Para Catena, la familia de Miguel Ángel Lencina sabe dónde puede estar el cuerpo de Fernanda Aguirre.
De ANÁLISIS
El comisario retirado Carlos Catena recordó los pormenores del caso Fernanda Aguirre, a 20 años de su desaparición en San Benito. Él era director de Investigaciones de la Policía de Entre Ríos y estuvo al frente de este caso que conmocionó a los entrerrianos y al país entero.
En una entrevista concedida al programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral), el experimentado investigador analizó el perfil de Miguel Ángel Lencina, quien fue sindicado como el responsable de la desaparición de la joven adolescente de San Benito.
Destacó que la personalidad de Lencina era de un psicópata e impredecible y que por eso mismo nunca pudo ser parte de una red de trata. Que su accionar delictivo era el de violar y matar.
Catena explicó en el programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral), que, si bien la Justicia Federal abordó este caso como un secuestro extorsivo, el plan original de Lencina nunca fue secuestrar para pedir un rescate.
Señaló que hubo dos errores: el primero el haber permitido que un criminal como Lencina, condenado a 20 años de prisión, salga en libertad con un informe psicológico que indicaba que tenía perfil para socializarse. Y el segundo, la demora en realizar la denuncia por la ausencia de Fernanda, aunque atenúa la crítica porque entiende a la familia Aguirre de haber actuado en las primeras horas sin dar aviso a la Policía.
Catena abordó los detalles de este caso, las líneas de investigación que abordaron para encontrar a Fernanda y admite que la joven ya no está entre nosotros. “Ojalá y Dios quiera que me equivoque. Quisiera tener la necesidad de equivocarme que no está entre nosotros. Pero, por eso quizás algún día removiendo una máquina o algún lote que se venda o que se construya, aparezca algo de Fernanda”, dirá para mantener viva la esperanza.
- ¿Por qué nunca apareció Fernanda?
-Qué buena pregunta. Qué buena pregunta que hasta el día de hoy todos investigamos la causa 20 años de la desaparición de Fernanda la preguntamos. Creo que hubo una tercera persona que estuvo involucrada en ese momento. Para mí, la trasladó en el vehículo; que fue secuestrado, fue peritado junto a los perros que entrenaban la Policía de Río Negro.
- ¿Está hablando de Raúl Monzón?
-Sí. Decía que estos perros estaban entrenados para buscar descamación humana. La descamación humana se produce por una muerte celular continua. En estos momentos que estamos hablando, estamos descamando… y los perros después de tres pruebas dieron con el frasco donde estaba la descamación de Fernanda que estaba extraída del baúl del Dodge 1.500 amarillo. Está bien la Justicia con sus criterios… entendemos que no hay una jurisprudencia aceptada firme como para creerle a un animal u obtener una prueba o tomarlo como un indicio fundamental en una causa de semejante magnitud; no fue desechada pero tampoco fue tomada como un indicio principal como para lograr una detención duradera de Raúl Monzón. Creo que eso fue una de las causas por la cual no aparece Fernanda, porque la pudo haber trasladado a otro lugar que no era donde la buscábamos; más allá que se buscó –puedo decir- en más de cien pozos negros, pozos de agua… se registró el campo, muchas hectáreas… se revisaron hornos. En los hornos inclusive el cuerpo de una mujer tiene dos huesos que son pelvianos y los orificios del témpano soportan más de 1.500 grados de temperatura; o sea que podría haberse encontrado algo si Fernanda había estado quemada o incinerada en algún horno de barro. Se trabajó con forenses.
-Ustedes encontraron un horno de barro que lo habían desarmado o roto.
-Así es. Había estado quemado. Para que se tenga una idea se necesitan entre 800 y 1.500 grados de temperatura para quemar un ladrillo. Eso quiere decir que un cuerpo humano se desintegraría.
