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El consumo de los hogares cayó en agosto y cortó ocho meses de cifras positivas

Durante agosto de 2025, el consumo de los hogares en la Argentina evidenció una caída interanual del 0,5%, según el Indicador de Consumo (IC) elaborado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). Este retroceso rompió la tendencia positiva que predominó a lo largo de los primeros meses del año y marcó la primera contracción respecto al mismo mes del período anterior.

El movimiento desestacionalizado también exhibió una disminución del 0,6% en comparación con julio, lo que evidenció una continuidad en la desaceleración del consumo durante la segunda mitad del año.

El IC, desarrollado por el Departamento de Economía de la CAC, actúa como referencia mensual para medir la evolución en la adquisición de bienes y servicios finales por parte de los hogares argentinos. Durante agosto, la baja superó en 3,1% el nivel registrado en igual mes de 2023, aunque se ubicó por encima de los valores observados entre 2018 y la fecha, según la serie histórica relevada.

Durante el mismo lapso, la economía nacional se mantuvo en un escenario de inflación controlada, con una tasa mensual de 1,9%. Este indicador completó tres meses consecutivos por debajo del 2% y situó la variación interanual en 33,6%, el registro más bajo desde julio de 2018. Según el informe del Departamento de Economía, el incremento acumulado desde enero llegó a 19,5%, mientras el tipo de cambio oficial avanzó alrededor de 5% en agosto, sin provocar un traslado significativo a los precios internos. Al cierre del mes, la cotización oficial alcanzó el nivel superior de la banda establecida y añadió incertidumbre a la evolución futura del consumo, precisó el informe.

La regularidad de precios no logró compensar el estancamiento en el proceso de recomposición salarial y en la recuperación de los ingresos. El reporte de la CAC considera que una reactivación del incremento salarial será necesaria para revertir la desaceleración del consumo de los hogares que se manifestó recientemente.

En materia de actividad, el comportamiento del consumo mantuvo un correlato estrecho con el desempeño de la economía, especialmente a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE). Junio se destacó por un crecimiento interanual del 6,4%, cifra que representó el noveno mes seguido en terreno positivo, aunque la serie desestacionalizada evidenció una caída intermensual del 0,7%. El IC acompañó ese patrón, con un valor destacado en el sexto mes, alentado por la baja base de comparación. El dato de agosto ubicó el indicador un 8,33% por encima del promedio histórico de la serie elaborada por la entidad.

Diferencias sectoriales

Las comparaciones interanuales presentaron diferencias según los sectores económicos. El informe mostró cómo la indumentaria y el calzado escalaron un 4,3% anual en el octavo mes del año, en gran medida gracias a una comparación favorable con el mismo periodo del año anterior, cuando este rubro se retrajo 7,5%. Además, el descenso sostenido en el precio relativo de esta categoría siguió empujando la demanda. Esta evolución aportó 0,2 puntos porcentuales positivos al IC de agosto.

El capítulo de transporte y vehículos avanzó un 4% interanual y explicó 0,5 puntos porcentuales de la variación total. El patentamiento de automóviles se expandió 44% respecto a agosto de 2024, lo que permitió alcanzar el máximo nivel para ese mes desde 2018. Mientras tanto, el apartado “recreación y cultura” creció 23% frente a igual mes del año anterior, con una influencia positiva de 1,9 puntos porcentuales en el índice. Esta mejora respondió a una baja base de comparación y a un notable aumento en la demanda de entradas de cine.

En sentido contrario, vivienda, alquileres y servicios públicos registraron una contracción estimada del 1,2% interanual. La demanda de energía eléctrica cayó 5,2% respecto al año anterior y explicó la mayor parte de este retroceso acotado. El resto de los sectores retrocedió 5,3% interanual, con una contribución negativa de 2,9 puntos porcentuales sobre el total, y se situó, de esta manera, 4,2% por debajo del nivel registrado en la etapa prepandemia.

El consumo de bienes de consumo masivo o FMCG (fast-moving consumer goods) se movió en julio un 3,1% arriba del mismo mes de 2024, y en agosto avanzó 4% interanual. A pesar de este resultado, la serie desestacionalizada correspondiente a agosto anotó una baja intermensual del 1,9%, lo que reveló cierta fragilidad tras el repunte de los meses previos.

La serie histórica reflejó cómo, a partir de la recuperación después de la pandemia y los vaivenes de la economía local, el comportamiento del consumo y la actividad respondió de manera conjugada a los incentivos y restricciones presentes cada año. En agosto, el informe de la CAC consignó que, a pesar de una baja respecto a 2023, el IC conservó un piso superior al de cualquier otro año desde 2018.

La incidencia del crédito

El acceso al crédito jugó un rol relevante en la dinámica de consumo. Luego de alcanzar su nivel más bajo en abril de 2024, el crédito en términos reales repuntó durante el resto del año y se mantuvo en esa dirección en los primeros meses de 2025, aunque con un ritmo más moderado en el último trimestre. El crédito dirigido a hogares y familias se sostuvo como la línea más dinámica, por encima del crédito prendario e hipotecario, con las tarjetas y los préstamos personales encabezando la lista de preferencia.

Durante julio, la volatilidad de las tasas de interés restringió puntualmente el acceso al financiamiento, pero no impidió que el crédito a los hogares afianzara su tendencia positiva. El mercado inmobiliario y el sector automotor sostuvieron crecimientos interanuales menores que en meses anteriores, aunque continuaron en alza. La venta de inmuebles y el patentamiento de vehículos motorizados mostraron señales de vitalidad en el octavo mes del año.

Los indicadores sugirieron un cambio en la composición del gasto en los hogares argentinos. El informe explicó que la orientación hacia bienes durables superó a la destinada al consumo habitual, impulsada por la posibilidad de financiamiento y ante la moderación de los precios. Mientras tanto, el consumo masivo reanudó un sendero de recuperación, con resultados interanuales positivos tras una profunda caída durante el ciclo recesivo.

El proceso de recomposición del ingreso disponible experimentó apenas una leve recuperación, afectado por la ausencia de señales positivas en materia salarial durante los últimos meses. Esta situación mantuvo limitada la capacidad de los hogares para expandir su consumo corriente. La reactivación del ingreso real continúa siendo uno de los principales desafíos, según la interpretación de la CAC.

El informe del Departamento de Economía de la CAC concluyó que el escenario de inflación estable, sumado a la suba del tipo de cambio oficial y la dinámica salarial estancada, conformó una coyuntura en la que el consumo perdió fuerza y el crédito actuó como un mecanismo de compensación parcial. La recomposición del ingreso disponible resultó insuficiente frente a las demandas de gasto habituales y la orientación creciente hacia bienes durables.

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