
El periodista Claudio Jacqueline analizó lo sucedido con el desplazamiento de la, ahora, ex canciller Diana Mondino.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Jacqueline reveló que “ayer, mientras se decidía la salida de Mondino yo estaba reunido con un alto funcionario de Cancillería hablando de la situación del voto por lo de Cuba y si era posible que (Gerardo) Werthein la reemplazara. El alto funcionario me decía que no creía que fuera ahora, que era el voto habitual de la Argentina, que el gobierno estaba informado. Pero cuando salgo de la reunión, recibo al momento un mensaje del mismo funcionario diciendo: ‘¿viste lo que ocurrió mientras estábamos charlando?’”.
En cuanto a la relación de Mondino y Milei, evaluó que “mirando en retrospectiva, está claro que a la Cancillería la había intervenido Santiago Caputo en la figura de Úrsula Basset y de Nahuel Sotelo en la Secretaría de Culto y Civilización. Los dos eran quienes, decididamente, habían intervenido la Cancillería en detalles de acuerdos internacionales o presentaciones de Argentina que se estaban preparando para Naciones Unidas, OEA, el G20. De hecho, apenas llegó Úrsula Basset a la Cancillería –que no tenía ni siquiera un cargo formal- se puso a revisar cada una de las intervenciones que iba a tener y de trabajos que se venían haciendo de la Argentina en foros internacionales. Además, hay que pensar que, por ejemplo, en el G7 quien acompañó al Preisdnete fue Gerardo Werthein; quien asistió durante los Juegos Olímpicos a la reunión bilateral que mantuvo Javier Milei con Emmanuel Macron fue el embajador en los Estados Unidos, en un hecho absolutamente irregular y que causó mucha sorpresa y malestar en el gobierno de Francia. Fue algo absolutamente fuera de lugar para que vaya un embajador en un país extranjeros a una reunión bilateral con el Presidente de otro gobierno. A esto se sumó que en el viaje a las Naciones Unidas a Diana Mondino no la subieron al avión de la comitiva, tuvo que viajar en un avión de línea, un hecho irregular, de destrato, al que uno se pregunta por qué se sometió alguien con una trayectoria y una formación académica, intelectual como Diana Mondino”.
“Esto revela también cómo funciona esta corte en la cual quien dispone de los lugares que cada uno va a ocupar, más allá del cargo formal que tengan, son Santiago Caputo y Karina Milei. De ambos lados vino esa intervención a la Cancillería que terminó explotando ayer, por algo que, del lado de Diana Mondino, consideran que fue una cama porque, dicen, la Casa Rosada de esto estaba informada”, analizó.
Por otra parte, sobre los vínculos con China y Estados Unidos, afirmó que “hasta el momento no hubo ningún problema por parte de Estados Unidos ni de China en cuanto a que se mantengan relaciones en distintos campos y en distintos niveles entre ambos. Por lo que hablé con expertos en relaciones internacionales y diplomáticos de carrera, el problema está más allá de China, el problema de Argentina hoy tiene que ver con un enorme desafío que es la reunión que se va a realizar dentro de 17 días del G20 en Brasil, y todos los focos están puestos ahí porque las posturas de Argentina en temas como género y cambio climático van a contrapelo definitivo de las posturas que hay en el G20 y esto abre una enorme incógnita”.
A esto sumó que “el voto respecto de Cuba estaba muy vinculado con una cuestión muy cara a los argentinos que es Malvinas, porque Cuba preside hoy el Comité de Descolonización, tiene un lugar muy importante en ese lugar y además arrastra una veintena de votos que son muy decisivos, no sólo en el tema descolonización y Malvinas sino también en otras comisiones. Lo que algunos diplomáticos temen es que a partir de ahora Argentina tenga un lugar muchísimo menos relevante dentro de los organismos internacionales, y que después de los ataques que hizo Milei en la Asamblea de las Naciones Unidas a la propia organización, también se afecten algunos programas que están desarrollándose en la Argentina, y que en este momento entran en fase de renegociación porque se están venciendo. Por lo tanto, las consecuencias de esta política exterior basada en preceptos ideológicos y en axiomas maximalistas tendientes a tratar de cambiar el orden internacional, pueden ser poco deseables para la Argentina. Asimismo, el intento de ingreso de la Argentina a la OCDE en la cual muchas de las cosas con que Argentina enfrenta por la política de Javier Milei son bases de sustentación elemental, como el tema ambiental, de género y de minorías”.
Por último, planteó que “en el comunicado de ayer, que además tiene un tinte casi estalinista porque se habla de tomar lección de pureza ideológica a los diplomáticos de carrera, aparece una palabra que es soberanía. El soberanismo en relaciones internacionales se interpreta como aislacionismo, como un intento de que ningún organismo internacional tenga injerencia en las decisiones internas de ningún país, es lo que está llevando a cabo El Salvador de Bukele, y esto va a contrapelo de lo que ha sido el posicionamiento de los grandes países y que ha sido muy relevante en términos de derechos humanos, de desarrollo, etc”.
“Por otro lado, están las elecciones de Estados Unidos donde hoy no hay certeza de quién va a ganar, pero aún si gana (Donald) Trump –que es el candidato deseado de Javier Milei-, no está muy claro cuál va a ser la posición que vaya a tener en determinados temas, en otros no se sabe cuál es la posibilidad de llevarlas a cabo, el mundo con el que se encuentra Trump es diferente al de ocho años atrás, y por otro lado la situación interna de los Estados Unidos y de la economía internacional es muy diferente. Eso lleva a que algunos sueños del gobierno respecto de que Trump pueda ser un aliado estratégico de la Argentina para ayudarla en cosas bien concretas y en la economía real, hoy sean un gran signo de interrogación”, concluyó.