Claudio Cañete
Su origen, su historia, sus primeros investigadores, sus ámbitos, los pases de baile, los estilos, las coreografías, los atuendos femeninos y masculinos y la bibliografía son las estrellas que componen el amplio cielo del chamamé. Principalmente Corrientes y el norte entrerriano son el contexto de esta música y esta danza que guarda muchos secretos y saberes de la identidad litoraleña. Una investigación de los profesores Claudia García, Eduardo Flores y Enrique Antonio Piñeyro recorre estos ítems con rigor documental y amplio conocimiento profesional. El Chamamé se baila así en el Litoral argentino es un trabajo que le da vigencia a las anteriores búsquedas, a la vez que se instala como un aporte novedoso por su propio enfoque, para entender una forma de sentir la identidad en la región. Antes de su presentación formal como un nuevo libro que publica la Editorial de Entre Ríos, ANALISIS anticipa parte de esta síntesis conceptual que llevó mucho tiempo de elaboración y un minucioso trabajo de campo en las dos provincias.
“El prominente lugar que el chamamé ocupa en nuestra cultura regional demanda serias investigaciones y estudios sobre sus orígenes, evolución, transformaciones, modalidades y todo cuanto se relacione con su inserción en la vida del pueblo litoraleño. A partir de la segunda mitad del siglo XX comenzó a manifestarse una auspiciosa corriente en ese sentido, reflejada en los trabajos de Juan Bianchetti, Raúl Oscar Cerrutti, Porfirio Zappa, Heraclio Pérez, Enrique Antonio Piñeyro, Dalmidio Baccay, Ertivio Acosta, Clara Passafari, Pocho Roch, Nerea Avellanal, Julián Zini, Julio Cáceres, Emilio Noya, Héctor Brisighelli y otros estudiosos del tema. A ellos se suma hoy la nueva generación, reflejada en el presente trabajo (...) que bucea en las raíces y tiende a clarificar conceptos”, comenta el periodista Mario Alarcón Muñiz en el prólogo de El Chamamé se baila así en el Litoral argentino, de los profesores Claudia García, Eduardo Flores y Enrique Antonio Piñeyro.
Quien no tenga muchas certezas acerca de las características del chamamé como música y danza, obtendrá de este estudio todo lo que necesita saber en ambos planos. Pero también hay en este libro relevamientos y análisis que le servirán al especialista como consulta y acceso a material inédito. La virtud de llegar tanto al aficionado como al profesional es el gran sentido didáctico de esta obra, cuyos capítulos indagan en detalle, acompañados con excelentes imágenes todas las variantes que presenta la coreografía; además, incluye una pormenorizada descripción de las modalidades rítmicas y cierra con un anexo dedicado a “la vestimenta, indumentaria y referencias varias”. Cabe mencionar que un bloque del trabajo está dedicado a la recopilación coreográfica de cuatro danzas tradicionales con ritmo de chamamé: El Tatú, La Chajá, El Carancho Pepó y el Baile de la Vizcacha, un aporte exclusivo del profesor Piñeyro que está acompañado de fotos y diagramas de los pasos de baile.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)