Goyeneche: “Nunca destituyen a un fiscal por no investigar, sí he visto por investigar”

Imagen de archivo de Cecilia Goyeneche en el Jury de Enjuiciamiento, junto a sus dos abogados defensores.

Imagen de archivo de Cecilia Goyeneche en el Jury de Enjuiciamiento, junto a sus dos abogados defensores.

La procuradora adjunta Cecilia Goyeneche consideró que el proceso de juzgamiento al que está siendo sometida en Tribunales "es absolutamente ilegal y violatorio de tres leyes. Y las intervenciones por fuera de la Provincia que han existido últimamente, han remarcado esa situación", afirmó. La fiscal Anticorrupción dijo además que "desde el primer hasta el último testigo fueron favorables en poner en evidencia que todo esto fue un armado, donde se trató de encontrar algún elemento para provocar la situación de destitución. Pero, nada consistente", acotó. Goyeneche, suspendida actualmente en sus funciones, dialogó con el programa de radio “En el dos mil también” que se emite por Radio de la Plaza (Paraná), sobre su situación a raíz del contexto del Jury de Enjuiciamiento que pesa sobre sus actuaciones. A continuación, los pasajes más sobresalientes de ese diálogo, con los periodistas Antonio Tardelli y Sebastián Martínez. “Nunca destituyen a un fiscal por no investigar, sí he visto por investigar”, afirmó.

-¿Cómo pasa estos días?

-Encontrándome con otras actividades y entretenida en estos últimos cinco meses con la preparación de mi defensa y también trabajando en otras cosas vinculada a cuestiones familiares y a cuestiones institucionales de la Justicia, también.

-Pensábamos que después de 15 años en el Ministerio Público, un día te suspenden y te tenés que quedar en casa. Un cambio de rutina muy fuerte-

-Sí, muy de golpe. Es cierto que con todo lo que implicó el enjuiciamiento he estado muy entretenida con presentaciones e incluso en organismos internacionales; presentaciones ante la Corte Suprema de Justicia y todo eso ha sido trabajo en colaboración con mis abogados. También he estado ocupada con todas esas cosas e incluso aprendiendo mucho de otros temas que no siempre se ocupa de estudiar.

-¿Por qué?

-Esencialmente porque uno se mete en las investigaciones y está trabajando con los casos de corrupción, pero hay todo un trasfondo de cosas más institucionales que tiene que ver con incluso con esto de la investigación de la corrupción, que por ahí una lo deja de lado. Entonces empecé a investigar con lo que me pasó e investigar qué ha ocurrido en otros países de Latinoamérica en casos similares, y me he encontrado con un montón de casos parecidos. Casos de fiscales que investigaban corrupción, que decidieron echarlos por una opinión en la prensa, incluso casos en Argentina. Hay casos que han llegado también a los Tribunales Internacionales. Y así una se va enterando de otros lugares donde pasan cosas así y va sabiendo cómo son los métodos y todas esas cosas.

-De las audiencias nos llamó mucho su rol activo en la defensa. Imaginábamos como ocurre en un juicio penal el peso de la defensa está en los abogados defensores y no tanto en el acusado. ¿Por qué decidió asumir ese rol? ¿O si es obligación que así sea en un proceso de este tipo?

-Tan vez no sea tan habitual. La recomendación es que en defensa propia no te metas.

-Claro. No hay que defenderse así mismo.

-Esa es la recomendación. Lo que ocurre es que lo que sé hacer es eso: llevar adelante juicios, litigar en juicios orales.

-Le diríamos que lo que sabe hacer es acusar, porque por algo es fiscal, mucho menos defenderse.

-No es tan distinto. Uno lo que hace en un juicio es tratar de encontrar la verdad y no solo acusar. Una lleva un caso y trata de demostrar argumentalmente, la razón. Eso es lo que se trata de hacer en un juicio.

-De hecho, su defensa tuvo mucho de acusación también. Porque acusó a gran parte de los que estaban sentados en el Jurado.

