Por JCB de ANALISIS DIGITAL

La noticia no tardó en alertar al sector: el presidente priorizó otras áreas y decidió ajustar el presupuesto que solventa el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Durante el gobierno kirchnerista el área de ciencia e investigación era una de las más fomentadas como política de Estado a pesar de que haya habido serios reparos en el direccionamiento de algunas líneas de investigación, sobre todo en lo que tenía que ver con la influencia del agronegocio. No obstante, era vox pópuli que la política dedicada al desarrollo del área era uno de los puntos positivos y a destacar del gobierno anterior.

Durante la campaña electoral del año pasado, desde Cambiemos se señaló al kirchnerismo como impulsores de lo que denominaron ‘la campaña del miedo’ a raíz de la denuncia que hicieron dichos sectores sobre las posibles consecuencias de los lineamientos ideológicos y políticos del entonces candidato Mauricio Macri. Uno de los puntos clave de las denuncias eran los eventuales recortes en el área de ciencia, ejemplificando en lo que había sucedido con los científicos en los tiempos donde el neoliberalismo sin caretas gobernó en la Argentina, la fatídica década de los 90.

Si bien la fuga de cerebros fue la consecuencia final de las políticas del menemismo, el inicio de dicho resultado se basó en el recorte del área y un posicionamiento por lo bajo en el orden de prioridades. Algo similar a lo que pareciera que está comenzando a suceder en la actualidad.

“Demandamos especialmente a los diputados nacionales por Entre Ríos para que asuman su compromiso con el desarrollo de nuestra provincia y voten en contra del recorte a la educación y la ciencia. La afectación de estas partidas podría significar el cierre de este centro de investigación (CITER) y poner en peligro la creación del Instituto de Investigación en Estudios Sociales (INES) de UNER y CONICET”, señalaron a través de un documento científicos y becarios de la provincia.

El recorte para áreas como las líneas de investigación que se dedican al estudio social de nuestra provincia significaría un serio retroceso en materia de políticas públicas. Este centro se dedica a “visibilizar y aportar a la resolución de problemas sociales que nos afectan desde hace años”. “La pobreza estructural, la desocupación de los jóvenes, las expectativas y gastos que promueve la Asignación Universal por Hijo, las economías solidarias, son algunos de los temas que se analizan”, explicaron los científicos en relación a lo que se pone en riesgo si se aprueba el Presupuesto 2017 tal como lo envió al Congreso Mauricio Macri.

“En el marco de las nuevas negociaciones por el Presupuesto 2017, como docentes, investigadores y becarios de Conicet apelamos a la solidaridad de los colegas, estudiantes, ciudadanas y ciudadanos para que nos acompañen en la lucha y defensa de la educación e investigación pública”, instaron los especialistas.

El detalle del ajuste

Si bien Macri había prometido en campaña asignarle un 1,5 por ciento de la inversión total al Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, se conoció que prevé tan sólo un 0,59 por ciento de la totalidad presupuestado. El monto específico de lo que propone en el proyecto de Presupuesto 2017 es de 13.957 millones de pesos, que se reparte entre el ministerio, el Conicet y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). En la comparativa, esto es una reducción a lo que venía sucediendo en el área año tras año: desde el 2009 al 2016 el ítem presupuestado para el área en cuestión varió entre el 0,7 y 0,8 por ciento. Al recorte nominal habría que aplicarle el valor real del ajuste por la escalada inflacionaria que superó el 45 por ciento durante 2016.

El físico Fernando Stefani -vicedirector del Centro de Investigaciones en Bionanociencias- realizó un informe del cual se conocieron los detalles a través del sitio Perfil.com. En dicho informe se mostró como el presupuesto asignado para el área fue subiendo desde 2009 a 2014, mientras que en 2015 ya tuvo una leve caída que se terminó de profundizar con otra caída para 2016. Igualmente, ninguno de los recortes señalados (2015 y 2016) llegaron a ser de los niveles que propone Macri para el año próximo.

“Este año se notó una fuerte caída del financiamiento, tanto del poder adquisitivo del salario como del presupuesto para los programas de investigación. Lo preocupante es para el año que viene se programa un recorte aún mayor”, advirtió Stefani. “Las consecuencias ya las conocemos: la más dañina es que se va a fomentar una nueva fuga de cerebros, donde los científicos van a volver a irse trabajar al extranjero”.

También investigadores nucleados en el Grupo Ciencia y Técnica Argentina, entre ellos Adrián Paenza, Alberto Kornblihtt y Roberto Salvarezza, difundieron una declaración donde advierten que “(el presupuesto) pone en riesgo los logros de la última década y atenta contra cualquier política de fomento del desarrollo económico soberano”. La discusión del Presupuesto aún está abierta, y los científicos buscan involucrar a toda la sociedad. Para eso lanzaron en la web el petitorio “Defendamos la Ciencia Argentina”.