
De pibe jugó en Colon de Santa Fe y en las inferiores de Boca. Después, lo hizo en Uruguay, Rumania, Chipre y México. Compartió selecciones juveniles con Gonzalo Montiel, Nahuel Molina, Alexis Mac Allister, Lautaro Martínez y “Cuti” Romero y hasta fue Sparring de la Mayor.
Por Pablo Rochi
Matías Roskopf es un verdadero trotamundos del fútbol. Su carrera se construyó más fuera de la Argentina que en el país mismo. Hoy, a sus 26 años, tiene un recorrido profesional muy importante.
Realizó las inferiores en Colón de Santa Fe y en Boca Juniors. Después, empezó su andar: jugó en varios clubes de Uruguay, también en Rumania, en Chipre y en México.
Actualmente en Paraná, el delantero paranaense se prepara y espera por una nueva posibilidad. Sus goles recorrieron varias Ligas y si bien ahora no tiene equipo, sabe que a la brevedad sus gritos volverán a escucharse.
Como pocas veces sucedió desde que se fue de Paraná, ahora se encuentra en casa con la expectativa de cerrar acuerdo con un nuevo club. ¿Será esta vez en la Argentina, o deberá nuevamente armar las valijas?
-Armaste una interesante carrera, la que se diseñó más fuera del país que en la Argentina.
-Cuando uno es futbolista profesional trata que todo se resuelva lo mejor posible y que cierre todo tanto lo deportivo, lo económico, el lugar donde vas a jugar, el país, el equipo y las condiciones del club que vas a firmar contrato. Es el espacio donde vas a tener la oportunidad de poder mostrarte y seguir creciendo en esta carrera. Es cierto que mis oportunidades llegaron más por propuestas realizadas por clubes extranjeros y no tanto del país.
- ¿Dónde estuvo la mejor versión de Matías Roskopf?
-Lo mío fue progresivo porque también la trayectoria va de la mano con del crecimiento en la profesión y en el aprendizaje que uno va adquiriendo con esas experiencias. Entiendo que si bien estuve en otros equipos mi comienzo en Primera División se dio cuando me fui a préstamo al Montevideo City Torque, en Uruguay. Entiendo que fue en este equipo donde me tocó dar mis primeros pasos como profesional como para luego irme a Europa. Ya instalado en Europa noté que el crecimiento se fue acentuando. Posteriormente el llegar a un equipo como Apollon, Limasol de Chipre fue muy importante. Me permitió jugar competiciones de muy buen nivel, entre ellas poder jugar la Europa League. Lamentablemente en ese tiempo llegó la pandemia y a partir de ahí se hizo todo más complicado. Se terminaron los contratos y los clubes no solo no iban a poder cumplir con los contratos sino también se frenaron las ofertas. Esa evolución que experimente se vio frenada por esa situación, aunque nunca dejé de sentirme bien para competir donde sea.
-En Paraná arrancaste de chico en la Escuela Marangoni. De ahí te fuiste a Colón de Santa Fe y también de muy pibe a Boca.
-A los 7 años ya estaba jugando en Colón. A Boca me fui tras el Sudamericano Sub 15. Compró mi pase y el de otro chico más. Estuve en la pensión de Boca y jugué ahí hasta los 19 años.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1150, del día 16 de mayo de 2024)