El entrerriano Ezequiel Unsain se mostró cauto respecto de su actualidad en Newell’s Old Boys de Rosario, pese al gran nivel que demostró en el semestre final de 2015: “Creo que el peor error de un jugador de fútbol es confiarse, porque los demás compañeros también tienen ganas de estar y entrenan para jugar. Uno tiene que trabajar siempre al máximo y nunca tiene que sentirse titular ni indiscutido”.

Además, el oriundo de Alcaraz habló de lo que significa el clásico en Arroyito de la segunda fecha ante Rosario Central y dijo que es “el partido a ganar en el inicio del torneo”. También asumió que “Newell's debe estar en un lugar más alto de la tabla que el año pasado” y confió que disfruta del “cariño de la gente”.

Sobre su estilo de juego, en diálogo con La Capital aclaró: “No me gusta revolear la pelota para arriba con los pies, pero si es necesario lo haré. Hay que ser inteligentes y por un capricho no se puede complicar el trámite de un partido”.  

—¿Cómo te trata la exigencia de la pretemporada?
—Bastante bien. Mejor de lo que esperaba. En las vacaciones me cuidé lo más posible y entrené para no perder el ritmo. Sabía que se viene un año difícil, pero muy lindo. Busqué mantener el estado físico y voy llevando bien las rutinas de trabajo.
  
—Ya sabés lo que es atajar en Primera, ¿cambia en algo esta pretemporada con respecto a la anterior cuando todavía no habías debutado en la máxima categoría?  
—Es igual a las anteriores. Uno tiene que esforzase en esta etapa de la misma manera que lo hizo siempre. Pronto se vienen varios amistosos y queremos jugarlos para empezar a agarrar ritmo futbolístico.  

—¿Qué balance hacés del 2015 en lo personal y lo colectivo?  
—En lo personal lo puedo considerar bastante bueno porque se dio lo que soñaba cuando empecé a jugar al fútbol. Pude debutar en Primera muy joven y sinceramente no me lo esperaba. Pero el disfrute no fue máximo porque la situación grupal no fue la deseada. Newell's merece estar más alto de lo que pudimos llevarlo el año pasado. Nuestro objetivo este año será mejorar lo hecho el torneo anterior para poder pelear campeonatos y meter al club en copas internacionales.
  
—Se dice que lo más difícil en el fútbol es consolidarse en Primera, ¿sentís que estás en ese proceso?
—Sin dudas. Uno tiene que trabajar de la misma manera tanto cuando juega como cuando no juega. Pude jugar el torneo pasado los últimos partidos y este año si me toca o no tendré que esforzarme igual. Nunca hay que conformarse ni confiarse. Creo que el peor error de un jugador es confiarse porque los demás compañeros también tienen ganas de estar y trabajan para eso. Por ello me esfuerzo al máximo para poder seguir como el año pasado.  

—¿No te sentís ni un poquito dueño del arco?  
—Yo no lo siento así. Creo que uno tiene que trabajar siempre al máximo y nunca tiene que sentirse titular ni indiscutido. Es mi manera de pensar. Hay que esforzarse al máximo y es lo que estoy haciendo. Acá los arqueros conformamos un grupo muy lindo y hay muy buena calidad humana. Creo que todos en la pretemporada arrancamos de cero y con las mismas posibilidades. Voy a sacrificarme con mucha humildad para que el técnico me tenga en consideración. La competencia por el puesto es muy sana.
  
—¿Ya procesaste todo lo bueno que te tocó vivir en 2015?  
—Por ahí en las vacaciones pude hacer un balance junto a mi familia de todo lo que me tocó vivir. La verdad que es difícil creer que haya logrado cumplir el sueño que me propuse cuando me tocó irme de mi casa a los 13 años para venir a Newell's. Era algo lejano y haberlo cumplido es muy lindo. Pero siempre hay que ir por más con sacrificio y esfuerzo. A medida que uno cumple metas tiene que trazarse nuevos objetivos. Y en eso estoy. 

—Saben que tendrán el desafío de mejorar lo hecho en 2015  
—Seguro. Lo tenemos muy claro. Sabemos que ni la gente ni nosotros queremos ver a Newell's así. Tenemos que pelear el torneo y tratar de meternos en las copas. Hay que devolver al club al lugar que merece.
  
—Tienen un arranque de torneo durísimo: San Martín de San Juan, Central, Racing y Boca. ¿Cómo lo toman?
—Es un fixture lindo y estamos muy motivados para afrontarlo. Nos gusta que sea así. Es un arranque difícil, pero el jugador de fútbol tiene que estar preparado para esta situación. Nos estamos entrenando para un inicio de torneo bastante picante.
  
—Pronto volverás a jugar el clásico en el Gigante de Arroyito, algo que viviste hace poco y te fue bien.
—Haber jugado un clásico de visitante te da otras armas para disputarlo. No quiero sumarle tanta trascendencia al partido desde ahora, aunque sabemos que es importantísimo. Creo que de los cuatro encuentros iniciales, el partido a ganar es en cancha de Central. Pero hay que ir paso a paso. Primero jugar los amistosos y luego ir fecha a fecha, empezando por el debut en San Juan.

—A mitad de año hay Juegos Olímpicos, ¿tenés la ilusión de poder estar en la consideración de la selección argentina?
—Sin dudas que la ilusión siempre está. Creo que formar parte de una selección en un Juego Olímpico sería un nuevo objetivo alcanzado. Si uno trata de mantener el nivel la convocatoria podría llegar, pero falta mucho tiempo todavía. Ahora estoy pensando exclusivamente en la pretemporada y en el inicio del torneo. Cuando el Tata Martino dirigía a Newell's iba a ver las inferiores y me conoce de esa época. Pero igual uno siempre tiene que revalidar las condiciones y superarse día a día.
  
—En los puestos de venta callejeros en el Rosario está tu camiseta colgada entre las de Nacho Scocco y Maxi Rodríguez, ¿esto qué te genera?
—Me encanta. Es increíble. Tener un lugarcito entre dos grandes referentes de la institución me llena de orgullo. Por ahí estos detalles me hacen ver que estoy recorriendo el camino correcto. Y esto me motiva para seguir consiguiendo cosas más lindas. Quiero mejorar en todo y siempre hay cosas para perfeccionar. Igual haberme ganado cierto cariño en la gente de Newell's me deja tranquilo por lo que estoy haciendo.  

—¿Qué es lo más lindo de jugar en primera?  
—Ver la felicidad de mi familia cada vez que salgo a la cancha. El futbolista es un privilegiado porque hace lo que ama y puede vivir emociones únicas.