-Quedarían esos dos huesos y los dientes…
-Claro. Y algunas piezas dentarias que no son –digamos- naturales. Se buscaron por zarandas. Se buscaron pupas (son insectos que aparecen en la etapa intermedia entre la larva y el individuo adulto durante la metamorfosis). No se halló nada de eso. Entonces, creo que la respuesta que ustedes estás esperando es la que esperamos todos: ¿qué pasó con Fernanda? Creo en el peor final. Lamentablemente, muchos medios hablaban que fue inmersa en la trata.
- ¿No había ninguna vinculación de Lencina con la trata?
-Partamos de una base: Lencina estaba condenado a 20 años por violación y homicidio agravado por matar a tres personas. A todos les extraía como un “suvenir” las zapatillas, aros, lo que poseía la persona en ese momento. Nos encontraban con un panorama idéntico, sin el cuerpo, las zapatillas habían sido llevadas a San Martín de las Escobas donde las secuestramos.
-El escenario sería el siguiente: pasa lo que pasa con Miguel Lencina y su sobrino. Lencina siempre las mataban, las dejaban en el lugar. Ambos llegan a la casa y allí le dicen: “Otra vez hiciste lo mismo, dejaste el cuerpo”. Y ahí van a buscar el cuerpo.
-Si les parece. Vamos a arrancar desde el principio fundamental de esta causa. Primero, el error más grande de esta causa fue que dejaron a Lencina suelto: psicológicamente es un violador, no debía estar suelto. La Justicia sí lo admite porque las leyes correccionales lo permiten: después de la mitad de la condena se le otorga una libertad socio-familiar, con un informe que yo leí.
-Claro, lo habían condenado en 1994.
Así es. Lencina fue condenado a 20 años, era joven, creo que tenía de 25 años y a los 35 sale por primera vez. El informe psicológico dice que tiene perfil para socializarse. Entonces, bueno, el juez no tiene otra alternativa. Estaba como juez (de Ejecución de Penas Miguel Ángel) Retamoso, y le da la oportunidad que Lencina “salga”. ¿Cuál es el error? El Patronato de Liberados no ejerce el control sobre Lencina, que debía estar en San Martín de las Escobas y se paseó por todo Paraná y San Benito durante 14-16 horas.
-Recordemos que en San Martín de las Escobas vivía la familia de Mirta Chávez.
-Así es. Vivían Mirta Chávez con la madre y demás familiares, donde apareció una zapatilla de Fernanda. Entonces, el primer error fue ese. El segundo error no lo podemos endilgárselo a la familia de Fernanda porque… a ver lo explico… Fernanda fue secuestrada entre las 3 y 3:30 de la tarde.
-Y al azar, porque si ella no buscaba las flores no hubiera pasado nada.
-Así es. ¿Qué es lo que sucede? Cuando recién la llamaron a las ocho menos cuarto de la noche por parte de Lencina o de la mujer que lo hacen desde un kiosco que está en calle Almafuerte, desde un teléfono que se sacaba y se guardaba cuando cerraba, tipo barato, pequeño… Le dicen que la van a matar si no le entregan el dinero. Como padre yo entiendo que no le aviso a la Policía. No le aviso a la Policía. Cuando tomamos conocimiento eran las una menos cuarto de la mañana. Ya Lencina estaban en la terminal de ómnibus comiendo con Mirta Chávez un sándwich, una milanesa napolitana con una bebida dulce, creo que coco o algo así. ¿Qué hacen? El último llamado telefónico a la madre de Fernanda y le dicen: quédese tranquila… sonriéndose en el teléfono, con la voz sonriente, diciendo que Fernanda ya está viniendo hacia su familia. La madre la espera. Fernanda no llegaba. Y ahí recién hacen la denuncia. O sea que Lencina tuvo mucho tiempo para decidir qué es lo que hacía con Fernanda. Pero, volviendo a lo que me preguntaba: Lencina no tenía una estructura al nivel de trata. Era un tipo que estuvo condenado a 20 años, diez años preso sin ninguna comunicación.
