
Gimnasia aprovechó la mano que le dio Patronato con su victoria ante Rivadavia. Claro que debía ganar para treparse al tercer puesto en soledad y acariciar el sueño de la clasificación sin depender de nadie. Y lo hizo con autoridad, creando situaciones desde el arranque del partido, para dejar en claro que extrañaría poco y nada la ausencia de Matías Padilla en la mitad de la cancha.
Esto se dio así por los altos rendimientos de varios de sus jugadores, comenzando con Franco Flores en el fondo, regalando entrega, marca, salida, y hasta llegando al gol; seguido por Adrián Andermatten (sobre todo en el segundo tiempo). Asimismo se notó el sentido colectivo del sacrificado Mario Costa, jugando para que se luzca Quiroga y la presencia de este en el área y en la red rival.
En el primer tiempo creó cuatro situaciones claras de gol que el travesaño, los palos y el arquero Suárez le negaron a Quiroga, Flores, Costa y Bravo. Enfrente sufrió una sola con Alva que desvió muy bien Rougier y corrió por la línea luego de dar en el palo. Pero la primera parte se fue en cero injustamente y con la expulsión de Martín Sánchez luego de un insulto a Mazzon que ignoró un codazo que le voló un diente.
En el complemento, al Lobo poco le importó el hombre de menos y siguió buscando. Y Apareció Costa para ponerle la pelota en la cabeza a Quiroga para el primero a los 53’. Diez minutos después Unión quedó con 10 por la roja a Flores. Gimnasia sufrió con un gol de Unión que el línea marcó adelantado y el juez no convalidó.
Para no repetir errores y evitar sufrimientos, fue en busca de más. Y lo encontró el pibe Bravo luego de un gran pique desde la mitad de la cancha para recibir el centro de Quiroga en el segundo palo y clavar el segundo a los 63’. El tercero fue entre Quiroga, el arquero y Fortunatto a los 83’.
Gimnasia terminó floreándose ante un rival muy débil a la hora de pisar el área, que remató poco y nada al arco defendido por Rougier. Se sacó las ganas de redondear una buena actuación, con altos picos de rendimiento. Extrañó poco a Padilla, le sigue dando minutos a Pintos y también a Segovia, que ayer debutó y anduvo cerca del cuarto.
Las manchas fueron las expulsiones de Martín Sánchez y Augusto Álvarez que complican a un equipo que es muy corto y lo dejan sin variantes en la zona media, con Padilla aún por cumplir dos fechas de suspensión. Ganó, goleó y gustó, algo que pocas veces se da, pero que pueden marcar el esperado despegue de un equipo que puede dar una gran sorpresa si termina de afirmarse, señala Uno.