-Sí, es cierto eso también. Una defiende y trata de demostrar argumentalmente que tiene razón. Es cierto que -en este caso-, la verdad no me fue muy difícil convertirlo un poco en una acusación porque la acusación fue tan deficiente. En el proceso del juicio oral, lamentablemente no permitieron divulgarlo en vivo y en directo; pero en esa instancia no hubo ningún contratiempo para mi parte.

-No sintió que en ningún momento la estaban arrinconando.

-Para nada, en absoluto, al contrario. Desde el primer hasta el último testigo fueron favorables en poner en evidencia que todo esto fue un armado donde se trató de encontrar algún elemento para provocar la situación de destitución. Pero, nada consistente.

-Cuando convocó a sus abogados, les habrá dicho que a la defensa la ejercía usted.

.No lo charlamos. Pero sí sabíamos que a la defensa la íbamos a hacer entre los tres. Nadie como yo conocía toda la situación de trasfondo de todo esto. Mi ventaja era conocer con mucha precisión el caso que dio lugar al pedido de destitución y mi situación personal, que también los abogados llegaron a conocerla muy bien. Pero, yo conocía todo y tenía las herramientas para hilvanar todas las cuestiones que se presentaran.

-Volvamos a las audiencias. ¿Qué cosa usted diría que le vino bárbaro, este detalle o esta declaración es muy conveniente para usted?

-Cuando nos sentamos en la audiencia pensábamos que tal vez algunos de los testigos fueran a mentir, que hubiera testigos iniciales que fueran a mentir. Encontramos a un testigo que fue a mentir, que era también uno de los cobradores de cheques de  la Legislatura.

-¿De quién nos está hablando?

-De (Mario) Deiloff.

-Deiloff fue el empleado o cadete del estudio al que según sus acusadores usted maltrató en una audiencia.

-Exacto. Ese testigo fue a mentir, pero cuando mintió ya habíamos proyectado (en video) en la propia audiencia su declaración ante los fiscales, ante mí, y ya se había puesto en evidencia que no hubo ningún maltrato ni nada por el estilo. Entonces cuando se sentó y trató de decir dos o tres cuestiones, quedó muy en evidencia que estaba mintiendo. El testimonio de Deiloff dura aproximadamente media hora y lo proyectamos entero en el debate. A una le disgusta esa actitud de descaro frente a la mentira descarada. Pero, estamos acostumbrados a eso. Incluso hay instructivos acerca de qué hacer con los testigos mendaces y cómo termina un testimonio mendaz que debería terminar con una detención en flagrancia.

Contextos y perspectivas

-Así como usted planteó sus dudas y casi sus certezas acerca de la parcialidad respecto del Jurado de Enjuiciamiento o con algunos de sus integrantes. ¿Tiene una reacción parecida o distinta frente a la conformación del Tribunal Ad Hoc que debe tratar ahora el amparo que usted presentó en su momento?

-No. Respecto del Tribunal Ad Hoc no los conozco. Salvo el doctor (Bernardo) Salduna que es miembro del Superior Tribunal de Justicia y se le conoce un poco más la trayectoria, al resto de las personas no las conozco porque son camaristas del Fuero Laboral, con lo cual no tengo ningún contacto. Incluso me los puedo cruzar en el pasillo (de Tribunales) y no los reconocería. Así que no podría llegar a una conclusión ni tengo prejuicios.

-¿Qué espera del fallo? Más allá que salga favorable para usted.

