Instituto de Córdoba ganó en Santiago del Estero y gritó campeón en la Liga Nacional de Básquet.
En una noche para el recuerdo, Instituto se consagró campeón de la 38° edición de la Liga Nacional de Básquet. La Gloria dio el golpe en Santiago de Estero y se impuso por 85-84 ante Quimsa, para ganar el quinto punto de esta apasionante serie de Finales, y así obtener por primera vez en su historia el título de la máxima categoría de nuestro básquet.
Con jerarquía individual pero también juego en equipo sobresaliente, los cordobeses impusieron condiciones para festejar en un estadio Ciudad verdaderamente colmado. Acompañado de un sólido rendimiento colectivo, el MVP del juego definitorio fue Martín Cuello, autor de 21 puntos y seis rebotes, y encargado de convertir los dos tiros libres del campeonato.
El partido
Como era de esperarse, en el primer cuarto primó la paridad, con intensa lucha interior y tan sólo algunos destellos del perímetro con dos bombas por bando, de Cosolito para Quimsa y Cuello (terminó con 11 ese periodo) por parte de la Gloria. Fue 25-23 para el local, en un segmento de ritmo y goleo elevado que comenzaba a prometer un estupendo juego.
En el segundo comenzaron a rotar, continuó el poder de anotación y aumentó la fricción. Aunque esta vez por rachas, se mantuvo un trámite parejo que culminó 47-46 para la Fusión. Mientras que la dupla Cuello-Romano comandaba la ofensiva cordobesa, y el dúo Brussino-Anderson dominaba el ataque santiagueño, fue Thomas quien enloqueció al público local con un triple en los segundos finales para irse un punto arriba al entretiempo.
El segundo tiempo inició con un Whelan intratable (siete puntos en los dos primeros minutos) y Quimsa conservando su buen despliegue en la pintura. Instituto apretó en defensa, mejoró en campo contrario y esta vez fue Loku quien convirtió de tres puntos prácticamente sobre la bocina para decretar el 71-64 en el tablero al finalizar el tercer período.
Ya no habría un mañana, todo se definiría en los 10 minutos restantes. Aunque Instituto estableció la máxima de nueve unidades con conversión a distancia de Copello, Quimsa arremetió empujado por sus fanáticos. Terry puso al frente a la Fusión desde la línea de libres a 4.8 segundos del final, y tiempo muerto mediante Cuello penetró recibiendo la falta. Sus dos lanzamientos perforaron la red y decretaron el 85-84, otorgándole la victoria y el título a los cordobeses.
Bases de calidad como Whelan y Copello fueron ideales en la conducción. El perímetro compuesto por la eficiencia de Cuello, la experiencia de Luciano González, la creación de Chiarini y las apariciones de Elías se erigió como pilar fundamental. Mientras que el poderío interno propiciado por Romano, Gallizzi, Fierro y Vicens, se constituyó como valor diferencial para coronarse en un certamen tan parejo como atractivo.
Luego de festejar en el Súper 8 y sortear numerosos obstáculos para conseguir el tercer puesto en la fase regular, los dirigidos por Lucas Victoriano demostraron todas sus virtudes y se convirtieron en los mejores de estos playoffs. Finalmente y por primera vez en su historia, Instituto de Córdoba gritó campeón de la Liga Nacional.