El músico lanzó un libro compuesto de partituras de las canciones que él mismo compuso inspirado en los poemas de Juan L. Ortiz. Su intención es que la música y la poesía de Juan L. circulen y, con ese objetivo, editó el libro bajo el sello “Intemperie sin fin”. ANÁLISIS conversó con Sebastián Macchi para conocer más sobre este homenaje musical a uno de los poetas más importantes de la provincia.
Por Aldana Badano
Pensar en el río Paraná evoca imágenes de agua amarronada y un caudal correntoso. El Paraná es donde ha germinado la inspiración para dar vida a poemas, canciones y tantas otras expresiones artísticas de la región. Pero hay maneras de retratar al río y su acontecer que se destacan, una pluma que es considerada dueña del mejor bagaje poético del siglo XX. Nos referimos a Juan Laurentino Ortiz.
El entrerriano supo retratar los paisajes con una sensibilidad especial que lo llevó a vincularse poéticamente con su contexto. Su importante obra permaneció desconocida, inconexa y perdida muchos años, hasta que editoriales regionales decidieron reunirlas en ejemplares robustos hace apenas algunos años. Sin embargo, su influencia siempre estuvo presente en estas tierras y quienes transitan la vida con sensibilidad de artista, han sentido la admiración por este escritor.
Tal es el caso de Sebastián Macchi, quien musicalizó muchos poemas de Juan L. Ortiz y que, ahora, los convirtió en un libro de partituras para que puedan ser interpretados por todo aquel que se sienta interpelado por los versos del autor gualeyo.
El libro consta de diez poemas de Juan L. Ortiz y las diez partituras correspondientes a la musicalización de los mismos. Además, se incluyen las palabras de los artistas que participaron del proceso creativo y del mismo creador musical. La editorial es “Intemperie sin Fin”, coordinada por el mismo Sebastián Macchi. El proyecto del libro fue ganador del Fondo Económico de Incentivo a la Cultura, las Artes y la Ciencia (FEICAC) de la Municipalidad de Paraná. ANÁLISIS conversó con el músico para conocer más de esta propuesta titulada “Luz de Agua”.
- Si bien hace muchos años que vivís en Paraná, no sos de acá. ¿Cómo fue ese traslado?
- Nací en La Plata en 1981. Mi madre y mi padre habían migrado para estudiar. Me marcó mucho vivir la infancia allí, sobre todo con lo que significó el retorno a la democracia y esa primavera que se vivió de manera muy cultural. Cuando cumplí los siete años volvimos a Paraná donde viví esa parte de la infancia donde uno se adueña de la ciudad, del lugar, eché raíces y es en Paraná donde me siento parte.
- ¿Cómo surgió tu amor por los versos de Juan L. Ortiz?
- Juan L. Ortiz era un nombre que resonaba un montón en mi adolescencia, pero más bien por el personaje que dejó su estela. En el ’96estaba en el segundo año de la escuela secundaria y allí se cumplieron 100 años de su nacimiento. Entonces, el centro cultural La Hendija hizo una impresión de afiches con poemas suyos. Y algunos de esos llegaron a mi escuela y allí tomé contacto directo con algunos de sus poemas. Luego, a través de una edición que había hecho la Editorial de Entre Ríos. Recuerdo que pedí un ejemplar prestado en la biblioteca del Colegio Nacional -donde estudiaba- y lo fotocopié, porque en ese momento era muy difícil conseguir su poesía. Luego, la Universidad Nacional del Litoral editó la obra completa, y unas amigas me la regalaron. Son unas amigas con las que continúo compartiendo el vínculo con la literatura y la sensibilidad con la palabra. Ahí sí fue este zambullirse de lleno en su universo, en su sensibilidad, en su estética, en su modo de ver el mundo y comenzó un viaje muy profundo.
(Más información en la edición gráfica número 1141 del jueves 15 de junio de 2023)