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Cuadernos: arrepentidos dijeron que “el dinero iba a Olivos” y luego a un departamento de la familia Kirchner

El juicio oral por el caso Cuadernos avanzó este jueves en su tercera audiencia con la lectura de las declaraciones de imputados colaboradores y el eje puesto en el rol que -según la acusación- tuvieron los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner, y los ex funcionarios Julio De Vido y Roberto Baratta, en el esquema de recaudación ilegal montado entre 2003 y 2015.

“El esquema de recaudación siguió con Cristina en la Presidencia después de la muerte de Néstor Kirchner”, declaró en 2018 ante la Justicia el autor de los cuadernos y remisero arrepentido, Oscar Centeno.

Cristina Kirchner está procesada como supuesta jefa de asociación ilícita y cohecho y es juzgada junto a De Vido, Baratta y otros 83 acusados.

Los arrepentidos

Los tramos fundamentales de la declaración indagatoria de Centeno como arrepentido y todas las demás están incluidas en los requerimientos de elevación a juicio que se leen en la primera parte del debate.

Una vez finalizada esta etapa y luego de las cuestiones preliminares, cada uno será llamado al banquillo para ser indagado por el Tribunal Oral Federal 7. Allí se verá si mantienen sus dichos.

El remisero Centeno

Centeno, el ex chofer del acusado ex funcionario Roberto Baratta, sostuvo que el sistema de recaudación ilegal continuó después de la muerte de Kirchner, durante la presidencia de Cristina Fernández.

“Ya con Cristina presidenta íbamos una vez por semana”, dijo sobre la recorrida en busca de las coimas y su entrega. “Yo la vi a Cristina en diversas oportunidades. Con Néstor Kirchner vivo íbamos más, hasta tres veces por semana. Cuando fallece Néstor, las recaudaciones eran una vez por semana”.

Centeno detalló episodios que, según él, marcaron el inicio de las anotaciones pormenorizadas. Narró que en la empresa Isolux observó salir a Baratta “con dos valijas”, y que el funcionario habló por teléfono en clave: “Seis kilovatios”, que equivaldrían “a seis millones”. También afirmó que el fallecido ex secretario privado de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, hacía “entregas casi todos los días en épocas de campaña”.

En cierto momento comenzaron a temer que algún empresario los filmara y por eso “empezaron a mandar a Nelson Lazarte”, un empleado, otro de los acusados.

Contó que llevaban el dinero “a la quinta de Olivos, y después de la muerte de Néstor Kirchner, a Uruguay al 1300”, el departamento familiar.

Las valijas

El ex funcionario a cargo de las concesiones viales Claudio Uberti agregó detalles sobre la operatoria logística del dinero. En su confesión ante el fiscal federal Carlos Stornelli en la instrucción del caso, afirmó que solía llevar valijas repletas de efectivo al departamento de la calle Uruguay propiedad de los Kirchner, donde —según dijo— se contabilizaba el contenido y se organizaban los traslados hacia Santa Cruz.

“Esta cuestión no era ajena a la señora de Kirchner, presenciaba los transportes”, declaró entonces.

También dijo que vio en el departamento “otras valijas en el palier y muchas más en el dormitorio”. “Una vez había 20 valijas y Muñoz me dijo ‘después de esto me voy a poner un negocio de valijas’”, refirió. Las trasladaban a Santa Cruz en el Tango 01, las cargaban en Aeroparque y las descargaban en Río Gallegos. Aseguró que el día de la muerte de Néstor Kirchner “en Juncal había 60 millones de dólares”, dato que dijo conocer “por comentarios de Olazagasti”, en referencia a José María Olazagasti, ex secretario privado del ex ministro de Planificación De Vido.

También relató una escena durante una entrega de dinero al fallecido ex presidente. “Néstor me preguntaba si eran euros o dólares; una vez le llevé pesos y los tiró por el despacho”. También describió presiones para obtener “plata en blanco” para un hotel de Cristina en El Calafate, afirmando que ella le dijo: “Poner plata en blanco es muy importante para mi familia”.

El hombre del convento

La declaración del también imputado colaborador ex secretario de Obra Pública José López volvió a ocupar un lugar destacado por la cantidad de referencias a Cristina Kirchner y por el nivel de detalle.

López fue sorprendido en un convento intentando ocultar miles de dólares en 2016. En el caso Cuadernos relató que en el invierno de 2011 De Vido le dijo que debían “retomar la recaudación para la campaña” y que su enlace operativo sería Baratta. “Mi relación con Baratta no era de amistad, él era el subsecretario de Coordinación. El esquema era hablar con De Vido y chequear con Baratta”.

López contó que Cristina Kirchner impartía órdenes y que mantuvo una reunión tras la muerte de Néstor Kirchner. “Podés ser parte del problema o de la solución”, refirió que le dijo, y le mostró “el cuaderno que siempre escribía Néstor” para anotar lo que ocurría en sus reuniones.

“A Cristina le conté todo: que había un sistema de recaudación con las obras viales, le conté el mecanismo que en el resto de los sectores del Ministerio lo conocían”, declaró el exfuncionario.

También se leyeron las declaraciones como arrepentidos de empresarios: Juan Carlos De Goycoechea, Enrique Pescarmona, Aldo Roggio, Angelo Calcaterra, Armando Loson, Carlos Wagner. Coincidieron en ubicar a Baratta como uno de los principales recaudadores de las coimas que les pedían para poder participar en la obra pública.

Dos audiencias por semana

Desde la semana próxima, el juicio tendrá dos jornadas semanales, martes y jueves, pero por ahora seguirá con modalidad virtual.

El presidente del Tribunal, Enrique Méndez Signori, pidió opinión a las partes en relación a la oferta que se recibió desde la Cámara Federal de Casación para mudar el debate a la sala AMIA de Comodoro Py 2002 de manera presencial, tres veces por semana, desde el 10 de diciembre.

En esta tercera audiencia del debate oral, Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli se conectaron desde la sala de audiencias del Tribunal en el Palacio de Justicia y los demás participantes por Zoom.

De Vido siguió la audiencia desde un cuarto en la cárcel de Ezeiza junto a su abogado Gabriel Palmeiro y se le permitió ausentarse para un estudio médico. Está detenido desde la semana pasada, porque quedó firme la condena a cuatro años de prisión que se le impuso por la tragedia del tren de Once.

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