Colón ante el abismo
La ciudad de Colón afronta un desafío que signará su supervivencia. Las noticias desde el Uruguay confirman el avance irrefrenable de la planta de combustibles sintético de HIF Global en las costas de Paysandú y ya nada será igual en el paisaje, la salud y el ambiente. Los pedidos de relocalización han sido desoídos y las discrepancias se encaminan a un punto sin retorno. La situación “desacomoda emocionalmente, desacomoda el futuro, porque lo pensamos hacia adelante y vemos que la cosa se va a complicar”, sintetiza a ANÁLISIS un vecino activista contra la planta de metanol.
Por Silvio Méndez
“Estamos viviendo una situación que no es justa. No ha hecho nada Colón para merecer una situación de estas características. Al contrario, siempre hubo con el Uruguay y, especialmente, con Paysandú, una relación de buena amistad, de hermandan, de colaboración, de acuerdos de paz, de complementariedad, de integración. Hay mucha relación, incluso a nivel institucional y de los pueblos, con familias ensambladas, de un lado y del otro”, expresa Carlos Serratti sobre el clima que por estos días vive la mancomunidad entrerriana de Tierra de Palmares que conforman junto a Pueblo Liebig y San José. El integrante del colectivo Somos Ambiente se manifiesta luego de señales que confirman que el proyecto de instalar una planta de combustibles sintéticos en “la vereda de enfrente” del río Uruguay avanza sin pausas.
El pasado fin de semana largo se llevó adelante una nueva manifestación en protesta sobre la costa de Colón. Un grupo de embarcaciones, integrada por kayak, piraguas, tablas, veleros y lanchas, así como personas que se sumaron a nado, se ratificó el rechazo al complejo de combustible sintético en la costa de Paysandú, República Oriental del Uruguay. La protesta se dio luego que durante dos fines de semana consecutivos se realizaron caravanas de vehículos al puente General Artigas, que une la Argentina con el país oriental. En todas estas movilizaciones se repitió el mismo planteo de relocalizar el emplazamiento de la industria que, hasta el momento, han caído en saco roto. Inclusive el 16 de noviembre último se produjo un hecho inédito, pero que no conmovió la epidermis política. A la marcha se sumaron los presidentes municipales de Colón, José Luis Walser y su vice, María Dalleves; el de Pueblo Liebig, Julio Pintos y la vice Vanesa Grantón; y el de San José, Gustavo Bastián y su compañera de fórmula, Mirta Pérez. Las autoridades acompañaron a cientos de vecinos movilizados. También el intendente Walser, por su parte, hizo público una carta al presidente Javier Milei. En la misiva pedía su intervención. “Necesitamos su ayuda, nuestra comunidad está en riesgo. La República Oriental del Uruguay pretende habilitar la instalación de una mega refinería en Paysandú frente nuestras playas amenazando nuestra calidad de vida y nuestro desarrollo”, planteó Walser. Hasta ahora, toda esta puesta en escena fue como hablar con una pared.
La manifestación del 23 de noviembre cambió de recorrido. Fue por toda la costa que se vería directamente afectada visualmente por las enormes chimeneas y la contaminación emergente sobre las aguas de lo que será un enorme complejo de procesamiento de combustibles en base a metanol y el llamado hidrógeno verde, elemento químico que se extraerá de la captura por la combustión de madera. La travesía por agua recibió el apoyo de vecinos y turistas que se encontraban a lo largo de la marcha. Sobre el cierre de la actividad, en playa Inkier, se leyó un documento que interpela directamente a las autoridades argentinas, con un pedido también dirigido al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio y al presidente Javier Milei.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1166, del día 27 de noviembre de 2025)