-Y además era una persona con una conducta imprevisible. Es decir, no podía estar al frente de una organización.
-Por supuesto. Era un psicópata mental, determinado psicológicamente era un psicópata No podemos pretender que tengan una red de prostitución o una red de trata de personas a nivel internacional, España… estamos hablando de una cosa imposible. Yo entiendo desde mi punto de vista que es imposible. Como decía anteriormente, el primer error fue que Lencina estuviera “suelto”. Y el segundo fue, bueno, al pasar tanto tiempo. Mirta Chávez pide el rescate y lo recoge debajo del Puente de Hierro. Y fíjense cómo surge la causa. Esta causa por las características que reúne se transformó en un secuestro extorsivo. Pero, Lencina nunca extorsionó a nadie ni secuestró a nadie para extorsionarlo. La finalidad era violar y matar. Tan es así que Lencina sale a las 10 de la mañana con un revólver 38 atado con cinta a cometer asaltos. Y van a jugar al pool a calle Jorge Newbery, en una esquina. Iba a asaltar a una persona y Nazareno -el sobrino- le dice: no, tío, no, porque acá no van a ver. Después se salva una chica de rojo que estaban en el cementerio y que se sintió perseguida por una persona con una mirada penetrante y ella se asustó y se fue del cementerio. Y también la seguía para secuestrarla y abusar de ella. A tal punto que uno de los testigos que estaba en calle Newbery, enfrente de la estación de servicio, me dice: comisario, cuando vi a esa persona en la esquina del Cementerio con otro chiquito. Me dijo que agarró el bate porque pensó que ese tipo le iba a hacer algo. La mirada penetrante que tenía era intimidatoria; eso fue antes de Fernanda. Cuando a Fernanda le encargan los tres claveles, eran para una amiga de una vecina.
-Que cumplía años…
-Que cumplía años. Va a la florería del padre que estaba al lado, pero con tanta mala suerte que el padre le dice que no tenía porque a la mañana la mamá se le terminaron los claveles porque los había llevado a la florería del Cementerio. Ahí Fernanda emprende ese trayecto hacia el Cementerio. Cuando pasa por esa esquina en la que estaba Lencina y Nazareno (por Jonathan Luis Casalino); Lencina le dice: “Chau, divina”. Fernanda agacha la cabeza y continúa su trayectoria. Y Lencina le dice a Nazareno: “Ahora vas a ver lo que le va a pasar a esa engreída cuando vuelva”. Y le pasa lo peor. El país estaba paralizado porque jugaba Argentina-Brasil. No andaba nadie en la calle. La lleva por el campo, estamos hablando de esta época donde había trigo, con 20-25 centímetro de crecimiento. La lleva por el medio del trigal, según lo que dice Nazareno. Que es muy creíble lo que dice Nazareno. Porque es un testigo muy veraz. ¿Por qué? Porque la madre de Fernanda decía que Fernanda estaba con un par de zapatillas de un color que no eran las que realmente tenía. Y a mí Nazareno me dice, no, comisario, Fernanda estaba con unas zapatillas blancas, con unas tiras rojas. Cuando yo hablo con María… María se va al placar y se da cuenta que (Nazareno) tenía razón, que las zapatillas que ella había denunciado estaban en el placar y las que tenía Fernanda eran blancas y roja. Entonces, qué te queda por pensar de la veracidad de Nazareno, que iba atrás de Fernanda caminando, mientras Miguel la llevaba apuntándola con el 38. ¿Dónde surge ese secuestro extorsivo? Fernanda con temor le dice, no me mates, no me hagas nada, mi papá tiene dos mil pesos porque ha vendido un carro. Había vendido un tráiler. De ahí surge ese secuestro extorsivo. De ahí, a Lencina se le “prende la lamparita” y dice, voy a contar con dos mil pesos. Entonces, la segunda etapa de la investigación, ¿dónde nace? ¿Cómo hizo Lencina