Juan José Bahillo advirtió que el peronismo debe reconstruir un proyecto que vuelva a enamorar. Reclamó “ideas, propuestas y renovación real” para recuperar una mayor representatividad.
En una extensa entrevista realizada en el programa de televisión “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral), el diputado provincial Juan José Bahillo trazó una radiografía cruda del momento político del peronismo entrerriano y del rol que -a su entender- debería asumir como oposición en los dos años que restan de mandato de Rogelio Frigerio.
Sin eufemismos, advirtió que el proceso de reconstrucción será “una tarea muy ardua y muy dura” y que el mayor riesgo no proviene de los adversarios externos sino de la incapacidad interna de articular un horizonte de propuestas. “Muchos compañeros han puesto más la energía en la cuestión interna del peronismo que en ver cómo trazamos una estrategia”, afirmó, marcando una línea crítica hacia los sectores más abocados a disputas orgánicas que a la planificación de un programa político.
Para Bahillo, las elecciones de octubre dejaron un punto de partida “más que aceptable”, que debe ser asumido sin dramatismos, pero con honestidad. La advertencia es precisa: si el peronismo vuelve a concentrarse en nombres y no en las ideas, llegará a 2027 sin un proyecto de provincia ni capacidad de interpelar a la sociedad. Desde su perspectiva, la prioridad es recuperar una práctica militante territorial que incorpore a trabajadores, sectores productivos, organizaciones sociales y actores económicos.
En ese contexto, en el programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral), Bahillo planteó la necesidad de actualizar conceptos y abandonar posturas que califica como “fundamentalistas”. En ese sentido, introduce una de sus definiciones más categóricas: “La sociedad se apropió del valor del equilibrio fiscal”, sentencia, marcando distancia de décadas donde la emisión para financiar políticas terminó -según reconoce como autocrítica-, erosionando sus propios efectos redistributivos.
El legislador también se refiere a la agenda judicial que atravesará a la dirigencia peronista en 2025, vinculada a causas de corrupción resonantes. Su respuesta evita nombres propios, pero tampoco cae en la ambigüedad: “Lo que hay que renovar son las prácticas, las ideas”. Y, en una frase que resume su postura ética, afirma que la honestidad “es inherente a la función pública, no hay por qué andar haciendo una apología”. La posición combina autocrítica y cautela institucional: reconoce que la crisis de representatividad exige coherencia, pero subraya que las eventuales sanciones internas deben estar descontextualizadas del revanchismo y ajustarse estrictamente a la Carta Orgánica del Partido Justicialista.
El análisis de Bahillo sobre el gobierno provincial no es menos severo. Si bien destaca que el bloque justicialista actuó con responsabilidad al aprobar el Presupuesto 2026, lamentó que el Ejecutivo no haya “corregido ni una coma” su texto original, pese a los aportes legislativos. La crítica se intensifica al revisar la política de obras públicas: según explica, el oficialismo generó expectativas que no se corresponden con las posibilidades reales de financiamiento. Con ejemplos concretos -como la planta de efluentes cloacales de Gualeguaychú, cuya gestión ante el BID comenzó en 2018 y siete años después se está ejecutando-, contrapone la complejidad de los proyectos multilaterales al discurso gubernamental de inmediatez.
La vivienda ocupa un lugar central en su diagnóstico y preocupación. Aunque evita cifras que aún revisa, sí describe un problema estructural: la paralización de barrios sociales está profundizando la desigualdad. “Hay un altísimo porcentaje de entrerrianos que no pueden acceder a la vivienda”, subraya, alertando sobre una concentración de la tierra que se replica en buena parte de América Latina. Para Bahillo, el efecto rebote sobre el mercado inmobiliario -donde la ausencia de oferta pública eleva precios y excluye a vastos sectores- constituye una de las consecuencias más graves de la parálisis actual.
