
El Gobierno nacional oficializó la llegada de Federico Brunetti al frente del Instituto Nacional del Teatro (INT) y abrió una nueva etapa para el organismo de fomento de la escena independiente. La decisión quedó plasmada este martes en el Boletín Oficial mediante la resolución 256/2025, firmada por el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli. El nombramiento tiene carácter transitorio por 180 días hábiles y crea, de hecho, la figura de director general, una denominación que no figuraba hasta ahora en el organigrama del instituto. La misma resolución incluyó designaciones en otros entes del área, como la Comisión Nacional de Monumentos Históricos y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, lo que muestra un rediseño administrativo más amplio que excede al teatro, pero impacta de lleno en su estructura de gestión.
La designación se produjo apenas un mes después de la renuncia de Mariano Stolkiner a la dirección ejecutiva del INT, episodio que dejó abierto un interrogante sobre la conducción y el rumbo de una institución creada por ley hace 27 años para promover la actividad teatral en todo el territorio argentino. Desde entonces, en el Congreso y en distintos espacios de la comunidad escénica se multiplicaron las objeciones al futuro inmediato del organismo, ya que los proyectos de reordenamiento del área cultural, revisiones presupuestarias y reclamos por la preservación de las políticas federales de apoyo a salas, grupos y festivales independientes generan muchas especulaciones en cuanto a las nuevas reglas del tablero.
El perfil del director general muestra una experiencia en producción escénica y gestión en ámbitos públicos y privados. Según su trayectoria profesional, se desempeñó como productor ejecutivo en proyectos del tándem Cibrián–Mahler, trabajó en iniciativas vinculadas a The Walt Disney Company y fue coordinador de proyectos en la administración porteña durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. A ello se suma su rol reciente como subsecretario de Promoción Cultural y Artística en la actual gestión nacional. También se presenta como coach ontológico profesional y productor dentro del circuito comercial, un recorrido que lo emparenta con formatos de gran escala y con el diseño de contenidos orientados a públicos masivos.
El contexto institucional en el que Brunetti toma la posta es particularmente sensible, ya que en mayo el decreto 345/25 dispuso que el INT dejara de ser un organismo autárquico para pasar a funcionar como unidad organizativa dentro de la Secretaría de Cultura. El cambio supuso la disolución del tradicional Consejo de Dirección y su reemplazo por un Consejo Asesor ad honorem, con un delegado por región y con dictámenes no vinculantes. La implementación plena de esa nueva arquitectura aún está pendiente y deja zonas grises sobre procedimientos, competencias y tiempos de resolución de trámites clave para la circulación de subsidios, programas y convocatorias en todas las provincias.
Mientras se terminan de fijar las nuevas reglas, el funcionamiento cotidiano del instituto se mantiene en tensión. Referentes del INT señalaron que Brunetti visitó en varias oportunidades la sede central, ubicada en la Casa del Teatro, para interiorizarse de las áreas operativas y del estado de los expedientes en curso. Las expectativas están puestas en la continuidad de líneas de apoyo históricas y en la preservación de criterios de selección con base federal y participación de jurados especializados. Organizaciones del sector, por su parte, piden señales concretas: cronogramas de pagos, claridad normativa, recuperación de concursos para cargos técnicos y garantías de que el nuevo esquema no derive en centralización de decisiones que afecten la diversidad territorial.
La discusión también se hace sentir en el plano político. En el Congreso, legisladores de distintas bancadas presentaron cuestionamientos al rediseño del sistema cultural y reclamaron informes sobre la situación presupuestaria y los alcances de las reformas. En foros, asambleas y salas del circuito independiente, las objeciones giran en torno a la pérdida de autonomía del INT y al rol acotado que tendrá el futuro Consejo Asesor, cuyo carácter no vinculante despierta preocupación frente a decisiones que impactan directamente en comunidades artísticas de todo el país.