"Es absolutamente falso, estúpido y aparte yo no creo en eso" de que Boudou haya incurrido en los presuntos delitos de tráfico de influencias y lavado de dinero, expresó Randazzo.
El ministro manifestó que "no hay nada que esconder" en el caso donde se acusa a Boudou de haber intercedido para evitar la quiebra de la ex Ciccone y para la posterior contratación de los servicios de la compañía por parte del Estado.
"La matriz del conflicto que tiene este gobierno es tomar decisiones que afectan intereses que habían gobernado la Argentina sin ningún voto y sin ningún rostro visible en los últimos 30 años de democracia", aseveró Randazzo diálogo con radio Continental.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, también salió públicamente a respaldar al vicepresidente: “Amado es un extraordinario amigo y compañero que está siendo objeto de críticas de grupos de intereses que, por suerte, la política argentina logró que tengan nombre y apellido", afirmó, y agregó: "Lo quieren invalidar para que no se puedan alcanzar los propósitos de las decisiones que se toman".