Otro eje crítico es la falta de conducción en áreas clave del gabinete provincial. Aunque evitó descalificaciones personales, señaló que no observa en Educación, Salud ni Obras Públicas una planificación que pueda considerarse transformadora. “No veo un sector del gobierno que diga… están transformando la provincia”, afirmó. Inclusive menciona la figura de Alicia Fregonese, titular del CGE, sobre quien aclara que “es una buena persona”, pero cuya gestión considera “totalmente ausente”.
Hacia el final, Bahillo abrió en “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral), una reflexión de alcance nacional: el alineamiento irrestricto con el gobierno central puede generar expectativas de asistencia financiera, pero la experiencia reciente demuestra que la promesa es frágil. En un país federal donde las provincias no energéticas dependen en gran medida de la coparticipación, advierte que sin un aporte sostenido de la Nación las provincias van a seguir agudizando su problema. Su conclusión, más que una crítica, funciona como advertencia: el equilibrio fiscal no puede sostenerse recortando a los sectores medios y bajos, y la responsabilidad política exige discutir reformas previsionales sin caer en ajustes “salvajes”.
-Usted que es un estudioso de la realidad política; ¿cree que al peronismo le va a costar un poco más de lo pensado reposicionarse a nivel nacional y provincial?
-Creo que es una tarea muy ardua y muy dura. Si no somos inteligentes... y no sabemos definir bien las prioridades, podemos poner el esfuerzo donde no hay que ponerlo. Me gustaría explayarme sobre esto. Creo que las elecciones de octubre en Entre Ríos, obviamente, no fueron las que esperábamos… vamos a partir de la sinceridad para tener credibilidad. Pero, (las elecciones) no fueron tampoco tan dramáticas, en mi opinión. Creo que ese porcentaje que se sacó en el contexto nacional, cuando comparamos con otras provincias, con la Región Centro, con provincias similares, con electorados similares, creo que fue de bueno a muy bueno el porcentaje. Porque en las elecciones hay que tener muy en cuenta los contextos; que después sería para charlar en otro tema. A mí lo que me preocupa, y lo he charlado con distintos compañeros, es que después de ese resultado -que para mí genera un piso más que aceptable, que no hay que dramatizar, hay que pensar bien y hay que ser inteligentes en la estrategia hacia adelante-, el peronismo ha puesto… muchos compañeros han puesto más la energía en la cuestión interna del peronismo, que en ver cómo trazamos una estrategia, ahora que tenemos tiempo, y sobre todo que tenemos el año que viene que es no electoral, para ver cómo trazamos un horizonte de propuestas hacia los entrerrianos. Si nosotros ponemos la energía en cómo resolvemos las candidaturas del peronismo, y antes que eso, no elaboramos un proyecto de provincia de acuerdo al contexto y a las circunstancias a las cuales vamos a estar en 2027, y esa elaboración tiene que ser con comunicación y con participación de todos los sectores de la sociedad entrerriana, creo que ese es un trabajo que nos tenemos que dar los dirigentes del peronismo el año que viene. Cada uno tiene un expertise en distintas áreas, y salir a charlar con los trabajadores, con los sectores de la producción, con los sectores de la economía, con los trabajadores públicos y privados, con los trabajadores de la Salud, para recibir como insumo, para elaborar una propuesta bajo las premisas del peronismo, cómo se encuentran ellos en la provincia, qué expectativas tienen y qué desearían para los próximos años. Y, sobre esa base, encarnar un proyecto y desarrollar un proyecto que le dé un horizonte de crecimiento y de salida a la provincia… y de crecimiento sostenido… que la provincia pueda expresar todo su potencial productivo, esto incluyendo -digamos- con inclusión laboral y con todo lo que significa un proceso virtuoso de crecimiento económico. Ahora, yo veo que algunos dirigentes peronistas, lamentablemente, con un buen vínculo personal conmigo, están más interesados en andar con el patrullero ideológico, persiguiendo compañeros, que resolviendo estas cuestiones o pensando estas cuestiones a futuro. Creo que esto de sanciones, evaluaciones de dirigentes que fueron por fuera… hay que ser serios… hay que ser institucional y hay que ser respetuoso. Si estamos en el partido peronista hay una Carta Orgánica que rige el funcionamiento del partido, hay un Consejo