El laberinto de su universo estará formado por sus deseos que pugnan por salir a la luz, un viejo amor aparece en sueños y el anhelo de encontrar lo extraordinario de la vida construye el entramado de sus vivencias. La tediosidad de las oficinas, la proximidad de una guerra que se anuncia en los periódicos, relojes marcando el rigor, la pasión por la danza, la sensualidad femenina y el variopinto cosmos de una cantina adornan esta historia. Detrás de lo cotidiano de este relato, aparecerán lo mágico, onírico y el absurdo humor de la vida.

“El deseo que nos ha llevado a construir este espectáculo es el de contar una historia. Lo que nos interesa narrar es la problemática del hombre actual de vivir armónicamente entre sus pasiones, el entorno y las posibilidades que el mismo ofrece. Para edificar nuestra propuesta artística, nos inspiramos en los films de Charles Chaplin, tanto es su visión irónica de la realidad como en su sensibilidad por la humanidad”, señalan desde la Compañía de los Sueños.

De esta manera, el código narrativo utilizado en esta puesta es el teatro físico, es decir, la comunicación está basada en la gestualidad y no en la palabra hablada.

También se recurre al teatro con objetos; esto significa que los actores estarán en constante vinculación con los elementos escenográficos de la obra para construir y sostener la dramaturgia. En la puesta convergen diversas técnicas de la danza, de las acrobacias y de las artes circenses: al momento de crear escenas dinámicas se recurrió a las técnicas del clown, del teatro físico y de la gimnasia artística; el flamenco marcará situaciones de carácter sanguíneo y apasionado; la danza aérea en aro o lira junto a la danza clásica imprimirán un período de atmósfera etérea.

Al momento de significar un momento bélico se aplican las acrobacias en dúo o troupe y el flying low; el jazz contemporáneo y el partenaire contemporáneo serán de uso para personificar la sensualidad. Es por esto que el elenco está conformado por actores y actrices de distintas disciplinas, mostrando cómo la heterogeneidad de distintas artes puede confluir en un mismo lugar.

El origen del espectáculo
“En nuestra indagación al amplio universo cultural que hoy día tenemos a nuestro alcance gracias a la informática virtual y a la exhortación a libros, novelas, películas, experiencias, historias y músicas, azarosamente nos hemos topado con la canción Danny Boy. Esta composición corresponde a una melodía tradicional irlandesa y probablemente sea la canción más representativa de la música tradicional de esa geografía. Suele interpretarse como el mensaje de una mujer al hombre que ama, pero también puede enfocarse como el lamento de un padre por su hijo que partió a la guerra o que emigró a tierras lejanas”, relatan los creadores de Historias bajo la luna.

La melodía se corresponde a una antigua tonada Derry Air (Aire de Derry), atribuida a diversos autores irlandeses (el registro más antiguo de dicha tonada se remonta a 1855).

La letra la escribió en 1910 el abogado, músico y escritor inglés Frederic Edward Weatherley (1848-1929), aunque inicialmente la asoció a otra música diferente. La primera grabación de la canción tal y como se conoce hoy en día se debe a la cantante de ópera Ernestine Schumann-Heink en 1915.

Lo conmovedor de la letra inspiró a los integrantes de la Compañía de los Sueños, que utilizó el tema como leit motiv del espectáculo. Por este motivo, los arreglos de esta tradicional melodía se escucharán recurrentemente en la obra, según distintas versiones compositivas. En lo referido a lo escenográfico, se rescataron objetos antiguos de uso cotidiano que, dada la dramaturgia, son resignificados para su uso y simbolismo. El mobiliario tiene total referencia al contexto histórico en el que se desarrolla la obra, al igual que el vestuario.

El diseño sonoro está pensado para que cada ambiente esté sostenido por una sonoridad propia. Del mismo modo, los personajes y los vínculos entre ellos poseen su conveniente música personal.

Sobre la Compañía de los Sueños
La Compañía de los Sueños se formó a finales de 2014 con el entusiasmo de realizar un proyecto escénico y poder compartirlo en distintos escenarios de la región. Desde entonces, con los tiempos libres y el calor del verano, se sucedieron los ensayos y encuentros interdisciplinarios.

Desde el tango, el partenaire contemporáneo, la danza clásica, gimnasia artística, acrobacias en dúo, las disciplinas circenses aéreas (trapecio y aro), música en vivo, teatro gestual, teatro con objetos y el clown se fue gestando este universo teatral. Acorde al trabajo y dedicación que tal aspiración demanda, durante el año 2015 continuaron los encuentros, y recibieron el asesoramiento desde la cátedra de Administración y Gestión de Proyectos Escénicos de la Universidad Nacional de Córdoba, a cargo de Paula Rodríguez, también responsable de 3,2,1 Producciones.

A su vez, en pos de profesionalizarse, la compañía recurrió al ojo crítico de dos artistas excepcionales de la ciudad de Paraná para dar calidad al proyecto: Nadia Grandón y María Elena Vázquez. Es así que, en vísperas de cumplirse un año de su gestación, lograron confluir y condensar todas sus experiencias en Historias bajo la Luna, que se estrenará el domingo próximo.

Forman parte de este proyecto Ayelén Rodríguez, Facundo Rodríguez, Nella Capuzzuca y Francisco Games, los actores- bailarines que ponen el cuerpo.

Ficha Dirección Coreográfica: Compañía de los Sueños.
Asistencia coreográfica: María Elena Vázquez.
Dirección y selección musical: Francisco Javier Games.
Escenografía: Compañía de los Sueños.
Vestuario: Sastrería Teatral.
Sonido e iluminación: Compañía de los Sueños.
Diseño gráfico: Ayelén Rodríguez.
Trailer: Stella Sánchez.
Fotografía: Marcos Priolo.
Asistente de dirección: Nadia Grandón.
Dirección: Francisco Javier Games.
Guión: Francisco Javier Games

Fuente: UNO Entre Ríos