para memorizar el teléfono de Fernanda? Si no tenía lápiz y papel para anotar porque no fue con ese objetivo. Y lo anota en una penca. En el campo hay muchas pencas, donde él aparentemente la corta, le saca una espina, y ahí anota el teléfono de Fernanda o le hace anotar a Fernanda el teléfono. Para el posteriormente llamar y hacer la extorsión, que ya era sabido que iba a suceder porque Fernanda no aparecía. El padre, desesperado, ¿por qué llamó dos veces a la casa? No le atienden al teléfono, porque no había nadie. Cuando llegan, encuentran el llamado telefónico de Lencina, que atiende la madre y a la que le dice que estaba secuestrada y que quería dos mil pesos de rescate o que la iban a la matar, y que no avisen a la Policía. Ahí la familia arma un operativo familiar, si así podemos decirlo, donde el yerno y otras personas van a un lugar donde se iba a hacer la entrega y se esconden entre unas máquinas agrícolas viejas que había en una esquina, y ven todo el movimiento de la entrega… donde el papá de Fernanda va en el Ford K y Mirta Chávez recibe los dos mil pesos. ¿Por qué la entrega se hace abajo? Porque teóricamente Mirta Chávez era fóbica a las alturas y no se animaba a pasar por arriba del puente. Entonces, baja y recibe el dinero abajo. Y ahí es donde se configura el delito de secuestro extorsivo.
-Y a su entender cómo siguieron las horas de Lencina. Es decir, cuando vuelve a la casa después de cometer el hecho.
-Bueno, acá hay dos teorías. La primera, se encuentran los restos de los claveles de Fernanda en una barranca, donde según dichos de Lencina la había ahorcado con un cinto, y la tenía atada a un árbol hasta donde yo he andado, porque él miraba la televisión aparentemente. Cosa que no es así, porque yo he andado por ahí y no estaba el cuerpo. Y después, una persona que viene del campo, yo no recuerdo el apellido en estos momentos, sale en los primeros 45 minutos del entre tiempo de Argentina, a tomar aire, a fumar un cigarrillo; comenta eso, y ve a dos personas que vienen atravesando el campo, a unos 100-200 metros. Y no lo ve con claridad por la distancia, pero ve que tenía pelo largo. Lencina tenía el pelo largo. Se lo hizo cortar estando preso, porque sabía que estábamos todos atrás de él. Y Fernanda, tenía un pelo largo hasta el hombro. Deducimos que Lencina pudo haber venido con ella caminando, que vemos hasta la casa que nunca lo pudimos determinar. Y ahí perdimos rastro de Fernanda. Veníamos a tomar un poco de postes y ese rastro, ahí se pierde el último movimiento de Fernanda con Lencina. Entendiendo que cuando Lencina la secuestran, y la llevan por el campo con Nazareno, la ponen debajo de un árbol, con unas chapas de cartón negro, que todo está verificado por fotografías y Criminalística, los dichos de Nazareno… y Lencina le da 100 pesos a Nazareno y le dice: “Tomá, llévale esto a la loca”. Y ahí Nazareno se vuelve… “La loca” era Mirta Chávez. ¿Esos 100 pesos para qué eran? Para llamar a alguien que venga con un vehículo. Convengamos que en ese tiempo había muy pocos teléfonos celulares. Había un Tango 300 que le fue secuestrado a Jozami, que era el taxista que llevó a Lencina y a Mirta Chávez a la pasarela. Recordarán que también estuvo investigado… que tiró el celular en un tacho de la basura, en un contenedor, que nunca lo pudimos encontrar. Y nunca se pudo saber cuál fue el destino de las llamadas si es que las hubo. Y ahí se pierde un rastro de la investigación, digamos, que se torna cada vez más compleja. Porque ya no tenía una coartada, no había una coartada. O porque no podían, o porque no sabían, o por una recomendación de sus abogados letrados de que no hablaran más. No lo sabemos a eso.