Provincial que tiene un Tribunal de Disciplina. Y si se han hecho presentaciones para evaluar la conducta de estos compañeros que fueron por otros espacios, por otros partidos, y eso no se condice con la coherencia que tenemos que tener siempre; ¡hoy más que nunca! Quienes somos funcionarios políticos, pero la coherencia la tenemos que tener siempre, ¡pero hoy más que nunca! como te decía, pues está, digamos, cada vez, lamentablemente… no sé si cada vez más, pero sí hay una crisis de representatividad en la política y no la podemos negar… y esas conductas de incoherencia partidaria poco aportan a esa reconstrucción de confianza con la sociedad. Y en este caso, tiene que ser el Tribunal de Disciplina del partido quien tiene que resolver esto. Descontextualizado del personalismo, descontextualizado del revanchismo, pero sí ajustado a lo que dice la Carta Orgánica y con los elementos que tiene tanto el Tribunal de Disciplina como el Congreso partidario. Creo que sí, que hay que evaluar y, sobre todo, cuando hay pedidos presentados por escrito… tenemos que recuperar, de alguna manera, a través del accionar partidario, la transparencia en nuestras conductas. No podemos decir una cosa y hacer otra. Cuando está en duda la credibilidad de la política… la política es más testimonial que nunca.
-Lo que se nota y sorprende es cómo nadie levanta la mano en el peronismo; porque el año próximo es jun año no electoral. Pero, habrá dos juicios orales muy fuertes contra hombres y mujeres ligados al peronismo. La causa contrato, que no se terminó ahora, y no sabeos por qué nadie levanta la mano para decir: “señores, hablen con los abogados defensores para que traten de ir liquidando situaciones y no trasladando al año que viene” ... O sea, el juicio por la causa contrato va a durar un año y medio, dos de mínima. Y a eso hay que sumarle el caso también que está previsto en el juicio de las coimas del empresario Cardona Herrero, donde están involucrados Sergio Urribarri y otros varios funcionarios. Es decir, los van a tener en el candelero todo el tiempo hablando sobre la corrupción. Cómo harán ustedes para sortear esa situación y decir: “No, miren, ya no somos eso”.
-Creo que lo que... A ver, hay que hacer... Hay algunos dirigentes que, con legítimo derecho, todos tenemos derecho a opinar. En estas horas escucho que hay que hacer una renovación por la renovación misma. A mí me parece que lo que hay que renovar son las prácticas, las ideas. Actualizar las ideas sin renunciar a las banderas, pero actualizarlas. Tenemos que salir de algunas cuestiones fundamentalistas que hemos tenido en los últimos años, lamentablemente, que habrán sido virtuosas en algún momento, hace algunos años atrás, pero que hoy -ya en este contexto- atrasan. Tenemos que ser categóricos en algunas cuestiones, que me parece que todavía no terminamos en ser categóricos. Cuestiones que sea ha apropiado la sociedad. Por ejemplo, el déficit fiscal. No veo a muchos, a algunos sí, a algunos dirigentes sí, pero no veo a muchos dirigentes del peronismo diciendo: “Señores, no se puede gobernar con déficit fiscal durante 10 años”, como en parte se hizo a nivel nacional. Uno puede tener un déficit fiscal transitorio. Pero, la gente ya se apropió de ese valor. ¿De qué me sirve que me den políticas que están financiadas bajo déficit fiscal, si después hay que emitir para poder cumplir con esas políticas? Y esa emisión me genera inflación y al final me termina deteriorando el beneficio o la ayuda que me dieron. Bueno… la sociedad se apropió de este valor del equilibrio fiscal. Después, en todo caso, el superávit lo discutiremos, de qué manera o hasta dónde tiene que acumular el Estado, que no tiene como objetivo primario acumular reservas cuando hay necesidades básicas insatisfechas. Pero, mínimamente, el equilibrio fiscal tenemos que defenderlo. Tenemos que ser también muy críticos con los procesos inflacionarios que nosotros tuvimos. Pero, decirle a la sociedad que fueron en determinados contextos, bajo determinadas circunstancias que son explicables. Ahora, hacia futuro nosotros no queremos esas cuestiones. Y tenemos que ir por la reconstrucción del vínculo por ahí. Obviamente, tenemos que convivir con estos procesos que ustedes describían y habrá que actuar cada vez con... Alguna vez lo charlamos a esto. El tema de la honestidad y la transparencia es inherente a la función pública, que no hay por qué andar haciendo una apología, digamos.
