
El ex delantero, de amplio recorrido por el fútbol de ascenso en Italia, formó a comienzo de este año la entidad que funciona en el polideportivo del barrio Antonini, más conocido como Cuarteles. El Ruso comenzó con una categoría y hoy cuenta con casi 70 chicos que van desde la 2012 a la 2020. “El proyecto avanza de muy buena manera y estamos muy felices”, le dijo el entrenador a ANÁLISIS. También habló de su retiro y de las ganas de seguir creciendo como director técnico en la divisionales formativas.
Por Álvaro Moreyra
Las Escuelitas de Fútbol han crecido muchísimo en la ciudad de Paraná. Algunas ya cuentan con una larga tradición en la capital entrerriana y su nombre es reconocido en las competiciones locales y también las nacionales. Otras recién están haciendo sus primeras armas y sueñan con ser como aquellas que ya atravesaron un tiempo prudencial y por las que pasaron cientos de gurises que comenzaron a patear su primera pelota defendiendo esos colores.
Una de esas nuevas escuelitas paranaenses que nacieron en el último tiempo fue una que viene creciendo a ritmo acelerado: la Academia Antonini.
La novel entidad funciona en el barrio homónimo, aunque en la jerga paranaense la zona se conoce como el barrio Cuarteles, teniendo en cuenta que prácticamente se toca con los amplios terrenos del Ejército Argentina, en su Destacamento Paraná.
El creador, mentor o ideólogo de la idea fue un ex futbolista: Sebastián Vicentín. Cuando se calzaba los botines, El Ruso fue un verdadero trotamundos del fútbol porque estuvo 13 años en tierras europeas donde pasó por dos países, aunque fue Italia el que prácticamente lo adoptó y lo tuvo en casi todas las categorías del ascenso.
Un pequeño recorrido por su interesante carrera deportiva dirá que, en 2004, con 19 años, cargó su bolso de ilusiones y se fue para Suiza para jugar en el Lugano, uno de los equipos más importantes de aquel país.
Antes, en la Liga Paranaense de Fútbol (LPF) defendió los colores de Toritos de Chiclana, Unión de Crespo y Atlético Paraná. Siendo un poco más grande pasó por las inferiores de Boca Juniors, Newell’s de Rosario y Huracán de Parque Patricios, aunque no llegó a debutar en Primera División.
Con la intención de tomar impulso y saltar de nuevo firmó con Germinal de Rawson para disputar un Torneo Argentino B.
De ahí se fue a probar suerte a Europa, salió la chance de jugar en el ascenso del Calcio y fue así que jugó en el Agri, Virtus Volla, el A.S. Bisceglie Calcio, Rosarno, Juvestabia, Avelino Paganese, Aversa Normanna, Asti y Nadó. Un montón de equipos en los que se cansó de inflar redes, es por eso que siempre fue pretendido por varias instituciones.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1155, del día 17 de octubre de 2024)