En declaraciones exclusivas realizadas al programa televisivo Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) Pivas recordó días previos a la muerte de Yabrán “la policía allanó literalmente a todos los Yabrán que estaban en la guía telefónica, en búsqueda de un prófugo que tenía pedido de captura internacional”. “Esos allanamientos tuvieron resultado negativo y desde el Juzgado quedamos al habla y en colaboración de que cualquier movimiento por el hipotético caso de que Yabrán estuviera en la zona –y de hecho fue así- nos manteníamos en contacto”, contó.
Agregó que “fueron innumerables las llamadas a los teléfonos celulares pero nadie contestaba, porque en esa jurisdicción de Aldea San Antonio, los lugareños decían que se escuchaban ruidos raros, que era una avioneta de la que conseguimos hasta la matrícula y se presume –porque nunca se investigó- que era una avioneta del hijo de Yabrán, lo que no sería raro porque tenían sus campos allí”. “Además había otros movimientos en la zona que no eran habituales, como compra de comestibles, que llamaban la atención, todos datos que pasábamos pero no recibíamos respuesta, pero el dl día 20 era impresionante cómo sonaban los teléfonos porque nadie daba crédito a que Yabrán hubiera estado en la Aldea”, consignó.
En tanto, opinó que “Yabrán ya había tomado la decisión de quitarse la vida” y para sostener su teoría detalló: “Tenemos las cartas dirigidas a la familia, a su secretaria y la famosa carta a HC que resultó ser Héctor Colella, y algo que me llamó la atención es que tenía en la habitación todas las armas –que eran muchas- cargadas”. “Eso me llevo a una conjetura posterior, ya con todas las pruebas reunidas, que este hombre tenía la decisión tomada pero le faltaba el momento. Y el momento llegó, cuando Miguel Amancio Cosso, un comisario que estaba a cargo del procedimiento en la estancia San Ignacio junto con policías de Concepción del Uruguay me llama alrededor de las 13.30 para avisarme que el hombre se mató”, refirió la magistrada.
“Inmediatamente viajamos con la doctora Graciela Pross Laporte, nos constituimos en el lugar y nos abocamos directamente en la investigación del hecho. El lugar de la escena se preservó totalmente, se entró únicamente para constatar el deceso y luego quedó todo vallado”.
“Cuando nos avisan que Yabrán se mató, partimos de la duda de si sería Yabrán, porque uno no se imaginaba un Yabrán con todos los medios y tan poderoso que se matara. Y si es Yabrán, la pregunta era si se mató o lo mataron, y a partir de esos dos ejes se tomaron todas las pruebas”.
Respecto de dichas pruebas, puntualizó: “Secuestramos todas las armas de todo el personal policial las que se llevaron a Paraná para ver si alguna había sido disparada, obviamente también el arma que había utilizado Yabrán; el ADN; las huellas dactilares con su documento de los 16 años”. Sobre este punto, afirmó: “Vucetich me da el 100 por ciento de correspondencia porque las huellas dactilares no las puedo modificar, y es más que un ADN que me dio el 99,999 por ciento de correspondencia de paternidad entre los hijos Pablo y Mariano con ese cadáver, que resultó ser el padre biológico de Pablo y Mariano Yabrán”.
Y agregó: “Tomamos todas las medidas del cuerpo y en su momento alguien me dijo que debía ser uno de los cadáveres más estudiados de la República, y creo que tenía razón, porque no se dejó nada librado al azar” y reveló que “en esa foto de Yabrán que había sacado el fotógrafo José Luis Cabezas en la playa de Gesell donde está acompañado de su esposa, se le notan dos cicatrices muy impresionantes del lado derecho: una fue por una peritonitis por la cual casi se muere y un drenaje. Hasta esos detalles tenemos en gigantografías y hasta las manchas seniles”.
Las presiones
Pivas contó además que “el jefe de policía de la provincia que estaba en el lugar me dice que había un llamado de Presidencia de la Nación pero el speech era para todo el mundo igual: tenemos una persona de sexo masculino, boca abajo, en un charco de sangre, se nota un arma de hombro que está bajo su cuerpo, es canoso y está vestido con ropa deportiva y sin vida”.
“La misma respuesta era para todo el mundo. La explicación era invariablemente igual para todos, incluso para el entonces Presidente de la Nación, Carlos Menem, porque uno debe ser respetuoso de Criminalística”, sentenció.