-No, no. En principio es inherente a la vida cotidiana. Después se le suma lo otro…
-Más aún... Decía mi padre: “Si los sinvergüenzas supieran las ventajas de ser honestos, serían honestos por los sinvergüenzas que son”.
EL déficit de la Caja de Jubilaciones
-El gobierno está decidido a llevar adelante la reforma previsional. ¿Ustedes qué rol van a tener? Porque el presidente de la Caja de Jubilaciones, Gastón Bagnat, dijo que hizo cosas para achicar el déficit, pero también advirtió que vienen de una situación que, si no toman medidas, va a explotar. Entonces, cómo lograr el punto medio entre lo que por ahí quiere el gobierno, lo que pueden sugerir y aportar ustedes… reconociendo incluso que la situación viene así desde la década del ´80 del siglo pasado. No es una cosa de ahora. Se profundizó con el menemismo.
-Creo que uno como legislador hay que evaluar muy bien… y un poco para preservar la coherencia que declamo, también ejercerla. No podemos negarnos a no analizar un proyecto de estas características.
-Además, Gustavo Bordet, lo quiso hacer y no pudo.
-Sí. sí, también lo planteó. Creo que, si uno se plantea corregir el déficit previsional a cero en dos años, y no vamos a estar de acuerdo. No vamos estar de acuerdo porque el ajuste va a ser salvaje y va a caer, sobre todo el mundo, y sobre los salarios más bajos, las jubilaciones más bajas o las intermedias que no le sobra nada. En eso no estamos de acuerdo. Ahora, si se plantea un horizonte de largo plazo, donde no se cambien las reglas de juego de los últimos años… y se estratifique de determinado nivel para arriba, a donde el ajuste de la Caja se pague de con una progresividad que tiene que ver que paguen más o que aporten más lo que más tienen. Y, obviamente, que se puede evaluar y es parte de nuestra responsabilidad. Estamos es una opinión a título personal. Ahora si el ajuste va ser para que cierren la cuenta en dos años, para no reclamarle al Gobierno Nacional lo que nos tiene que aportar por el déficit de la Caja y que lo paguen los trabajadores con los ingresos medios y los jubilados con los ingresos medios, ahí no vamos a estar de acuerdo.
-Vienen momentos complejos. Pero, coincidimos que deberían ir por ahí. Hoy un vocal del Superior Tribunal de Justicia jubilado está cobrando 13-14 millones de pesos por mes.
-Por ahí a un funcionario jubilado de estas características puede, a partir de un determinado tiempo, seguir haciendo un aporte. Pero, no le vamos a pedir al docente que cobra 700-800 mil pesos y que no llega a la canasta básica, recortarle aún más sus ingresos para cubrir el déficit de la Caja. Ahí es donde digo: el Estado es uno solo. No es que podemos separar la Caja de los fondos del Estado. Ahí el Estado tiene que tener una decisión política de no recortar, en este modelo de modificación del sistema previsional, ni a los sectores medianos ni bajos. En todo caso, poder las medidas en los que más tienen como ustedes lo describían, o los que más tienen o los que más ganan mejor dicho… no necesariamente lo que más tienen… y en exigir con energía y firmeza que se cumpla con la financiación del déficit, porque también es una injusticia. Porque las trece provincias que no transfirieron las Cajas a los gobiernos nacionales, hoy no están recibiendo los fondos. Y los otros once distritos hoy no se tienen que hacer cargo de la de las Cajas provinciales. También ahí hay una desigualdad y una asimetría que el gobierno nacional, ya el nuestro no cumplía como tenía que cumplir, vamos a ser claros. Pero, mandaba mucho más fondos y con mayor regularidad, y también asistía mucho más con otras cuestiones como con los Fondos de Incentivo Docente, con la obra pública y eso -de alguna manera- también descomprimía la renta de la provincia para poder atender esta cuestión.
