiento de la situación de la empresa”. Al respecto, señaló que “la intención es plantear la conformación con los trabajadores de un comité de seguimiento de la parte comercial para aportar ideas. Hemos visto que las últimas medidas de Norte han representado un retroceso permanente, al punto que de 1.300 empleados ahora quedan nada más que 400. Y si bien ellos nos dicen que no habrá más bajas de personal, estamos preocupados por el futuro de la fuente laboral de los compañeros”.
Según Bernabé, la pretensión del Sindicato de Comercio es que “las ocho bocas de venta que quedan ahora se mantengan y que se eviten nuevos cierres. Es verdad que ellos argumentan que los lugares donde están emplazadas las sucursales de Norte tienen una competencia desleal muy fuerte, con comercio que no facturan o que tienen empleados en negro, algo que no sucede con las otras cadenas, que tienen un solo local en Paraná”.