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¿De qué hablamos cuando hablamos de u$s 7.000 millones de exportaciones de productos del agro?

Roberto Schunk

¿Hubo charlas previas entre las grandes comercializadoras de granos y el gobierno? El hecho de que las retenciones “0” hayan estado vigentes por solo 72 horas porque las grandes cerealeras presentaron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) con abultados volúmenes que permitieron llegar rápidamente al tope de USD 7.000 millones, suscitó profundas críticas entre los productores de todos los colores (pequeños, medianos y grandes).

Del total de u$s 7.000 millones alrededor del 52% o sea u$s 3.617 fueron: a) harina de soja u$s 2.051 y b) aceite de soja u$s 1.566. Estas mercaderías las tienen las grandes comercializadoras (Bunge, Louis Dreyfus Company LDC, Cargill, COFCO, entre otras), que son las empresas que le agregan valor a los porotos de soja y granos como, por ejemplo: harina de soja, aceite de soja, biodiesel, aceite de girasol, harina de trigo, etc; y no los productores que cuentan con los porotos de soja, granos de maíz y trigo y otros cereales y oleaginosas. 

En la ventana de 72 horas, que terminó siendo tan corta, no hay capacidad administrativa ni logística de parte de los productores para conformar esos u$s 7.000 millones, por lo tanto, ese regalo del gobierno de Milei fue, desde el primer momento, para las grandes exportadoras asociadas a CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina), estamos hablando, ni más ni menos que de alrededor de u$s 1.600 millones de dólares, perdiendo ese beneficio los productores argentinos. 

En el año 2022 con el dólar soja de Massa se beneficiaron alrededor de 7.500 a 8.000 productores y el Estado recaudó las retenciones. Si esos 8.000 productores hubieran accedido a este beneficio, obligando a las exportadoras a comprar el poroto y los cereales durante la ventana en la cual se bajaban las retenciones a “0”, esos u$s 1.600 millones se estarían distribuyendo en la región pampeana y noroeste del país, fortaleciendo la actividad económica y beneficiando a muchísimos pueblos de todo el país en lugar de que fluyan a un puñado de empresas que en su mayoría son extranjeras. 

Esas firmas, con asiento en la Capital Federal, aprovecharon la desesperación del gobierno de obtener dólares a cualquier precio de una manera irresponsable para evitar su caída, pagando un costo fiscal enorme, en un contexto de profunda crisis social, como, por ejemplo: jubilados, Garrahan (salud), discapacidad, educación, entre otros. 

En el futuro deberíamos eliminar las retenciones de una manera gradual para que impacten lo menos posible sobre cadenas relacionadas como la producción tambera, feedlot, cerdos, sector avícola, etc. Pero antes deberíamos provocar una fuerte redistribución del ingreso en beneficio de los trabajadores, los jubilados y pensionados, las políticas sociales porque estamos hablando de bienes salarios. Pero lo señalado en el párrafo anterior va a resultar casi imposible de ahora en adelante ya que el gobierno norteamericano, con su intromisión en la política macroeconómica, por decirlo suavemente, no quieren que los argentinos eliminemos las retenciones porque saben que la productividad de la tierra en nuestro país es superior a la de los Estados Unidos y por lo tanto les resulta difícil competir en condiciones de mercado, lo que significa que el Estado deberá aumentar los subsidios que se le pagan a sus productores.

Una última observación que los argentinos deberíamos discutir públicamente es que los pequeños y medianos productores seguramente ya se desprendieron de los porotos y los granos y tuvieron que afrontar las retenciones. Lo que queda en el campo fundamentalmente les pertenece a los grandes propietarios producto del arrendamiento en quintales de soja. No hay que olvidarse que en la Argentina alrededor del 70% de la producción agrícola se hace en campo alquilado. ¿Y entonces? Los grandes propietarios, que se consideran como uno de los principales dueños de la Argentina: ¿Se va a dejar mojar la oreja tan fácilmente?

 

(*) Ex ministro de Producción de Entre Ríos.

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