Diálogo político y obras públicas
- ¿Cuánto se sintieron escuchados ustedes como diputados de la oposición en el tratamiento del Presupuesto 2026?
-Y nada, para serte franco, nada… Escuchado, sí, perdón. Escuchado sí… se dio debate, fueron los funcionarios…
-Pero, se corrigieron cosas que ustedes planteaban o no.
-No, no. No se corrigió ni una coma el Presupuesto.
-Y está mal eso, ¿no?
-Creo que sí, porque hay aportes que uno hace y lo hace… Primero, nosotros adelantamos que lo íbamos a aprobar. No especulamos, porque creemos que tenemos la responsabilidad aun marcando críticas y oponiéndonos a los tres artículos que nos pusimos de los tantos artículos que tiene el Presupuesto. Consideramos que tenemos que ser una oposición responsable. Aún el peor Presupuesto o un mal Presupuesto es mejor que no tener Presupuesto para la transparencia y para la gestión de un gobernador, y para la transparencia de las cuentas públicas. Nosotros fuimos muy críticos con dos cuestiones: con el tema del endeudamiento y con el presupuesto para obra pública. Y, sobre todo, a partir de las expectativas que generaron las declaraciones de los funcionarios del Poder Ejecutivo… y lo dijimos como una responsabilidad, no como una crítica. Están generando una expectativa a nivel de obras públicas que no se va a poder plasmar en la realidad. Porque los fondos de Rentas Generales o del Tesoro como se llama, y aun poniéndole los fondos afectados, que son los fondos que tiene que mandar la Nación, son un porcentaje que no llegan al 30% del presupuesto en materia de obras públicas. Todo lo demás es endeudamiento o financiamiento de organismos multilaterales de crédito, esto es BID, Banco Mundial, Corporación Andina de Fomento. Los proyectos de estos organismos multilaterales llevan tres, cuatro años en la elaboración. Tienen mucha más complejidad No pasa solamente por la Contaduría General de la provincia. Llevan informes socioeconómicos, productivos, de impactos ambientales… y pasa por muchos más organismos de control de estas instituciones multilaterales de crédito. Un ejemplo de obra pública: la ampliación de la planta de efluentes cloacales de Gualeguaychú, que se sigue ejecutando. Esa es una obra del BID. Para esa obra, acompañé a Bordet a Washington cuando él la pidió. Fue en septiembre del 2018, cuando estuvimos en Washington solicitando, entre otras cosas, esa obra más la planta de Concepción del Uruguay, Colón y Concordia. Bueno, ahora se está ejecutando… y han pasado 4-5 años. Pasó un tiempo… y todas las obras llevan 3-4 años.
- ¿Qué es lo que más le preocupa de lo que ha estudiado?
-El tema vivienda. No tengo claro los números de vivienda, porque los números que tenía después me hicieron saber que me faltaban otros datos. Entonces, no quiero hablar sin todos los datos. Pero, llevamos dos años y no se han iniciado prácticamente barrios importantes de viviendas. El gobierno nacional ha dicho claramente que no va a financiar vivienda… no va financiando ningún tipo de obra pública… con lo cual es un inconveniente porque no les manda los fondos. La obra pública es una herramienta necesaria por cuestiones de vecindad y por cuestiones productivas. Pero, el tema de vivienda, estamos al no desarrollar barrios de viviendas sociales, que la gente paga la cuota, a nadie se le regalan la casa, la pagan. Estamos generando, si no damos esa respuesta, una sociedad más desigual, más injusta. Porque hay un altísimo porcentaje de entrerrianos que no pueden acceder a la vivienda. Hay familias entrerrianas que no pueden acceder a la vivienda. Pero, además, la política de vivienda social juega un rol en el mercado inmobiliario, porque cuando hay una oferta -en una ciudad como Paraná, por ejemplo-, de un barrio de 400-500 viviendas como se hicieron en Paraná, de alguna manera descomprime la demanda sobre lo privado. Y hace que el precio de los lotes, por lo menos de los terrenos, baje… porque también está “la oferta” o la satisfacción de esa demanda de vivienda por parte del Estado. Entonces, al no tener políticas públicas de viviendas, primero no se accede a la vivienda y después eso, como derivada tal como dicen los economistas, genera una concentración mayor en quien tiene… ¡ya de por sí hay una concentración de la tierra! No sé en Paraná, no conozco. Pero, en la ciudad de Gualeguaychú hay una concentración importante en pocas manos. Y, por lo general, un tema que lo estudié bastante cuando era intendente, es un problema de Latinoamérica. Y si no hay políticas públicas de vivienda, eso se profundiza aún más. Y si se profundiza aún más, generamos una sociedad aún más desigual. Ese es un tema que a mí realmente me preocupa.