-Espero que apliquen el Derecho. Dentro del enjuiciamiento y lo complejo que es explicarlo, el enjuiciamiento tiene un vicio de origen que es ese que se está discutiendo en el fallo del Superior Tribunal de Justicia. Es un Tribunal de corte administrativo, porque el Jurado de Enjuiciamiento está integrado por tres jueces del Superior Tribunal de Justicia, dos legisladores que no son abogados y dos abogados de la matrícula. Ese Tribunal no puede declarar la inconstitucionalidad de una ley, no puede decir no aplicar una ley; y, sin embargo, para mi caso decidieron no aplicar tres leyes provinciales. Ese es el vicio de origen que nosotros lo vinculamos y nos fuimos con un amparo cuestionando que no podían ellos decidir esas cosas. No lo puede hacer un juez, mucho menos un jurado: no pueden decir no aplicar el Código Procesal Penal o la Ley de Jurado de Enjuiciamiento. Entonces ese vicio de origen lo vinculamos a la parcialidad. Porque si parten de la idea que no quieren que un funcionario público o un fiscal lleve adelante la acusación; debe ser porque tiene temor que ese fiscal la lleve adecuadamente. Y como en este caso no encontramos ningún motivo para sospechar de 120 fiscales en la provincia, consideramos que lo hicieron porque sabían que no tenían causa, sabían que no había un hecho para imputarme.

-Además hay que decir que este no es un juicio penal, sino algo muy parecido a un juicio político. Por supuesto que no se puede ser arbitrario, pero el jurado puede votar según sus inclinaciones o preferencias. Hablando en potencial, si en el Jurado hay personas que desde un inicio la querían destituir, acaso fue una estrategia equivocada ir a la lista de conjueces. Porque usted pudo haber sido perfectamente acusada por un fiscal y en última instancia la decisión queda entre los siete miembros del Jurado de Enjuiciamiento.

-El problema que algunos jueces que estaban en el Jurado de Enjuiciamiento, en particular (Daniel Omar) Carubia que ya había intervenido en el juzgamiento de (Carlos Alfredo) Rossi, el juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Gualeguaychú, el Procurador (Jorge Amílcar) García no acusó y les sugirió que ellos (por el jurado) podían destituirlo igual por tratarse de un juicio que no era penal. Pero, Carubia encabezó el grupo de quienes dijeron que sin acusación fiscal no podían llegar a la destitución. Y ese es un detalle importante. Igualmente es una estrategia espantosa.

-A este proceso no hay que mirarlo en términos de conveniencia, sino verlo si está bien o mal, si es legal o ilegal.

-Es absolutamente ilegal; violatorio de tres leyes. Y las intervenciones por fuera de la Provincia que han existido últimamente, han remarcado esa situación. Es el caso del relator de la ONU para la independencia judicial que remarcó eso como un dato conclusivo.

-El Relator pide explicaciones.

-Pide explicaciones, pero el texto dice que si sacaron al fiscal esto es una violación al derecho del juez natural. Porque adelanta una especie de conclusión respecto a ese punto porque es algo bastante básico dentro derecho procesal. La regla de quienes integran la “Litis”, el juicio son reglas fijas: siempre hay un fiscal del otro lado, jueces naturales que están previo al hecho o al juicio y eso no ha ocurrido aquí. El hecho que la Corte lo haya tomado con la celeridad con la que la ha tomado y que haya sido tan contundente con votos en unanimidad, es también contundente respecto de eso. Si bien no llegan a una conclusión de eso, si detectan el caso.

-La Corte no dijo nada si usted actúo bien o mal en la investigación de los contratos truchos o si está mal haber apartado al (pleno) del Ministerio Público. La Corte dijo: así como respondieron el amparo de la doctora Goyeneche, es un disparate. De todos modos, usted siente que es una señal lo de la Corte, a pesar que no se haya metido con el fondo del caso.

-El tema si es procedente o no un amparo es algo que se discute en infinidades de casos. A mí me habían dicho que mi amparo no era procedente, porque me tenía que someter a una representación que era la del Procurador. Es decir, me dijeron que no tenía autonomía para pararme frente a la ilegalidad. Y eso se selló como absolutamente arbitrario. Pero, que la Corte lo haya dicho a horas de conocerse la postura del Procurador General (interino) creo que marca la relevancia del caso. No es por si es o no admisible el amparo, porque podrían estar tres años o tres meses para decírmelo; y lo hicieron en un día porque hay un caso de relevancia institucional.

-Fue más importante lo gestual de ese fallo que su contenido.

-Sin duda.