-Y a su entender: a Fernanda ¿la trasladan y la matan o la matan y la trasladan?
-Por eso decía que había dos teorías. Una, si es que la mató en el campo, y la juntaron después, o la trasladó viva hasta la casa y la mató en la casa. No hay que olvidarse, porque hay un antecedente importantísimo en la causa Alberto Koltunoff: cuando lo encontraron (a Lencina) al lado del muerto tomando mate. O sea, no tenían problema en estar al lado del muerto. El victimario no tenía ningún tipo de impedimento. Evidentemente, los frenos inhibitorios nunca le funcionaron. Ni un poco. Quemaron el auto de Koltunoff en la puerta de su casa. ¿Qué más indicio probatorio para la justicia y la policía? Los mataron a diez metros de donde tomaban mate. Y ¿quién compró la nafta, el bidón para quemar el auto? Nazareno, que tenía 9 años en esa época. Es decir, ya había alguna participación familiar en estos tipos de delitos, que era muy común en ellos. Recordarán la muerte del policía Víctor Hugo Ré, que le matan un hijo en el fondo de la casa del vecino. Dijeron que estaban probando tiros y cuando se cruza le tiran a la cabeza. Después aparece el muerto Ré en Villa Urquiza, en un pozo. Que aparece un testigo remisero.
-Había una conducta violenta todo el tiempo.
-Sí, todo así. O sea, entonces me preguntan si estaba en una red de trata. Y las posibilidades son, diría que casi el 99% que no.
-Se perdió tiempo o hubo un error al inicio de la investigación al tener en cuenta esta cuestión del secuestro extorsivo de la Justicia Federal? ¿Hubo algo que debió a su entender haber sido diferente en esos primeros días?
-No, nosotros tomamos la causa con el doctor Héctor Toloy, la Justicia ordinaria, cuando se transformó en delito federal, automáticamente tomó la Cámara Federal que estaba a cargo el doctor Álvarez, que a su vez estaba como subrogante de Silva, cuando Silva estaba de vacaciones. Todo fue con mucha seriedad… todos los oficios que pedíamos, no tuvimos ningún impedimento, inclusive... políticamente el gobernador estaba muy interesado en que Fernanda apareciera vida. Convengamos que era una “bomba de tiempo” … Tengamos en cuenta que en la causa por el secuestro y muerte de Axel Blumberg. Estaba la causa de Marita Verón. El país explotaba de secuestros con la “maldita policía”. Y caemos nosotros en la provincia donde Fernanda cae metida en un sistema de secuestro que realmente no daba por el perfil de una banda de secuestradores. Ni siquiera era un delito especialista. Se configura el delito porque está la figura clara, donde hay una persona privada de su libertad y piden un recate para sí o para un tercero. Está configurado el delito. Pero, la esencia del delito no era que Lencina quería secuestrar a alguien para ganar una recompensa.
- ¿Y esa tensión política no jugó en contra en algún punto? Teniendo en cuenta que hasta el gobernador Jorge Pedro Busti fue a ver a Chávez al penal.
-Mirá, yo diría que no. A nosotros particularmente siempre nos dieron la posibilidad de trabajar con total libertad. Nunca nos presionaban, nunca nos dijeron tiene que decir esto y lo otro, nunca. En eso debo reconocer que la cuestión política también trabajamos codo a codo y debo mencionarlo con José Carlos Halle, que estaba en la Secretaría de Justicia junto con Walter Carvallo y recorrimos todo el país.
-Lencina nunca habló, nunca dijo nada. Ni a un preso. Nada.