Dos años de gestión provincial
-En estos dos años, ¿qué le destaca o le reconoce a Frigerio y qué le cuestiona fundamentalmente?
-No veo un sector del gobierno provincial, un área de Salud, Educación… Alicia Fregonese (presidenta del Consejo General de Educación y diputada nacional electa). La verdad es que Alicia es una buena persona, no quiero que la crítica sea tomada como una cuestión del buen nombre de la persona. Pero, como funcionaria ha estado totalmente ausente. No la hemos visto diseñando políticas públicas de educación en estos últimos dos años. De hecho, ingresaran a (Luciano, ex rector de la Uader) Filipuzzi en el Consejo como para tener…
-No ha tenido el protagonismo de otros presidentes o presidentas del Consejo de Educación. Eso se nota desde 1983 a la fecha.
-Para nada. Pero, además es necesario. Hoy le hicimos un homenaje a Celomar (José) Argachá, presidente cuatro años (en la gobernación de Sergio) Montiel. Uno podrá coincidir o no, pero era un dirigente que conducía al Consejo General de Educación, que es un organismo complejo y que fijaba políticas públicas. Crearon la Escuela Intermedia en aquel momento. Uno no ve… y tampoco lo ve en Salud, tampoco lo ve en obras públicas. Yo no veo un sector del gobierno que diga, bueno, están transformando realmente la provincia en esto. Van a entregar, llegado el caso los entrerrianos resolverán, van a entregar una mejora cualitativa en términos de gestión… han mejorado cualitativamente determinados sectores de las políticas públicas o de los sectores productivos. No veo… entonces me cuesta encontrar. Y ojalá lo haya, porque eso es bien para los entrerrianos. Doy vuelta esa lógica cuando dicen: quiero que a Frigerio le vaya bien, para que les va bien a los entrerrianos. Yo digo: si les va bien a los entrerrianos, le va a ir bien a Frigerio… si les va bien a los paranaenses le va a ir bien a Rosario Romero.
- ¿Y qué le destaca o qué le reconoce al gobernador?
-Les decía que me cuesta encontrarle una característica virtuosa a la gestión. Quiero despersonalizar las cuestiones, que no se tome como algo personal. Me parece que le falta consolidar un poco más al equipo de trabajo. Hemos visto una subejecución importante, lo han reconocido los funcionarios cuando fueron a hablar por el Presupuesto… una ejecución de alrededor del 30% de los fondos públicos. Y después, bueno, me parece que ese alineamiento incondicional con el Gobierno Nacional, ahora genera expectativas positivas y alentadoras acerca de la llegada de fondos… ojalá se dé, porque en estos dos años no se dieron. Y esta provincia, y casi todas las provincias salvo las energéticas y las mineras, son inviables sin el acompañamiento del gobierno nacional. Pero, no porque haya un déficit en el manejo de la provincia. Es porque este es un país organizado de manera federal. Si no reconocemos eso, y eso no se traduce en darles los fondos que les pertenecen a las provincias, las provincias van a seguir agudizando su problema.
Programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral) emitido el miércoles 26 de noviembre de 2025


