La Cámara de Diputados, con votos radicales, avaló el veto a la movilidad jubilatoria.
Por Fabián Rogel (*)
Pertenezco a la Unión Cívica Radical, un partido que tiene más de cien años; que ha tenido fracturas, desencuentros, pero todo producto de diferencias en la metodología en el acompañamiento de un sector interno por sobre otro. Lo que nunca hemos hecho es tratar de olvidarnos del dolor de los que menos tienen y de las necesidades de los desvalidos. Como decía Alem: nuestra causa y nuestra lucha sigue y seguirá siendo la de los desposeídos.
He sido diputado de la Nación y no hay un solo proyecto de ley de los que presenté que atente contra los intereses populares y no presenté ni acompañé proyectos de ley que atenten contra el interés nacional.
Honestidad y coherencia fueron mis principios rectores siempre, pero hoy tengo una profunda tristeza y desazón por la actitud adquirida por diputados nacionales del bloque de la Unión Cívica Radical.
Se había votado correctamente rechazando la injusta categorización que se pretendía dar a los sectores más desposeídos del país, como son los jubilados. Y hoy, dando vuelta su voto, hubo diputados nacionales del radicalismo que cambiaron su posición y apoyaron el veto que impulsó el Presidente de la Nación para que los jubilados siguieran cobrando míseras monedas.
En lo personal, comprendo el difícil momento que tiene el gobernador de la nuestra provincia, cuando hay un Presidente que no cree en el sistema republicano y federal de gobierno. Pero llega un momento en el cual los diputados deben saber que han sido elegidos para representar la voluntad del pueblo y no jugar permanentemente a la táctica. Deben responder a un partido y a un bloque para que ese partido siga manteniendo alguna coherencia y vuelva a recuperar el respeto del pueblo.
Parafraseando el tango, debo decir que por estas horas, arrastro la vergüenza de haber sido, como gran partido que hemos sido, y comienzo a arrastrar el dolor de ya no ser.
(*) Diputado provincial.