-Lencina era una persona muy callada. Era una persona temerosa. Yo creo –un análisis particular mío- que su temor interior que tenía, reflejaba en su exterior un temor hacia el otro, para que no le hagan nada. Hasta el punto que él dormía en la cárcel con tierra del cementerio, para hacerle creer a los presos que no lo tocaran porque le iba a hacer mal. Entonces, Lencina era un tipo muy, muy duro en ese sentido. Muy hosco, muy de no hablar. Y Lencina se ahorca por una sencilla razón, cuando los medios salen y dicen que fue la policía, yo no lo podía creer porque… a ver, ¿quién va a matar a la gallina que pone los huevos de oro?
-No, pero meten al Servicio Penitenciario.
-Pero a ver… ese fue un error. Si tengo que marcar un error, ese fue un error de la policía de no custodiarlo. No podemos no controlarlo porque estamos hablando de Lencina. Y ya había cartas cruzadas entre Lencina y Mirta Chávez que decían que se iban a matar. Yo voy a hacerlo, yo primero, cuidado a los “chicos”, los “chicos” eran los perros. Fue una hoja que robaron o le dieron… era una hoja oficio que decía “Poder Judicial de la Nación”. O sea, cuando iban a Tribunales, lo robaban o la escribían ahí. Cuando se ahorca Lencina, fue la catástrofe de la causa para mí. Fue un puñal en el pecho. Yo recuerdo, nunca lo había sentido tanto el escalofrío… iba por calle Perú, en el vehículo, y me llaman para decirme que se había ahorcado Lencina.
-Encima Jorge Busti estaba saliendo en vivo para TN.
-Y tengamos en cuenta que estaba América 26, TN, Crónica, todos los canales nacionales estaban informando para todo el país.
- ¿Era como hoy el caso Loan, el niño de Corrientes?
-Exactamente. Entonces, presión política no, al contrario. El doctor Busti siempre nos mostró su apoyo. Y él se quería informar a diario. El minuto a minuto de lo que pasaba. Después, bueno, sabemos que la causa entra en algún tipo de receso, de descanso, donde no hay muchas alternativas para poder seguir investigando. Y comienzan los “fabuleros”, los testigos que la vieron en Santiago del Estero. Apareció uno que había puesto en una puerta de una confitería “S.O.S. soy Fernanda”, tallado en madera. Entonces… a ver, una persona que está secuestrada y privada de su libertad, tiene la capacidad y la voluntad de literalmente tirarse al piso y grabar en la parte inferior de una puerta, es una cosa medio demencial. Pero, hay otra teoría, que yo la enseñé mucho cuando era profesor en la Escuela de Oficiales, es que todas las víboras hay que matarlas. La investigación está llena de víboras y no sabés cuál te va a aplicar y cuál es venenosa y cuál no. ¿Qué significa esto? Que tenés que investigar a todas. Si dicen que hay un papel con una “tarjetita” tirada en Tucumán, tuvimos que ir a Tucumán a verificarlo. O sea, si a la pasarela había dentro de una cómoda, donde había polvo “S.O.S”, tenés que investigarlo. Eso es lo que está pasando ahora con Loan.
-Usted sostiene la hipótesis policial de lo de Raúl Monzón. ¿Hay otra persona que cree que sepa lo que pasó? Que Lencina le pudo haber contado a Chávez o a Nazareno puntualmente dónde dejó a Fernanda.
-No, no. No creo. Mirta Chávez nunca supo dónde estaba Fernanda.
- ¿Y la madre de Lencina?
-Sí, la madre sí.
- ¿La madre falleció?
-No sé, desconozco.
- ¿Era la jefa de la familia?
-Sí, sí. Totalmente. No olvidemos que el marido de ella y un hermano de ella estaban presos junto con Lencina por la muerte de la nena que mataron y tiraron en un pozo cerca de la calle 777 al final. Sabían todo. Creería que en la familia alguien puede llegar a saber. No creo que sepa la salud. Tampoco creo que sepa ni cachar. Si no, se hubiera salido. Creo que sepa Nazareno ni tampoco creo que sepa dónde está Chávez. Sino creo que se hubiera sabido.
