
Julián Quiroga iba todo el tiempo a la Dirección Comedores de la ciudad de Concordia, pese a no tener ningún rol ni cargo que lo justifique. Este miércoles, el dueño de un comercio y una metalúrgica, fue detenido en el marco de los allanamientos realizados por la Policía en el marco de la investigación que lleva adelante la Fiscalía por el presunto desvío de fondos que tenían como destino el alimento para niños y niñas de escuelas de una de las ciudades con mayores índices de pobreza infantil del país. Según se informó a ANÁLISIS, en las pruebas analizadas surgió su rol como una especie de “valijero” del dinero en negro entre los proveedores y la exfuncionaria Silvina Murúa.
El hecho que está bajo análisis es el desvío de más de 100 millones de pesos en los meses de marzo y abril, según la auditoría interna realizada por la Dirección de Comedores. La maniobra que se sospecha es el presunto acuerdo ilícito con uno o dos proveedores (Iñaki Partarrié, propietario de Ahora Voy, y su padre Martín, de Partarrié Distribuciones SAS), a quienes les habrían pagado la mercadería que entregaban con sobreprecios, o falseando la cantidad de productos recibidos o entregando productos de menor calidad y valor, y estos empresarios luego habrían retornado en efectivo el pago de sobornos.
La Fiscalía de Concordia abrió una causa de oficio, que quedó a cargo de la fiscal Daniela Montangie. A fines de junio el personal de la Jefatura Departamental Concordia allanó la vivienda de Murúa y los domicilios y la distribuidora de los Parterrié. Allí se secuestraron elementos informáticos y celulares. De las pericias, así como de testimonios y otras averiguaciones, surgió el vínculo y el rol de Quiroga en la trama del desvío de fondos.
Quiroga es un empresario conocido en Concordia, que tiene un negocio de venta de vidrio y la fábrica de productos de aluminio Acercon, asociado a otra persona. Se trata de un personaje polémico que últimamente apareció en el MID, que siempre buscó hacer todo tipo de negocios con el Estado y que se había pegado a Murúa. Aparecía todo el tiempo en la Coordinación de Comedores: “Nos saludaba, buena onda, pero nunca supimos qué hacía él, si estaba por encima de ella o qué”, dijo un empleado del área a ANÁLISIS.
Quiroga se asoció a otro hombre que supo hacer vínculos comerciales con el Estado, sin distinción de banderas políticas: Guillermo Marcone, un arquitecto que también es integrante del MID, que había sido nombrado en el distrito entrerriano de Vialidad Nacional, pero al poco tiempo lo removieron sin que nadie dijera nada.
La cuestión es que Quiroga se acercó a Murúa y “aparentemente digitaba todo adentro de los comedores”, dijo una fuente cercana a la exfuncionaria. Se trata de uno de esos hombres que buscan todo el tiempo hacer negocios con los recursos públicos. Así como estaba en Comedores, se instalaba en Obras Públicas de la Municipalidad. De ahí se iba a otra dependencia.
En la investigación surgió la firme sospecha de que Quiroga era el que llevaba el dinero negro a la Dirección de Comedores, desde donde Murúa lo habría llevado luego a una casa de cambio informal, es decir una cueva, donde cambiaba los pesos por dólares. Había trascendido públicamente un audio de una conversación grabada por una persona anónima en el que Murúa se quejaba ante Iñaki Parterrié porque el padre le daba fajos de billetes con menos dinero que el que decían, y que de esto se dio cuenta cuando fue a cambiar el dinero a esa cueva.
En los allanamientos donde detuvieron a Quiroga se secuestró también 48 millones de pesos y 7.000 dólares, además de armas de fuego. También fue allanado el hermano de Murúa. Ahora se analizarán los elementos incautados para hallar más elementos.