
El defensor es uno de los cuatro entrerrianos dirigidos por El Diez, en Gimnasia y Esgrima de La Plata, para lo que resta de la Superliga del fútbol argentino. Desde la capital bonaerense, Leo charló largo y tendido con ANÁLISIS y contó todas las sensaciones que lo embargan tras conocer en persona a uno de los jugadores más importantes de todos los tiempos, a quien ahora tiene como entrenador. “Que me dirija el mejor futbolista de la historia era algo impensado para mí”, manifestó el jugador natural de Villa Urquiza.
Álvaro Moreyra
El cimbronazo que causó el desembarco de Diego Armando Maradona en el cargo de entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata trascendió los límites del fútbol argentino y tuvo réplica en todo el mundo.
Es que no se trata de un técnico más. Diego es ni más ni menos que uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, que pegó la vuelta al fútbol argentino luego de casi 25 años y tomará las riendas de un club que está complicado en la tabla de los promedios y que necesita de un auténtico milagro para zafar de perder la categoría y evitar jugar en la Primera Nacional en la temporada venidera venidera.
A esta altura, está claro que la figura de Maradona sigue generando una grieta infranqueable entre los detractores de siempre y aquellos que lo idolatran y lo elevan por encima de todo. Al margen de todo ello, hay algo que resulta innegable y tiene que ver con lo que genera su sola presencia; sin duda que se trata de algo increíble.
Maradona sigue siendo aquel individuo que se animó a enfrentar y desafiar a los equipos poderosos de Italia y comandar a una humilde institución como el Napoli, que en la década del ´80 tocó el cielo con las manos, hasta el plano europeo.
(Más información en la edición gráfica 1104 de la revista ANALISIS del jueves 12 de septiembre de 2019)