-Pudo la Corte haber pensado en términos de la inusitada repercusión público que este caso tuvo en distintos medios de comunicación, muchos de ellos de alcance nacional. ¿Eso pudo haber influido de alguna manera? Y eso da pie para introducir otro tema, casi más teórico: ¿cómo se mueve el Poder Judicial frente a la presión intencional o no que puede generar el periodismo en la opinión pública?

-Sin duda que el caso adquiera relevancia mediática hace que, dentro de la pila de casos, tenga una lucecita. Eso entiendo que debe ser así. En todos los ámbitos ocurre eso. De todos modos, no creo que la Corte resuelva en base a eso (a esas presiones mediáticas). De hecho, han sacado fallos que han sido bastante controvertidos y antipopulares. A lo mejor en este caso coincide esa masa de opinión con algo que está viendo la Corte en el caso. No creo que la Corte se movilice de manera muy fija con el tema de la opinión pública.

La exposición mediática

-Imaginó esta situación alguna vez: el escándalo con ribetes jurídicos y políticos, la repercusión mediática. Su caso apareció en la tapa de importantes medios nacionales durante bastante tiempo. ¿Imaginó alguna vez una cosa así?

-El nivel de exposición no lo imaginé nunca.

-¿Cómo se lleva con eso?

-Asusta, asombra y desconcierta. Una está acostumbrada a trabajar en la oficina, entre papeles, poco más que eso. Es bastante desconcertante.

-Lo toma como una defensa: hay que hacerlo, le sirve, le sirve a la gente. ¿Cuál es la postura?

-Creo que, en este sentido, que se informe sobre este tema me sirve y creo que también sirve institucionalmente y le sirve a la ciudadanía conocer lo que está pasando. Cuando me piden el Jury, enseguida recibí la solidaridad de otros grupos de fiscales, de otros lados del país que me llamaron para asesorarme, para asistirme en lo que necesitara. Y un poco lo que comenzamos a conversar fue cómo se repiten situaciones más o menos parecidas; a lo mejor con menor trascendencia. Pero, siempre este tema de las presiones frente a hechos de corrupción relevantes, están. Y, entonces, creo que en ese sentido también ellos aconsejaron y vieron como positivo que el caso se divulgue porque es una forma de concientizar a colegas que hay alternativas frente a estas situaciones. No es una opción ceder o mirar para otro lado y que la opción es seguir para adelante.

Aprendizajes

-Imaginamos que para usted será difícil tomar distancia de un hecho que la tiene como protagonista. Pero, si usted pudiera hacer ese ejercicio, ¿qué cree que nos dice su caso respecto de las instituciones de Entre Ríos?

-Hay algo de esto que me parece que es positivo, y es que nosotros en Entre Ríos como no ha pasado en otras provincias, tenemos a un ex gobernador (por Sergio Urribarri) condenado. Esto no es nada positivo por el hecho comprobado de corrupción. Pero, es positivo en cuanto a que no podemos ser ingenuos de pensar que esto pasa solamente en Entre Ríos. Esto pasa en muchos otros lados y acá hubo un ex gobernador condenado. Eso me parece que es meritorio respecto de lo que es el sistema judicial entrerriano en cierta medida; y se llega tan lejos en eso por la reacción. He estado en otros casos de corrupción, porque hace 16 años que estoy como fiscal. Y nunca había tenido ni cerca las presiones y reacciones que he tenido ahora. Eso tiene que ver con que la investigación “en caliente” de corrupción a partir de personas que todavía tienen el poder, tiene otro costo.

-Sin embargo, algunos de sus críticos en términos personales y críticos en general del funcionamiento de la Procuración, los corren por izquierda: bueno, efectivamente, tenemos de manera reciente un caso de condena; pero muchas veces la Procuración no ha investigado o no lo hizo tanto como investigó ahora. Frente a esas afirmaciones, ¿qué respondería?