-Monzón, sí.
-Si se aplica la teoría que digo que ocultaron el auto, puede llegar a saber, caso contrario, no.
-La Justicia desechó el tema del auto porque decía que no funcionaba?
-No. Hay jurisprudencia en el país donde algunos jueces toman veraz o como oportuno para la causa y verosímil la participación de un can. Y hay otros que no, que lo toman como una guía de la investigación. Acá... según decían el auto de Monzón no andaba. Se peritó. Posiblemente sí, posiblemente no andaba. Quizás hay una testigo que estaba en una gomería de calle Almafuerte. No sé si lo recordarán, que en el entretiempo del partido de Argentina… por eso coincide mucho los horarios… llega una persona con un Dodge 1.500 amarillo, con 3 o 4 ocupantes, pidiéndole si le pudieran arreglar una cubierta. Y le dijo no porque su marido estaba en la casa de un amigo mirando el partido y esa persona no sabía cambiar la rueda. Y lo que le quedó grabado a la mujer es que en la puerta del Dodge 1.500 del que manejaba se abría y hacía ruido. Ustedes recordarán que esos vehículos siempre tuvieron problemas de guarda barro… golpeaban. Se peritó ese ruido en el auto de Monzón. Era igual. Pero, tampoco podemos tomarlo porque la mayoría de esos vehículos padecían de ese tipo de falencias. Entonces, hay mucha suerte de por medio también.
- ¿Cuántos años de carrera hizo en la Policía?
-Yo estuve 34 años de servicio.
-Y cuando sucede este tipo de situaciones, que pasan 20 años y nunca se terminó de resolver, ¿se entiende como una especie de fracaso en la espalda, de dolor? ¿Por dónde pasa? ¿Cuántas veces se despertó en la madrugada e insultó porque no se pudo solucionar?
-Sí, sí, sí. Una carga. Más que nada. Porque, a ver… yo dejé mi vida ahí… Dejé mi vida y parte de mi familia. Les cuento anécdotas que son tristes, pero viene al caso contarlas. Yo llegaba a mi casa una mañana y me decía, estaba mi hija con la chiquita y me decía, papá, encontraste a Fernanda. Y para mí era como un puñal. Eran más chica que Fernanda. Y vos te encontrabas una responsabilidad tremenda, más allá de la investigación y de todo eso. Y a lo último me pasó que yo debía dejar la causa porque estaba muy involucrado sentimentalmente con la familia. Es como cuando el médico se involucra con el enfermo. Y son muy amigos y se termina muriendo. Y vos no sabés qué hacer para salvarlo. Bueno, me pasó lo mismo. Yo me aferré mucho a los sentimientos de la familia.
-Y algo parecido le habrá sucedido a Walter Carballo.
-A todos, a todos.
-Eran como un familiar más.
-Exactamente, la visitábamos todos los días… viajábamos por todo el país con María. Cuando sucedió lo que sucedió, creo que somatizó la enfermedad por el dolor que le generó la pérdida de su hija. Realmente, por eso te digo, no es una culpa, no es una responsabilidad… es un tipo de carga que uno lleva en la vida donde nunca perdés la esperanza.
- ¿Volvió a hablar con el padre o con los hermanos?
-No, no. Ahora ya no. Hace unos años que no. Pero, después de la causa sí, sí, sí, seguimos charlando. Pero, ahora no, ahora no. Me jubilé hace 7-8 años, me jubilé de la Policía y he perdido contacto. Pero, nunca pierdo la esperanza de que algún día se sepa o se encuentre algo.
- ¿Fernanda ya no está entre nosotros?
-Diría que no. Ojalá y Dios quiera que me equivoque. Quisiera equivocarme. Quisiera tener la necesidad de equivocarme “que no está entre nosotros”. Pero, por eso quizás algún día removiendo una máquina o algún lote que se venda o que se construya, aparezca algo de Fernanda.