En 2009, a instancias del por entonces director santafesino del Túnel, Erwin Zwiener, el ministro Antonio Ciancio denunció a Rodríguez por usurpación. Si bien la provincia o el ente interprovincial no actuaron como querellantes, en el Juzgado de Instrucción Sexta a cargo de Sergio Carraro se activaron las actuaciones en los últimos meses.
Fue Mariela Giménez quien, como fiscal de la causa, reformuló la acusación ante la eventualidad del delito de “daño calificado” y uso de material del Túnel. Solicitó la audiencia entre representantes del gobierno santafesino y de Rodríguez, quien ya había declarado como imputado en el expediente.
Allí se consensuó que el actor privado, aún cuando ya no ocupa efectivamente el lugar, tiene un plazo de dos meses para “despejar” lo que dejó ilegalmente plantado en la denominada zona de seguridad del túnel. Ese espacio abarca 100 metros a cada lado, sobre el eje del enlace subfluvial, supo El Litoral.
En Paraná
La Justicia entrerriana debe resolver sobre el barrio privado que se comercializa sobre la otra cabecera del Túnel, que incluye una caleta para resguardo de embarcaciones, excavada sobre la zona de seguridad del viaducto. La decisión de la Justicia santafesina de despejar la cabecera en resguardo del enlace subfluvial y su seguridad, no es vinculante para la vecina provincia. Pero constituye un espejo jurídico y político ineludible en el que tendrán que mirarse los entrerrianos para ejercer su jurisdicción, en resguardo de un bien interprovincial por génesis y federal por su función.
Resguardo
La zona de seguridad fue contemplada en el acuerdo interprovincial vigente, un texto que data de 1976 y es ley tanto en Santa Fe como en Entre Ríos. El 1 de setiembre de 2003 y previo dictamen jurídico y técnico, el Consejo Superior Interministerial, a través de la Resolución Nº 08/03, ratificó la delimitación administrativa de esa zona, con una “restricción absoluta” 50 metros a cada lado del eje, una zona de seguridad física hasta 100 metros.
Cuestiones pendientes
En 2008 la provincia expropió un total de 83 hectáreas contiguas al túnel sobre la isla Santa Cándida. Rodríguez no sólo explotaba para ganadería esas tierras hasta allí de su propiedad, sino que había ocupado instalaciones de lo que fuera el “camping del túnel”, y construyó un inmueble en un lugar privilegiado, sobre la orilla del Paraná, en la zona alteada por los constructores del viaducto subfluvial, a salvo de las habituales crecientes.
Según Rodríguez éste último inmueble está plantado en otro lote no expropiado. Reclamó servidumbre de paso desde la ruta de acceso al Túnel e impugnó los planos de expropiación efectuados por el ministerio de Aguas de la provincia para dar cumplimiento a la ley. La Corte le rechazó ambas cuestiones.
Hace dos años Rodríguez cobró 173 mil pesos por la expropiación, pero mantiene abierta la causa porque cuestiona el monto; llegó a reclamar 4 millones de dólares por los lotes. Esa cuestión está pendiente de resolución en el Máximo Tribunal. El expediente 432/10 está caratulado “provincia de Santa Fe contra Hugo Alberto Rodríguez y/o quien resulte propietario, sobre expropiación en trámite
Pero hay además otra cuestión pendiente, aún en etapa administrativa. La provincia argumenta que entre los lotes expropiados y el río, hay una franja que pertenece a un conjunto de 300 hectáreas de las islas El Suizo y El Corte, que son de dominio público y que así están inscriptos en el registro de la propiedad. Rodríguez dice que son terrenos suyos; argumenta que se los anexó el río por “aluvión”, aún cuando el Código Civil inhibe esa figura cuando se trata de orillas ríos navegables. Hoy Rodríguez sólo puede entrar a esa casa por el río, en tanto la provincia analiza las acciones a seguir.
Foto: Mauricio Garín (El Litoral)