-Y que me gustaría saber cuáles son los casos concretos. Decirlo así en general es muy fácil. Un buen fiscal es aquel que sabe llegar a fondo cuando tiene pruebas; pero también sabe desestimar un caso a pesar de que el hecho ocurrió, pero no tiene pruebas. No sería una buena fiscal si llevo a cualquier funcionario a juicio, sabiendo que voy a perder el juicio porque no tengo pruebas, aunque el hecho haya existido.

-Pero no puede buscar hasta el final esas pruebas.

-Por supuesto. Pero, hay un punto final de la investigación. Hay un momento donde no se pueden encontrar pruebas de hechos de corrupción. Comprobar un hecho de corrupción es muy, pero muy difícil. Generalmente de debe recurrir a los propios organismos administrativos para que nos aporten la prueba y lo que se encuentra son retaceos. No hay una actitud de colaboración gentil. No es esa la situación.

-Eso es tremendo. ¿Usted diría que hay un retaceo institucionalizado en los organismos de control administrativos?

-En los organismos no de control, sino en general los administrativos.

-Estábamos pensando en Tesorería, Contaduría, Tribunal de Cuentas.

-Esos organismos sean, probablemente, los que más colaboran. Pero, si tengo que pensar que tengo que buscar información sobre bienes de una persona. Me sorprendió mucho en el Jury que el Tribunal solicitó todos mis bienes inmuebles al Registro de la Propiedad Inmueble de mis últimos 20 años. Por fuera del objeto del Jury tenía curiosidad por eso. Cuando lo pidieron, el Registro respondió en tres días cuáles habían sido todos mis inmuebles. Resulta que no eran muchos. En la investigación penal jamás nos ha pasado algo así. Y nos suelen responder que no pueden informar de manera nominal. Si queremos saber los inmuebles de fulano de tal, lo debemos preguntar de manera concreta (por dirección). Entonces, lo que observo es una disparidad en el trato que tiene que ver con esto: en el retaceo de la información con la que nos encontramos.

-Su caso ha pegado muy fuerte a la representación simbólica de la provincia. ¿Cómo cree que lo leerá el futuro al caso Goyeneche? ¿Será un caso destacado o esto será una plataforma de odios y rencores que no se sabe para qué lado puede disparar?

-Eso es lo que me pregunto. Ojalá sea el primer paso de un camino y no nos quedemos dando vueltas sobre esto, en esta idea de las revanchas posteriores. Es muy difícil porque la convivencia institucional en Tribunales, en el Poder Judicial es compleja. Por parte de los jueces del Superior Tribunal de Justicia que propulsaron este Jury no lo hicieron de buena fe, no lo hicieron lealmente. Entonces será muy difícil la convivencia posterior. Volviendo a este informe del Relator de la ONU, habla incluso de responsabilidades personales por la afectación a la independencia implicada en este caso. Creo que eso es algo que nosotros deberemos analizar a un futuro también. Institucionalmente espero que sea un primer paso de un cambio o al menos de un límite para que no se avance de esa manera. Esto no quiere decir que un funcionario no tenga que rendir cuentas. Partimos de la base que se debe rendir cuentas y dar explicaciones. En este caso fue un ataque a la actuación de un organismo.

-Hablando de los roles de los jueces y fiscales. Y gran parte del enojo de los vocales del Superior Tribunal con la Fiscalía o algunos fiscales es por la disputa del poder. Muchos jueces entienden que en el actual sistema acusatorio el Ministerio Público Fiscal tiene más poder incluso que los propios jueces. ¿Cómo ven ustedes esta situación?

