La investigadora principal de instituciones políticas del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), Carolina Tchintian, se refirió al proyecto de reforma del sistema electoral en la provincia.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Tchintian sostuvo que “CIPPEC hace más de 15 años que viene promoviendo la boleta única a nivel nacional en las diferentes provincias, básicamente por la mejora que implica en los procesos electorales y en la democracia el paso de la boleta partidaria a una boleta única papel, como sería el caso de Entre Ríos”.  

Explicó que “hoy se utiliza la boleta partidaria cuyo principal problema es que la responsabilidad de su impresión, distribución y disponibilidad en los centros de votación recae en los partidos políticos, y esta característica que es más administrativa que de diseño, lo que hace es generar desventajas entra agrupaciones políticas que tienen recursos y capacidad y aquellas que no los tienen para garantizar que esas boletas se encuentren disponibles en cada mesa de votación. Desde el lado de los votantes también puede generar una desventaja porque si en el cuarto oscuro faltan boletas, muchas veces no hay para reponer, y eso genera una diferencia entre votantes que tienen posibilidad de votar por lo que quieren y votantes que no. Ahí está la problemática para avanzar en una política pública que lo que hace es reformar esa manera que tenemos como argentinos, o como entrerrianos, de votar; es una cuestión de acceso”.

Agregó que “en la mayor parte de las democracias del mundo el Estado es el que centraliza la producción y distribución de las boletas y el instrumento de votación centraliza toda la oferta, y eso es lo que llamamos boleta australiana o boleta única como tienen Córdoba, Mendoza, Santa Fe, o Salta. A partir de tener una boleta única hay un solo instrumento de votación que centraliza la totalidad de la oferta electoral donde el votante va a marcar en esa única papeleta las opciones que quiere elegir. A partir de esto el votante llega al centro de votación, la autoridad de mesa le entrega una cédula oficial, ya que las boletas no pueden ser más distribuidas días antes de la elección, están exclusivamente disponibles en el centro de votación y sólo pueden ser entregadas por la autoridad de mesa. De este modo, se equipara el acceso al sufragio y equipara las condiciones entre partidos con capacidad para distribuir y que tienen recursos para imprimir más padrones que los que ofrece la autoridad electoral y los que no; se nivela la cancha”.

Consultada por la cuestión de la elección por personas o partidos políticos, Tchintian sostuvo que “el poner en el centro a la figura por sobre la etiqueta partidaria ha existido, existe y existirá en una amplia variedad de sistemas electorales y con los más diversos instrumentos de votación. Lo hemos visto en la historia, hemos visto personalidades que vienen de afuera de la política, que han hecho campaña militando la anti-política y el anti-partidismo y han ganado con cualquier tipo de instrumento de votación. Es cierto que los diferentes instrumentos de votación pueden poner en el centro más a la figura que a la etiqueta partidaria o viceversa, y esto tiene que ver con qué cosa privilegie el instrumento de votación en lo que refiere a diseño: hay algunos que son boleta única, como la que estamos pensando, que no tienen ninguna foto y solo tienen el sello partidario”.

“La boleta única tampoco incentiva la proliferación de sellos partidos y el partido político adquiere mayor fortaleza al conservar todas sus atribuciones como generar las listas, los órdenes, etc. y le saca un peso logístico enorme que es la distribución de las boletas. Los partidos políticos deberían ver esto como una ganancia y un beneficio en vez de una falta o una pérdida”, consideró.      

Sobre la boleta electrónica, indicó que “hay diferentes métodos utilizando la tecnología, algunos que tienen un respaldo papel, algunos que son máquinas que guardan la información y demás, hay una multiplicidad de maneras de utilizar la tecnología. Y hay que tener en cuenta que la tecnología en los procesos de votación no solamente tiene que ser para la emisión del sufragio, sino que el proceso electoral tiene una previa al día de la elección y un posterior, y creo que hay mucho más consenso en incluir tecnología en las instancias previas y posteriores que en el proceso mismo de votación”.

“No tengo datos sobre qué piensan los entrerrianos en cuanto a la tecnología para la emisión del sufragio, pero puedo decir que hay una cuestión clave: el que el instrumento de votación boleta única de papel tiene todos los beneficios que tiene el instrumento de voto electrónico, y tiene una cosa más, que genera más confianza, que es el hecho de que puede ser auditado por cualquier persona sin tener un conocimiento técnico específico. Con el voto electrónico los partidos tienen que tener auditores o fiscales informáticos para que puedan auditar los códigos fuente. Más allá de eso desde el CIPPEC no tenemos una postura contraria a la introducción de tecnología, pero nos parece que, si no están dadas las condiciones, si no genera confianza o no se lo ve como legítimo, la boleta única papel es un perfecto instrumento para estos contextos”, concluyó.