
Antonio Tardelli
La alianza Juntos por el Cambio, o como se termine denominando, camina en Entre Ríos hacia una competencia de ribetes atractivos. La disputa por las candidaturas a diputados nacionales acaso escenifique un enfrentamiento entre dos modos distintos de entender la política en un tiempo en que las diferencias no abundan. La propuesta del ex ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que desde el Pro expresa una concepción gerencial que construye desde los medios de comunicación y las redes sociales, debería medirse con un espacio que, hegemonizado por el radicalismo, le opondría los mejores atributos que tiene para ofrecer: su desarrollo territorial y una noción más tradicional de la política.
Por ahora Frigerio ha reunido el aval de un importante referente radical, Atilio Benedetti, y de la ex diputada provincial María Alejandra Viola, que aspira a convertirse en la candidata que secunde al economista del macrismo. De hecho, en su pasado rol de legisladora, Viola se mostró siempre mucho más cerca de sus colegas del Pro que de sus correligionarios radicales. Como fuere, el tándem Frigerio-Benedetti expresa una potencia conocida. Enfrente, todo está por construirse.
Construir es justamente la denominación que adoptó un sector interno de la UCR en que descollan el intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, y el de Crespo, Darío Schneider. El espacio es la referencia de un estado de ánimo o de un humor que crece hacia el interior del radicalismo. Intenta representar a quienes, hasta ahora de manera más o menos explícita, exigen un mayor protagonismo de los radicales en su sociedad con el macrismo y las otras fuerzas que conforman Juntos por el Cambio.
(Más información en la edición gráfica número 1122 de la revista ANALISIS del jueves 8 de julio de 2021)