Un puma por accidente
Marcelo Chelo Faggi hoy es abogado pero primero fue jugador de rugby, genio y figura del Club Estudiantes. Eso lo llevó a que en una gira lo llamaran del Seleccionado Nacional para Los Pumas. Habló con Análisis de ese momento y de lo que su trayectoria deportiva le dejó.
Claudia Martínez
Llovió la noche anterior. Y la charla con Chelo Faggi fue en su casa, en una zona soñada de la ciudad. Mucho verde, una entrada acompañada de las mascotas de la casa, y el pasto prolijamente cortado. “Yo me encargo de todo. Corto el pasto, lo mantengo”, dice mientras ofrece café en un living muy vintage. Un cuadro de Asiaín, un viejo tocadiscos, un televisor con una reproductora de vhs y grandes ventanales que dan al jardín.
Todo tiene una explicación. “Todo heredado de mi familia. Ese televisor y esa reproductora de VHS es para ver los videos de la época en que yo jugaba al rugby”, cuenta, mientras prepara café para los invitados y se abraza al mate que acompaña la charla.
Tomador de mate amargo, según cuenta, una diabetes incipiente lo obliga a ciertos hábitos que ya asimiló: entre ellos el mate.
Chelo tiene 61 años recién cumplidos. Nacido en Paraná, su padre llegó de Gualeguay para quedarse. Marcelo tiene dos hermanos más: Pati (Fausta) y Cacho (Héctor, reconocido ex piloto de aviones).
Ya lleva 30 años como abogado. Según dijo “hice las dos cosas al mismo tiempo: jugar y estudiar. Pero era muy vago cuando estudiaba. Tuve un par de años rutilantes queadelanté muchísimo la carrera. Una época que justo me coincidió que me dieron una pasantía en Tribunales. Y ahí metí un tironazo importante. Y después me estaba por recibir y me conseguí un contrato de trabajo para ir a jugar a Italia al rugby en los ‘90. Me faltaban poquitas ahí. Seis materias”, relata mientras se relaja en el living de su casa
Estudiante de la Universidad Nacional del Litoral, Chelo (todos lo conocen por ese apodo), dejó toda su humanidad por unos 5 años en Italia: del ‘91 al ‘96jugó en dos clubes de ciudades distintas. Brescia, Milán, Lombardía. Y después Piacenza los últimos años en Reggio Emilia, un poco más al sur.
-¿Cuántos años tenías cuando fuiste a jugar a Italia?
- Veinticinco creo. Y volví a los 30. Y ahí en todo ese ínterin fui rindiendo materias y achiqué. Por suerte que me puse a la pila y subí. Porque enel rugby no ganaba mal. De hecho, esto me lo comprécon el rugby(dice señalando su casa). Y así viví bastante de mis ahorros del rugby.
Faggi era jugador del Club Estudiantes, pero luego de un tiempo recaló en Capibá. En el medio de ese derrotero, llegó la selección y los Pumas.
“En realidad no jugué-confiesa- pero estuve en un Mundial en el banco de suplentes”, dice.
Y se da vuelta en su sillón para apuntar a una foto.
“Me sacaron ahí el día que terminó el partido. Yo, en realidad, había estado en los equipos de Probables y Posibles, como era en esa época, todo previo al Mundial que fue en el ‘98: El primer Mundial que se hizo de rugby. Y con Estudiantes hicimos una gira para ver el Mundial. Y aparte, para jugar nosotros partidos”, narró.
- ¿Dónde era el Mundial?
- En Australia, en Nueva Zelanda. Y ahí hubo una lesión de un jugador que era de mi mismo puesto y bueno, por esas épocas como era el rugby, muy amateur, así fue. Entonces, obviamente los entrenadores me conocían, ¿verdad? En Nueva Zelandia había muchos equipos de Argentina mirando el Mundial. Había de Córdoba, de Tucumán, de Buenos Aires. Me convocaron a mí porque me conocían.
-¿Qué pasó por tu cabeza cuando te llamaron?
-Ni me acuerdo. Digo la verdad, no me acuerdo. Lo que sí sé es que estaba chocho. Tenía 22, 23 años. Entonces, me fueron a buscar a un club donde nosotros jugábamos. Nosotros llegábamos, íbamos a distintas ciudades y jugábamos contra equipos. Y se hacían cargo de nuestro alojamiento. Y cuando llego, me estaban esperando la organización con un sobre. No había nadie de la Argentina. Era todo de la organización del Mundial. Eso me acuerdo. Eran dos tipos. Un auto, un traje, todo era del Mundial. Y ahí, nada…. surgió. Me empezaron a llamar, festejamos todo. Agarré, hice un bolsito mínimo y me fui para el hotel y estuve varios días, tuve casi una semana con ellos, con los Pumas. A la mayoría ya los conocía de haber jugado acá.
-¿Te acordás de los nombres de los Pumas de esa época?
-Serafín Dengra, Hugo Porta, Fabián Turnes, Travailini, Gustavo Milano. Después cambió todo.
-¿Te consideras un Puma por accidente?
-Sí, yo me considero un Puma por accidente... La verdad que sí, porque si no selesionaba ese jugador que estaba en mi puesto, nunca me hubieran llamado. Pero bueno, hay que estar ahí. A mí me conocían en ese sentido. Yo no era malo y por algo me llamaron.
-Estuviste cinco años en Italia, volviste a la Argentina y… ¿qué pasó después en tu vida?
- Acá, nada, me recibí.
Y lo de después es, estar en pareja, tener treshijos: “Octavio, que es médico, Damiana, que es médica y Emilio, el más chico. Ese juega rugby todavía y está estudiando Ingeniería”.
Después de un tiempo, con su nueva pareja compró una suerte de galpón. Y ahí levantó una casa donde vive actualmente.
“En los noventavolvimos, seis. Y empecé a trabajar, hice mis primeras armas en derecho con Carlos Ascúa que era un abogado. Amigo, hoy amigo, en ese momento era entrenador.
- Y el estudio lo tenés acá.
-Sí. En la pandemia cambió el ejercicio y nuestra profesión totalmente. Pasó a ser de todo el papelaje y lo presencial a lo virtual. Ya es algo conocido. Se terminó el escrito papel, salvo alguna excepción, una demanda o no sé qué, nada más. O algún oficio. Y después todo lo demás se hace por PDF y se sube a la nube del Poder Judicial, donde están todos los juicios. Que uno los puede ver con un código de acceso a los juicios que tiene, en los que está vinculado. Entonces, listo. Vino la pandemia, quedamos sin trabajo porque se suspendió toda la administración pública, todo. Y me fue muy mal a mí. Gasté mucha plata que tenía guardada. Por suerte la tenía... Pero estuvimos casi un año, yo en mi caso estuve casi un año sin trabajar, sin cobrar. Literal. Desde marzo a abril que se cortó todo, prórroga, prórroga. No sé, cuando empecé de nuevo la bicicleta. Y bueno, yo tenía una estructurita en el centro con otros abogados.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1166, del día 27 de noviembre de 2025)