-El sistema acusatorio lo establece la Constitución. En el 2008 hacía poquito que había ingresado como fiscal. El sistema acusatorio desplaza la investigación penal de los jueces de Instrucción a los fiscales. Es una decisión constitucional. Y a los jueces se le deja una decisión trascendente como es la de controlar los derechos y garantías en esa investigación. No puede haber ninguna disputa de poder en eso, salvo que partamos de la idea de una negación a la manda constitucional. Luego, si tengo la función de investigar y el día de mañana no la tengo y se la dan a otro; lo será porque el legislador o la organización institucional de la provincia lo dispone así. El eje de la cuestión está no en quién tiene la carga del trabajo, sino la posibilidad de definir qué dejamos afuera. Esa es la disputa que algunos no aceptan que la tiene este organismo. ¿Qué pasaba antes? Por ejemplo, en Paraná había ocho jueces de instrucción que llevaban adelante las investigaciones y llegaban a un punto donde el juez debe decidir si procesa, sobresee o dicta una falta de mérito. Esa decisión era recurrida. Entonces en ese recurso, los organismos superiores tenían una llave para decidir o conceder recursos hasta la Corte Suprema para esas decisiones. Por ejemplo, me acuerdo de la causa Pacayut-Puerto Ibicuy, cuando “se comieron la gallina de los huevos de oro”. Ocurre el procesamiento y la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia cuando revisa ese procesamiento, lo confirma porque no tenía otra alternativa, pero después concede un recurso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que era inviable, porque la regla es que no hay recursos para la Corte.

-Frente a un procesamiento y no ante la condena.

-Exacto, porque era provisorio. ¿Por qué lo hicieron? Porque con eso se ganaban años y se podía llegar a la prescripción.

-Usted cuenta eso con una naturalidad, pero horroriza. Porque está contando que la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia opera para que una causa obtenga la prescripción.

-La distinción de permeabilidad tiene que ver con los mecanismos de acceso al cargo. En mi opinión tiene que ver con eso. Quien debe el cargo, debe el cargo.

-Usted dice que también deberían concursarte los cargos del Superior Tribunal.

-Debería existir alguna regla de estándares mínimos. No tengo la respuesta a eso. Pero, creo que hay un salto cualitativo entre jueces de Cámara.

-Porque también es controvertido el sistema de selección del Consejo de la Magistratura.

-Para dentro de Tribunales es muy claro cómo mejoró el sistema. Nosotros desde adentro de Tribunales tenemos una percepción. Por supuesto, no son todos jueces y fiscales maravillosos: hay buenos, otros regulares y algunos malos. Pero, lo que es cierto que las posibilidades de permear se reducen drásticamente.

-Usted acaba de ejemplificar con la causa Pacayut, que es tremendo; pero también dijo hablando de los miembros del Superior Tribunal de Justicia que “no lo hicieron de buena fe”, “no actuaron lealmente”. Cualquier podría interpretar que usted habla en esos términos, porque es la afectada en este caso. Pero, qué queda la para el ciudadano común, para el ciudadano de a pie; si usted y la Corte Suprema dice que el Superior Tribunal de Justicia no respetó el derecho de defensa. Uno tiende a pensar -porque en Instrucción Cívica nos enseñaron otra cosa- que está totalmente desguarnecido.

-Los intereses se mueven así drásticamente cuando estamos hablando de casos de relevancia vinculados a factores de poder. Es cierto que no tenemos un sistema perfecto, pero como me decían varios colegas: los casos que nosotros llevamos las garantías se respetan y en tu caso te cambiaron las reglas del juego en la mitad del campeonato. Y eso tiene que ver con un impulso motivado en el tipo de causas que estábamos llevando, en la situación en la que nos encontrábamos.

-A Urribarri se lo sobreseyó por –diríamos- la doctrina surgida por la causa Cozzi, vinculada a los límites de tiempo que deben tener las investigaciones. Los fiscales se durmieron, vencieron los plazos y alguien quedó libre.

-Esa es la explicación fácil. Según la doctrina “Cozzi” ningún hecho de corrupción podría ser investigado, porque el plazo máximo de prórroga es de un año y medio. Como la norma, como el Código Procesal de Entre Ríos no dice que se debe disponer del sobreseimiento, no se pidió prórroga en ninguna causa, ni en un femicidio, ni en un hurto, ni en un hecho de corrupción en los últimos doce años y nunca se llegó a una decisión de sobreseimiento. Solamente por un hecho de corrupción se llegó a esa decisión.

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