
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza) Mathey Doret indicó que la situación “ya viene pasando hace varios años” dado que “hay dos emprendimientos agrícolas cercanos a la escuela: una arrocera y una plantación de nueces pecan”.
En cuanto al suceso del miércoles informó que “nuevamente fuimos fumigados por la plantación de nueces, sin respetar las condiciones que establece la ley de agro tóxicos, porque no estaban dadas las condiciones para que se fumigue, por la dirección del viento y demás, y todo el veneno vino para el lado de la escuela”.
Describió que “la fumigación se realizó con un tractor y un aparato llamado mosquito, que tiene un caño altísimo que va tirando el veneno sobre los árboles, y eso se desparrama un 20 por ciento en la planta y el resto se desparrama por el aire, mientras la ley de agro tóxicos dispone que el veneno no puede salir del predio”.
“Es una lucha de nunca acabar porque no hay una respuesta que dé solución a nuestro problema”, definió.
Ante ello, sostuvo que “hay dos denuncias penales ante la Fiscalía, en el Juzgado de Colón, y también se realizaron presentaciones ante el Concejo Deliberante y el Ejecutivo municipal, y hay una mediación pendiente para el 23 de marzo, donde van a intervenir todos los involucrados: vecinos, municipio, etc”. Agregó que “la arrocera ahora no está fumigando y está respetando lo pautado en una mediación que se realizó hace aproximadamente un mes en Paraná y donde se pautó la interrupción de las fumigaciones”.
Sin embargo, cuestionó que “la plantación de nueces no está tan cercana a la escuela y como habrá sido la magnitud y la cantidad de veneno que estaban tirando porque llegaba fuerte y e intenso el olor a la escuela”. Ante ello, advirtió que “debido a la resistencia que están adquiriendo las especies vegetales que se pretende matar o controlar con estos venenos, cada vez se fumiga más es decir que cada vez es mayor la cantidad de veneno que se utiliza y cada vez es más peligroso”.
Puntualmente, alertó que “lo que provoca temporariamente son dificultades respiratorias e intenso dolor de cabeza”, pero dijo desconocer “cuáles serán las consecuencias a largo plazo por estar constantemente expuestos”.
Consultada por las respuestas del municipio ante la situación, la docente cuestionó que “dicen que no tienen posibilidad de accionar porque están legalmente instalados” aunque opinó que “no debe ser tan legal porque cuando los medios comienzan a filmar paran la fumigación; entonces tan legales no deben ser”. También sostuvo que ante el suceso del miércoles “no fue nadie de la policía ni de la Fiscalía” y cuestionó que “otra de las cuestiones que nos hace sentir solos es que muchos de los profesionales médicos se niegan a extender los certificados sobre los problemas y síntomas que tiene la gente, porque no quieren tener problema judiciales”.
Denunció también que “la arrocera está sobre el arroyo Perucho que tiene un canal clandestino que toma agua del arroyo, la ingresa a la arrocera para riego y esa agua se impregna de todos los venenos que se echan ahí y vuelve a salir al río unos metros más al este. Todo ese veneno que arrastran de la arrocera va a parar al río Uruguay, donde hacia el sur tenemos a las localidades de San José y Colón, que se abastece de agua del río para hacer el agua potable, que no potabiliza los químicos y los venenos”.
Ante ello, evidenció que “en el arroyo Perucho aparecen peces muertos, proliferan las algas que se producen por los agrotóxicos, y el río Uruguay ya no es el río de los pájaros cristalino de hace unos años, tiene una alta contaminación química”.
Lamentó además que “todo esto está denunciado, no es ningún secreto para ninguna autoridad ni local ni provincial”.