“Estábamos muy tranquilos, aunque si había teléfonos pinchados”, aseveró la magistrada quien recordó a modo de anécdota: “En una oportunidad cuando se estaba descomprimiendo un poco la cosa, estábamos hablando por teléfono con la doctora Pross Laporte y una de las dos realizó un comentario muy coloquial al estilo de por fin un poco de paz y en eso una voz de hombre nos dijo que lo disfruten. Indudablemente estaban los teléfonos mal”.
Sobre las filtraciones de fotos truchas del cuerpo del empresario, admitió que “había muchas presiones y recuerdo que al fotógrafo de policía le achacaban algunos periodistas que había vendido fotos, porque en Telefé habían publicado una foto de una persona masculina boca abajo, diciendo que era del cuerpo de Yabrán, pero con el torso desnudo y con un reloj negro”.
Ante ello, explicó que “el reloj de Yabrán era un Bvlgary de oro macizo –que me acuerdo que cuando lo devolvimos para ser entregado a la familia, Héctor Colella me dijo que eso podía pasar solamente en Entre Ríos porque pensaba que no lo iban a encontrar más- y estaba en su mesa de luz, él no lo tenía puesto”.
“Me quedé con esto de que la foto no era, tuvieron que pedir disculpas, y jamás al día de la fecha se filtró ninguna foto, primero porque teníamos la decisión de que no se filtrara ninguna foto. Hubo muchas cosas que se inventaron lamentablemente, pero no se podía salir a responder a todo el mundo. En algunos casos se dijo que nunca se tuvo la totalidad del expediente, la cual se la llevamos con el comisario mayor en ese entonces, Rubén González, director de Criminalística, en una comisión policial con la que fuimos hasta Dolores y después de una espera de varias horas fuimos atendidos. Nosotros investigamos la muerte, no la vida de Yabrán”, concluyó.
El trabajo de Criminalística en primera persona
El comisario retirado Alfredo Colazo trabajó en la parte de Criminalística tras la muerte de Yabrán y aseveró que “desde el primer momento nos abocamos 100 por ciento a la investigación de ese crimen, pero sin saber de qué se trataba”. “Después nos enteramos de la importancia que tenía, sentíamos la presión de lo que podía significar esa causa en ese momento pero cuando llegamos al lugar uno se pone a trabajar, se olvida de todo y se aboca a la tarea pericial”, explicitó en relación a la relevancia del trabajo realizado.
“Es un día inolvidable para mi vida profesional por cuanto toda la escena del crimen tenía una particularidad más allá de lo transcendente a nivel nacional e internacional. El trabajo de investigación pericial propiamente dicho en la escena del crimen nos llevó a ver cosas que me marcaron”, admitió.
Al respecto, se refirió a “la pulcritud de la escena” y aseguró que “la pulcritud del lugar donde se mató Yabrán evidentemente hablaba de la personalidad; los elementos que había en la escena del crimen y los que se utilizaron para la comisión del ilícito también, porque el arma fue particularmente traída para ese efecto y había llegado al lugar unos días antes, habiendo otro tipo de armas en el lugar”. Sobre ese detalle puntual del arma utilizada estimó que “seguramente habrá tenido alguna cuestión personal con el arma, pero eso forma parte de otra ciencia que no es la criminalística sino la criminología, que ahonda más en los elementos que llevan a una persona a suicidarse”.
Agregó que “Yabrán se vistió expresamente para ese momento, tenía un equipo de gimnasia Adidas, según relató uno de los cuidadores de la estancia, Leonardo Aristimuño ya fallecido hace unos años”. “Escuché todo su relato porque nos nutrimos de esa información para llevar un pormenorizado análisis de la escena del crimen”, comentó.
Marcó que “otro elemento que nos permitió determinar la pulcritud es que suicidó en el baño, lo cual es otro elemento destacadísimo, que habla de la personalidad de él, de su pulcritud, para que no se manche ni ensucie ningún elemento de la habitación”.
Consultado por las presiones que pudieron tener, el ex jefe policial señaló que “en un primer momento se puede decir que tenemos algun tipo de presión profesional pero a esa altura yo ya estaba en la mitad de mi carrera, era jefe de turno de la Dirección de Criminalística y dirigí conjuntamente con mi director todas las operaciones que se llevaron a cabo, entonces una vez que uno llega a la escena del crimen y nos permitieron trabajar y llevar a cabo la tarea pericial, la presión pasa a ser totalmente secundaria y no nos afecta pero más meticulosidad y profesionalismo le ponemos para que no haya ningún tipo de errores”.