
El relato vivo e inédito de un técnico mecánico de aviones de la Fuerza Aérea, nacido en Hernandarias, a casi siete décadas del Golpe de Estado contra el gobierno de Juan Perón. Testimonios imperdibles de la historia del siglo XX, cuando la grieta ya era grieta.
D. F. Ch.
“Se le fueron las ganas de matar negros”, dijo Juan Alfredo Peter, en el recuerdo de un hecho protagonizado en pleno vuelo de Paraná a Rosario, sobre el delta, a apenas 20 pasos del pelo de agua, un día de setiembre de 1955.
El veterano suboficial mayor retirado de la Fuerza Aérea se refería a un piloto que había tomado la determinación personal de colaborar con el golpe contra la gestión de Juan Domingo Perón, y para ello lo convocó, porque en ese momento era el mecánico de ese avión, y además subordinado.
Peter, que en estos días se encuentra con problemas de salud por senilidad, narró una y otra vez, cuando estaba lúcido, hasta el año pasado, el momento de tensión extrema que logró superar en aquella jornada histórica con una treta insólita y que hoy adquiere relevancia, por razones que se exponen más abajo.
“En la II Brigada había muchos peronistas y otros tantos antiperonistas. Algunas Brigadas eran peronistas y el resto antiperonistas. Las Fuerzas Armadas estaban muy divididas. La II Brigada en Paraná no se sabía, era ‘ni’. En plena revolución, un avión de Paraná se encontraba en Mar del Plata haciendo maniobras con el Ejército”, señaló Peter en referencia a un avión DL 22 biplaza, cuyo piloto era un alférez de apellido Moyano, y su mecánico un sub oficial de apellido Seri. “Ambos exageradamente antiperonistas, y se plegaron por cuenta propia a la revolución, pero fueron atacados por aviones leales a Perón y tuvieron que volver a Paraná”.
En el segundo día de la “revolución” encabezada por Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu, el entrerriano se encontraba de turno en el avión que le correspondía, en Paraná, cuando “apareció el alférez Moyano con un camión lleno de cajones con bombas de 30 kilogramos, y personal de armamento que sacaron todas las butacas para pasajeros.También retiraron las tapas del piso, dejaron al descubierto las aberturas que se usaban para fotografía, y cargaron todos los cajones de bombas”.
“Yo escuché una discusión entre Moyano y los armeros. Moyano quería que los armeros tiraran las bombas por los huecos de fotografía, y ellos se negaron. Uno dijo: ‘es muy peligroso arrojarlas a mano, pueden explotar todas. Además, nosotros no volamos’. Eran empleados civiles”, aclaró.
Alambre salvador
“Le pregunté a Moyano ‘adónde vamos’, por el combustible. ‘A Rosario, al parque Independencia’. Estaba totalmente sacado de sus cabales. Decía ‘los vamos a hacer mierda a estos negros’”.
Peter se refirió así al momento en que grupos de obreros del cordón industrial rosarino se congregaban en las calles con la intención de manifestar su apoyo a Perón y ofrecer resistencia al golpe.
“La radio estaba transmitiendo que todas las fábricas del cordón de Rosario – San Lorenzo habían cerrado y los empleados se estaban agrupando de a miles apoyando a Perón en el parque Independencia. Recién me di cuenta que Moyano quería descargar las bombas a los obreros”, reconoció Peter.
(Más información en la edición gráfica número 1120 de la revista ANALISIS del jueves 6 de mayo de 2021)