La madre se mostró ofuscada y contrariada por la situación informada por la profesional que contiene al hijo. Según admitió, el menor ante la psicóloga, niños que asisten al 5º y 6º grado de la institución en el turno mañana, de modo regular vienen sometiendo al pequeño a situaciones extremas de violencia y abusos sexuales simples.
En ese sentido, la víctima confió que casi todos los días los más grandes del curso lo esperan cuando ingresa al baño y allí comienzan a agredirlo, bajarle los pantalones e introducirle todo tipo de elementos en las partes íntimas, hasta incluso rozarlo con sus partes sexuales y taparle la boca. La víctima, que registró un cambio de personalidad por estas situaciones, comentó tras varias sesiones a la psicóloga lo sucedido, por lo que la profesional dio aviso a la madre. El menor, por miedo o por su situación de indefensión, no pudo recordar los nombres de los agresores, pero sí los identificó como a los grandes del curso.
Con esta novedad la mujer se trasladó hasta el hospital San Roque para que sea examinado por los que médicos, sin embargo en el nosocomio al saber el tenor de la causa, la derivaron hacia la División Minoridad de la Policía, en calle Tucumán en la capital entrerriana.
La madre de la víctima observó como un inconveniente que en el San Roque no haya sido examinado, pero más allá de esto, al tomar intervención la División Minoridad y la Justicia Penal de Menores se da curso para que el médico forense y policial examinen al pequeño y luego se proceda a informar de la pericia al magistrado interviniente.
El juez dispuso varias medidas preliminares para avanzar con el protocolo acordado por profesionales que resguarda la integridad física y psíquica.
En la denuncia en cuestión se hace saber que el menor llegó a su casa lesionado y golpeado, pero desde la escuela se le dijo que eso pasaba por ser “terrible”.
(Fuente y foto: Uno)