Hugo Remedi
Traducido en términos automovilísticos, las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) son una especie de prueba de clasificación donde no se termina de definir el resultado de la carrera, pero evidentemente orienta y además dejan como toda disputa ganadores y perdedores.
Lo más objetivamente notorio es el retroceso que ha tenido el oficialismo en lo que hace a la cosecha de votos respecto a las elecciones inmediatas anteriores. Teniendo en cuenta siempre que la comparación es PASOa elecciones generales.
Pero si se analiza tomando en cuenta los comicios donde se eligieron tres senadores y cinco diputados nacionales en Entre Ríos, el 23 de octubre de 2013, aquel momento de crisis electoral para el oficialismo, el Frente para la Victoria con candidatos como Pedro Guastavino, Sigrid Kunath y José Lauritto cosechó más de 362.000 sufragios; el domingo Gustavo Bordet no alcanzó los 280.000 votos. Es decir que, la merma alcanzó una significativa cifra de casi 82.000 sufragios.
Si en cambio se toma como referencia la última elección a gobernador, el 23 de octubre de 2011, la diferencia en detrimento del oficialismo es aún mayor.Urribarri entonces retuvo la gobernación con 368.111 adhesiones, es decir el 55,98% de los sufragios. En contraste, y solo por ahora, la cosecha de Bordet fue del 44,33%, casi 89.000 votos menos.
Lo curioso del caso, es que en aquella elección fantástica del oficialismo, le sacó casi 20% a la suma de los dos principales opositores de entonces, Atilio Benedetti del radicalismo y Jorge Busti del Frente Entrerriano Renovador. En el caso del domingo pasado, la suma de lo que cosechó Alfredo De Angeli con Cambiemos y la Unión Popular que lleva como postulara a Adrián Fuertes, supera en 6 puntos a Bordet.
El otro hecho saliente, curioso o distintivo, es que en la elección de 2011 hubo más de 140.000 votos en blanco y en la del domingo casi 127.000.
De todos modos, la mayoría de estos datos son funcionales al oficialismo está claro. A esta circunstancia donde nada peligra, la gente la usa para asustar o mandar señales a modo de advertencia, pero claramente a la hora de definir vuelve a las fuentes.
(Más información en la edición gráfica número 1026 de la revista ANALISIS del 13 de agosto de 2015. )