Argentino A: el “Lobo” triunfó y mantiene la ilusión de clasificar

Terminó a lo Gimnasia. Sufriendo, dudando, metiendo. Sin saber aguantar el resultado. Con poca inteligencia para pelearlo arriba pero dejando todo en la cancha. Hasta lo último, como lo muestra el tercer tanto en el final. El de Flores, que llegó a esa posición luego de correr durante 90 minutos. Así gana Gimnasia. Regando la cancha. El fútbol lo pone Matías Padilla. El resto, mete, lucha, pelea, obliga. Eso es hoy el Lobo uruguayense.

Losada debió cambiar, obligado y por cuestiones tácticas, medio equipo. Le devolvió la titularidad a Armando Kloster en el arco y el Kuki le respondió, aunque con algunas dudas. Mando a Suárez y Ferreyra por los expulsados y contó con el regreso de Padilla. El volante fue de lo mejor de la cancha, habilitando a cualquier compañero que le pasara o armando alguna para él. Lo dejó solo a Ferreyra para que el delantero aprovechara su velocidad, quedó cara a cara con Bertoya para tocarla por arriba e irse a gritar el primero a los siete minutos de juego.

Antoniana era lo mismo que el local, fuerza y empuje, pelotazos largos para Hechalar o Ermini. Poco para un equipo con pretensiones de pelear más arriba. Arriola y Hechalar hicieron revolcar a Kloster pero nada más. Y enfrente, Gimnasia gritó otra vez luego de un tiempo en el que perdió la pelota. Y apareció con el segundo, sobre el final. Otra vez Ferreyra que le ganó al fondo, pero esta vez tapó Bertoya, pero el rebote le quedó a Cabral que la empujó al segundo. Así se fue el primer tiempo.

En el reinicio, el DT del Santo mandó a la cancha a Rinaudo y Navarro. Y los dos se encargaron de demostrarle que estaba equivocado en la decisión de mandarlo como suplentes. Entre los dos cambiaron el rumbo del partido. Metieron a Gimnasia en su campo, manejaron la redonda y armaron la jugada del descuento que enmudeció por un momento al Núñez.

Se juntaron sobre la derecha, Rinaudo llegó al fondo para sacar el centro al corazón del área que Navarro cambió por gol con un gran cabezazo al palo más lejano de Kloster. Este gol incrementó los nervios en todo el Lobo. Que no supo definirlo con un par de contras claras.

Los nervios crecieron porque la diferencia era exigua y Antoniana se vino con todo en busca del empate, intentando subsanar el regalo del primer tiempo que creó el DT. Pero no pudo. Ya era tarde.

El palo salvó a Kloster tras un rebote en un mar de piernas en su área. Y de ahí salió el tercero, el que sentenció la historia que ya terminaba. Palacios entendió cómo sacarle provecho a una contra. Centro atrás, para que la palomita de Flores viaje al tercero. Asunto liquidado y a pensar en lo que viene.

El Lobo tiene la clasificación en sus manos. Sólo depende de sí mismo. De su juego, del talento de Padilla y de la entrega de todos, señala Uno.

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