V Congreso de la SADE, 1964, Paraná: porteños vs. provincianos

Edición
1166

Hace 61 años se realizó en la capital entrerriana el V Congreso de la SADE. Llegaron escritores de todo el país para debatir alrededor de los diferentes aspectos del libro y de la literatura. Algo que se esperaba que fuera solamente un intercambio intelectual terminó siendo un escándalo periodístico. Veamos por qué.

Por Ferny Kosiak

La primera vez que leí sobre el V Congreso de la Sociedad Argentina de Escritores, que se realizó en Paraná a fines de noviembre de 1964, fue por culpa de Juanele. Alguna crónica señalaba que se habían burlado de él por su humildad, por su sombrero de paja y la boquilla con la que cayó a la primera mesa de poesía local. Semanas más tarde, los medios señalarían al poeta entrerriano como lo destacable del congreso, aunque su participación fue mínima y desde donde a él le importaba: la poesía.

En la lectura de diversos libros y recortes periodísticos (algunos de ellos eran parte del archivo de Adolfo Golz que generosamente me facilitó el profesor Matías Armándola) fui armando una especie de rompecabezas al que le faltan demasiadas piezas. Esta nota se nutre de decenas de artículos periodísticos y crónicas publicadas en medios nacionales y revistas culturales de la época y que intentaré resumir para recorrer los cinco días del congreso y sus repercusiones posteriores porque, como si se tratara de una pelea en un programa de chimentos, lo amenazaron a Juan José Saer con cachetearlo, Velmiro Ayala Gauna criticó la elección de ciertos términos de Juanele frente a una sala llena, entre otros episodios donde los escritores mostraron un poco la hilacha pero también supieron trabajar sobre los problemas de la literatura de ese momento.

Un año más tarde, a fines de 1965, en la presentación del libro sobre el V Congreso, Beatriz Bosch comenta que el evento tuvo mala prensa. Sobre él arrojose un andamiaje frívolo y sensacionalista desgraciadamente en boga en los círculos metropolitanos del presente. Enviados especiales en busca de rasgos pintorescos remiten notas triviales, que proporcionan una sensación de escándalo a los lectores de los grandes diarios. Ideas similares aparecen en la crónica que aparece en Cuadernos de cultura de inicios del mismo año, donde quien escribe anónimamente se pregunta: ¿Qué pasó? ¿Hubo amago de violencia? ¿Se enfrentaron los jóvenes con los viejos? Y se responde señalando que el periodismo porteño se concertó para minimizar y restar toda seriedad al Congreso. ¿A quién creerle? ¿Qué pasó entre los escritores que llegaron a la capital entrerriana?

Hasta ese momento los congresos venían realizándose de manera federal. Las anteriores sedes habían sido Buenos Aires, Tucumán, Córdoba y Mendoza y venían realizándose desde 1936. Las reuniones de autores de todo el país se aprovechaban para buscar soluciones a las cuestiones laborales de quienes trabajaban alrededor del libro. De hecho, en el que se realizó en Paraná se pudo trabajar sobre un plan de acción para sumar a los escritores de todas las provincias a la SADE para que ésta pudiera funcionar en representación de los derechos de los autores. En los diversos plenarios de la semana del congreso se decantaron diversos reclamos e ideas como las de elevar al Poder Legislativo el anteproyecto de la Ley del Libro (que recién sería sancionada 30 años después); solicitar al Ministerio de Educación que incluyera la lectura de un mayor número de obras de autores argentinos contemporáneos, contemplando la producción regional; proponer a las direcciones de cultura provinciales que facilitaran el envío y distribución de libros en las diferentes provincias; pedir a los bancos préstamos con baja tasa de interés para favorecer a las cooperativas editoriales; que los derechos de autor no fueran menores al 10% del valor del libro; ajustar los valores de colaboraciones en medios e implementar el contrato por traducciones ya estipulado en el IV congreso, realizado en Mendoza 6 años antes.

Durante una semana la capital entrerriana recibió escritores de todo el país que no solo pensaron en estas cuestiones, sino que también pelearon por estéticas literarias y por la eterna rivalidad entre los escritores porteños y los del resto del país. Veamos cómo fueron esos días.

 

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1166, del día 27 de noviembre de 2025)

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